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Lecciones políticas de la huelga de telefonistas


 

En México, en lo que va del sexenio de López Obrador se han presentado 17,929 emplazamientos a huelga, de los cuales sólo 23 han estallado la huelga. A pesar de la importancia de estos conflictos obrero-patronales (como es el caso de las huelgas del 2019 en Matamoros, Tamaulipas) estas luchas han sido muy localizadas, por lo que independientemente del número de centros de trabajo en huelga o de la cantidad de trabajadores involucrados, el impacto mediático ha sido muy limitado, lo que ha permitido a la patronal y al gobierno administrar los conflictos, ya sea ignorándolos, reprimiéndolos o alargando las soluciones.

La importancia que reviste la huelga de los trabajadores de Telmex se debe a que la empresa tiene centros de trabajo a lo largo y ancho de todo el país, por ende el impacto político y mediático es de carácter nacional. Pese a que la huelga no duró más de dos días y que los acuerdos no satisfagan las demandas de los trabajadores, es de suma importancia destacar el hecho de que 60mil trabajadores hayan colocado banderas rojinegras en cerca de 500 centros de trabajo. La huelga tiene gran significación histórica por todo lo que puede representar para la lucha de clases en nuestro país

La huelga estalla en Telmex, empresa de Carlos Slim, uno de los magnates consentidos de la 4T cuyo monopolio se ha beneficiado de las políticas económicas de López Obrador, lo anterior nos permite ubicar con claridad la naturaleza del conflicto: la contradicción capital-trabajo, es decir, Slim y su monopolio se ha venido enriqueciendo a partir de la precarización las condiciones laborales de sus trabajadores, la reducción de plazas y la modificación al sistema de pensiones y jubilaciones de los nuevos trabajadores, por mencionar algunos ejemplos, ya que los mismos trabajadores señalan múltiples violaciones al CCT.

Por otra parte, el conflicto huelguístico estalla como consecuencia de la crisis económica en el mundo que en México se ha acentuado con el tema de la guerra imperialista y se expresa con la inflación desbordada que estamos viviendo; de la misma manera, aunque los voceros de la patronal trataron de minimizar el impacto de la huelga, lo que verdaderamente mostraron fue la naturaleza rapaz del capital.

Una gran lección que nos dejan los trabajadores telefonistas al haber decidido de manera unitaria hacer efectiva la huelga, es demostrar la vigencia de la huelga como la principal arma de los trabajadores contra la patronal, se confirma que aunque el compromiso del actual gobierno socialdemócrata es mantener la paz social a toda costa, esta paz tiene límites y tiene su punto de quiebre en la contradicción capital-trabajo.

En contraste con lo anterior, debemos de tomar nota de la actuación conciliadora con la que actúa el sindicalismo socialdemócrata que sigue tratando de llevar a los trabajadores a la conciliación de clases a través de negociaciones y acuerdos con la patronal de carácter estrictamente económico para seguir manteniendo el control político de las masas obreras.

En la medida que las condiciones económicas se vayan agravando más conflictos irán surgiendo, esto confirma la necesidad de la organización de los trabajadores, de la solidaridad de clase con estas luchas que van a tener la presión mediática de los voceros del capital, por lo que los comunistas debemos estar ahí, en el epicentro de las luchas. Desde ya estamos atentos a los trabajadores, grupos o corrientes de sindicalistas que al interior del STRM se planteen la organización de un nuevo sindicalismo democrático y clasista.

Los comunistas, siempre que haya un estallido de huelga, estaremos llamados a asistir a los centros de trabajo en conflicto para expresar nuestra solidaridad, el saludo combativo de clase, el acompañamiento a los trabajadores.

 

Buró Político del Comité Central del PCM

 

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