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Resolución sobre el consumo y la adicción a las drogas

Imagen: Twitter @ramirezlalo_*

 

 

 

Resolución sobre el consumo y la adicción a las drogas.
[Discutida en el 2º Congreso de la Federación de Jóvenes Comunistas, diciembre 2016]

 

 

Para la juventud el consumo de drogas se ha convertido en una constante respuesta ante la falta de empleo, nulo acceso a la educación, violencia, entre otros problemas que genera el capitalismo. El consumo de drogas por su composición química conduce efectos biológicos que genera adicción, una enfermedad que en el capitalismo se produce por las condiciones materiales, los comunistas debemos luchar contra la ideología burguesa que introduce la idea de que el consumo y adicción como medio de diversión, pero principalmente contra las condiciones materiales que condicionan a los jóvenes al consumo.

1.- El consumo continúo y en elevadas dosis de sustancias psicoactivas pueden producir problemas neurológicos como la adicción y problemas cardiovasculares, respiratorios y gastrointestinales. Además de ello, las drogas cumplen una función en determinados momentos históricos. Por ejemplo, en América Latina en algunos pueblos indios, el consumo de drogas estaba ligado a actividades religiosas y culturales.

En el capitalismo la droga cumple dos funciones fundamentales. La producción, distribución y comercialización de drogas se ha convertido en una de las industrias más rentables del mundo, inyectando al sector industrial y financiero sumas extraordinarias de dinero. Su consumo, a su vez, ha cobrado un papel para alienar y aletargar a las personas, aprovechando sus efectos psicotrópicos; tanto como política específica,[1] como una forma de vida, donde se incita a las personas a olvidar sus condiciones materiales de vida a partir del consumo de drogas.

[1]  En la década de los setentas, el FBI se alió a la mafia de las drogas para inundar los barrios negros y combatir al Partido de Panteras Negras.

 

En muchos casos las drogas tienen como fin mantener la producción, utilizando sus efectos en el organismo para mantener trabajando a los obreros más allá del límite normal de desgaste. Por ejemplo, en el caso de los transportistas o los trabajadores de la construcción, en donde es muy común el uso de diferentes drogas para mantener el ritmo de trabajo y soportar las largas jornadas de trabajo.[2]

[2] También las drogas legales medicadas a personas con enfermedades mentales están más enfocadas en asegurar su funcionamiento como fuerza de trabajo, que en asegurar su desarrollo pleno.

 

2.- La industria de las drogas ilegales se ha convertido en una industria monopólica, ligada a los capitales financieros e industriales, e inserta en el proceso de acumulación de capital. Eso ha provocado que en países donde se produce y transporta la droga, la burguesía expanda su poder y se valga de la explotación de los campesinos pobres y jornaleros agrícolas; y ante la precariedad laboral cientos de jóvenes sean convertidos en sicarios y halcones, condenados a una muerte segura y próxima con el único objetivo de enriquecer los monopolios de las drogas. Esto viene acompañado por la propaganda hacia una cultura del narcotráfico que inunda a la juventud y la niñez. Esa clase de propaganda (telenovelas, música, películas) tienen como finalidad presionar ideológicamente a los grupos vulnerables por la explotación a asumir roles dentro del narcotráfico.

La droga es una mercancía con aspectos característicos sin embargo se rige bajo las leyes del capital, de tal suerte que representa las contradicciones típicas de cualquier otra mercancía como lo son; la explotación, la lucha de clases, alienación, entre otras. Por lo tanto, la droga no determina en el capitalismo como lo han hecho ver la socialdemocracia, que ha intentado introducir términos como “narco estado” o “narco gobierno”.

3.- La explotación en el capitalismo no sólo se manifiesta en las condiciones materiales de vida, sino también en las condiciones culturales a las que se obliga a vivir a la clase obrera.

El capitalismo ha perfeccionado sus métodos de dominación, de forma que busca que la clase obrera intente salir de sus condiciones de miseria material y cultural a partir de la distorsión de la realidad, mostrando una falsa salida individual y aislada, para de esta forma desviar o postergar la solución revolucionaria a las adicciones, es entonces cuando las drogas son utilizadas para redoblar la explotación, la opresión y la creación de falsas esperanzas, a partir de sus efectos para enajenar y distorsionar la realidad.

4.- La FJC asume que la lucha contra el capitalismo pasa por atacar y desmontar con argumentos científicos, ideológicos y políticos la ideología de la clase dominante, incluyendo el uso y consumo de las drogas, como método de control. Por ello, para el próximo periodo hemos de comenzar a asumir con mayor responsabilidad la lucha contra la ideología que promueve el uso de drogas enajenantes y los efectos desmovilizadores del uso, consumo y las adicciones que provocan las drogas, no solamente en la juventud en general sino también al interior de nuestras filas.

5.- Ser un comunista y revolucionario, implica aceptar voluntariamente un compromiso, una disciplina y una responsabilidad ante su propia clase y ante sus camaradas. Por esa razón todo joven comunista debe comprender que el consumo de drogas genera necesariamente problema con el desempeño de sus actividades políticas, con el relacionamiento camaraderil y coloca a la organización, y su propia militancia, ante diferentes riesgos.

6.- No concordamos con las posiciones que consideran al consumo de drogas como una decisión individual. Ni las posiciones legalistas que criminalizan su consumo, ni con las posiciones posmodernas que lo alientan. El problema del consumo y adicción a las drogas es eminentemente social. Desde esa perspectiva es que la FJC debe explicar a la juventud que el uso y la dependencia a las drogas son factores de la erosión de la conciencia, lo que lleva aceleradamente al aislamiento y la alienación de la juventud de su realidad social, lo que termina por subyugar a la juventud y alejarlas de su verdadero enemigo: el capitalismo.

La fuente del problema son las condiciones materiales y culturales de vida de toda la sociedad, y la rentabilidad económica de esta industria. Por lo tanto, entendemos que ni una visión moralista-individualista, ni la criminalización o la legalización,[3] son factores que puedan acabar con el problema. Sólo acabando con la explotación del hombre por el hombre, y generando la creación de una cultura nueva, así como el ataque al núcleo económico del narcotráfico que está en el lavado y la acumulación de capital, podemos acabar con el problema que afecta a la clase obrera, y a la sociedad en su conjunto.

[3] Consideramos que se debe profundizar en la investigación científica sobre las aplicaciones médicas de la marihuana, así como los efectos nocivos para la salud en el consumo de drogas, el Consejo Central actual se encargara de realizar un análisis profundo con especialistas para poder brindar avances que se brindaran en conferencias, auroras y escuelas de formación.

 

 

 

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