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Prepararnos para los virajes en la lucha de clases con un partido comunista fuerte y firmeza en el criterio clasista.

13096357_1074900222580435_2998331544559287647_nInforme al VII Pleno del Comité Central reunido en el mes de Febrero del 2016 en la Ciudad de México

Camaradas:

Los Plenos del Comité Central son las máximas instancias de dirección del Partido Comunista de México -entre Congreso y Congreso- de dirección política, ideológica y organizativa, por lo que existe una profunda responsabilidad para apreciar y evaluar los virajes que se producen en la lucha de clases tanto en el mundo, como en nuestro país.

Desde la realización del V Congreso hay algunos cambios drásticos y la confirmación de tendencias entonces delineadas que nos llevan a la necesidad de evaluar con precisión la nueva situación, por su incidencia y repercusión en la lucha de clases internacional y nacional, y en la propia actividad del PCM.

Subrayaremos en primer lugar, que la conquista principal del IV y V Congreso de nuestro Partido, tiene que ver con el enfoque, el análisis y el criterio clasista, y con todo lo que ello implica. ¿Qué queremos decir? Que la única consideración, el único factor, es lo que sirve y beneficia a la clase obrera, al proletariado en sus objetivos como clase para sí. Lo que permita avanzar en su independencia de clase, en su organización de vanguardia, en su acción política anticapitalista, antimonopolista, antiimperialista, por el socialismo-comunismo, con fidelidad absoluta al internacionalismo proletario, y manteniendo la crítica al oportunismo, al reformismo y al revisionismo. El criterio clasista excluye bordear los fenómenos sociales y obliga ir a su epicentro, a la esencia misma, para develar su carácter de clase y cuál debe ser la posición que beneficie a la Revolución proletaria. Durante muchas décadas sobre ese criterio se superpusieron otros trastocando el análisis marxista-leninista y afectando directamente la actividad política del partido de la clase obrera. En lugar de las posiciones de la clase obrera, se enfocaba con el criterio pluriclasista del frente y las alianzas, lo que llevaba a políticas del mal menor, que burguesía es menos mala, que políticas burguesas golpeaban menos a los intereses de la clase; en ocasiones se superponía el criterio nacional sobre el de clase, y en lugar de la comprensión efectiva del imperialismo y del desarrollo del capitalismo, así como de las tareas mismas de la clase, se colocaba por encima el criterio burgués de la independencia nacional, y el programa proletario se postergaba porque el prioritario era el de la burguesía decimonónica, revolucionaria en aquel entonces; Se superponía el criterio de la democracia, y en lugar de luchar por la subversión de éste orden injusto luchamos décadas por preservarlo, defendiendo la democracia burguesa.

En un primer momento el criterio clasista parecería estrecho o sectario porque al excluir esas superposiciones el efecto político parecería circunscrito a un menor radio, porque parecería una renuncia a la intervención en las capas medias, porque parecería contrario a las alianzas. Sin embargo sienta bases reales, cimientos efectivos para la consciencia de clase de los trabajadores, para la organización política independiente del proletariado que enarbole su programa histórico, el del socialismo-comunismo. Es nuestro deber, tomando en cuenta los errores históricos no volver a incurrir en el desatino de análisis superpuestos al clasista, y persistir contra viento y marea en lo que lleva a organizar a la clase obrera, lo que camine en la senda del marxismo-leninismo, lo que fortalezca el internacionalismo proletario, lo que trabaje por la Revolución.

Frente a la Guerra, contra cualquier polo imperialista, por la Revolución Socialista.

La cuestión contemporánea más acuciante es aquella que tiene que ver con los riesgos y posibilidades del estallido de una nueva guerra mundial. Como sabemos, hoy las guerras son resultado del ciclo mismo de la economía capitalista, una salida a la crisis, una resolución a las contradicciones. En la época del imperialismo la crisis económica y las contradicciones interimperialistas van preparando el camino para las conflagraciones, que se producen precisamente en puntos de quiebre de la tendencia decreciente de la tasa de ganancia. No está de más recapitular que frente las guerras el movimiento obrero debatió con fuerza, y que los principios se salvaguardaron después de férreos debates.

Corroída por el oportunismo y el reformismo la II Internacional entró en bancarrota y descomposición frente a la catástrofe y barbarie que significó la Primer Guerra Mundial, Solo una minoría, agrupada en torno a los bolcheviques y los comunistas alemanes que después formarían Spartacus, lanzó decidida la consigna de guerra a la guerra y la necesidad de transformar la guerra en Revolución frente a quienes solapaban la carnicería y llamaban al proletariado a cerrar filas con sus burguesías contra sus propios hermanos de clase de otros países. Esa estrategia correcta posibilitó la Gran Revolución Socialista de Octubre, así como el reagrupamiento revolucionario en la Internacional Comunista. El carácter de clase de la guerra estaba definido por su naturaleza imperialista que forzaba a un nuevo reparto del Mundo, siendo algo fuera de control el que se produjera una ruptura histórica con el poder obrero soviético. Apenas concluida la Guerra Mundial, las fuerzas imperialistas buscaron la intervención militar en la Rusia Soviética para ahogar al socialismo, pero no enfrentaron solo al Ejército Rojo de Obreros y Campesinos, sino también a una fuerza proletaria internacional, que con diversas acciones, huelgas, sabotajes, se hermanó con la construcción del Mundo nuevo que representaba la URSS.

En torno a la Segunda Guerra Mundial, cuyos preparativos iniciaron apenas firmados los armisticios de la Primera, se entretejieron además de los conflictos interimperialistas, la contradicción del capitalismo con el socialismo, y la utilización del fascismo como fuerza contrarrevolucionaria para estabilizar al capitalismo después de la profunda crisis de 1929. A pesar de los problemas ulteriores y de las consecuencias estratégicas que aún tenemos que evaluar, las decisiones del VII Congreso de la Internacional Comunista mostraron la política y las consignas correctas para el proletariado. Tomemos en cuenta, en primer lugar el factor que significa la existencia de la URSS, como unión de naciones que construían el socialismo, y no desdeñemos que era una deber romper el frente del imperialismo contra el socialismo. Como sabemos, las orientaciones consistían en aislar a la fuerza más reaccionaria y chauvinista del capital financiero expresada por el eje nazi-fascista, también conocido como frente anti-comintern. En un principio EEUU, Inglaterra y Francia permanecían neutrales frente a la agresión nazi-fascista contra los pueblos de Europa y la Unión Soviética. Los capitales de los países imperialistas estaban enlazados con los de los monopolios que representaba el partido nazi. Era un deber del proletariado intervenir en la Segunda Guerra Mundial a favor del socialismo, a favor de la URSS y en función de ese objetivo luchar por la derrota del fascismo. El esfuerzo descomunal de la clase obrera y los partidos comunistas tuvo esa orientación y en gran medida ello decidió el curso de ésta gran victoria antifascista.

Además de la victoria soviética, la guerra tuvo otros resultados. En primer lugar, qué en la cúspide de la pirámide imperialista se colocó por primera vez EEUU, desplazando a Inglaterra; en segundo lugar que se produjo un nuevo orden internacional sustentado en el antagonismo del mundo capitalista y el socialista, lo que intensificó la lucha de clases internacional, inclinada los primeros años a favor de los pueblos con la ampliación geográfica de las democracias populares y los procesos de descolonización al tiempo que el campo contrarrevolucionario adquiría directamente un carácter anticomunista apoyando en la carrera armamentista.

Un balance más amplio de lo que pensamos alrededor de tal proceso se encuentra en las Tesis del IV Congreso del Partido y en las propias Tesis del Socialismo del KKE, que adoptamos también nosotros.

La correlación de fuerzas se alteró cuando la contrarrevolución derrocó la construcción socialista en la URSS, Europa, y otros países de Asía y África. La kantiana idea de la paz perpetua y universal se convirtió en una de las columnas vertebrales del discurso ideológico del imperialismo que con una nueva arquitectura reorganizó los organismos internacionales para convertirlos en legalizadores de sus políticas de agresión, guerra, saqueo, explotación.

Desde el triunfo de la contrarrevolución no hubo un día de paz. Yugoslavia, Irak, Somalia, Haití, Afganistán, Yemen, Libia, no son sino algunos países de una cadena de agresiones militares imperialistas. En defensa de la democracia, en defensa de los derechos humanos, en cruzadas contra el terrorismo, con una y otra coartada ideológica lo que se busca son nuevos mercados, mano de obra barata, recursos naturales, rutas, para favorecer a los monopolios y para favorecer la industria de guerra.

Pero ello no regula las contradicciones interimperialistas, sino que las acrecienta, las acentúa, y a lo largo de estos años, paso a paso se convirtió nuevamente al Mundo en un polvorín que está por estallar.

Por un lado los EEUU, la UE, con la OTAN como su expresión militar. Por el otro, desde hace más de una década, primero con el Acuerdo de Shanghái, luego con acuerdos comerciales como BRICS, pero también con acuerdos de colaboración militar se configuró una alianza entre Rusia, China, Irán, Siria, etc. Estas pugnas interimperialistas tienen una base económica, por el control del petróleo, el gas, el dominio geoestratégico, y los mercados; es necesario subrayar que esa no es una rivalidad regional, sino tiene que ver directamente con la disputa por ocupar el liderazgo de la cúspide de la pirámide imperialista.

Estas contradicciones han rebasado ya los antagonismos económico/comerciales, han rebasado ya los antagonismos políticos y diplomáticos, y se encuentran ya en el escenario militar directo, aunque es a través de terceros que hoy este se expresa, pero cada día acercándose a una confrontación abierta.

Del escenario de Ucrania se pasó directamente a Siria. Ahí se dirimen ahora las contradicciones interimperialistas y ahí puede estallar una nueva guerra Mundial. En un principio las confrontaciones fueron entre el gobierno sirio y el Estado Islamico –ISIS, cuerpo mercenario fabricado y alimentado por la CIA y las reaccionarias monarquías árabes. Hoy interviene ya directamente el Ejército Ruso, y aparece la fuerza militar Turca. Mañana puede ser directamente la confrontación a gran escala directa entre EEUU-OTAN contra Rusia.

Ahora bien, ¿cuál debe ser la actitud de los comunistas en general frente a esta posibilidad, y por supuesto cual debe ser la actitud del PCM?

El escenario político-ideológico está tan distorsionado que pareciera que el deber de los comunistas es apoyar la alianza China-Rusia en contra del imperialismo norteamericano y los criminales de la OTAN. Se argumenta que el centro imperialista norteamericano y la OTAN son el enemigo principal de la humanidad y de los pueblos, y que en consecuencia quien los confronta es aliado directo de la humanidad y de los pueblos, por ende de las fuerzas progresistas, revolucionarias y comunistas. Tal argumento es reproducido hasta el cansancio por medios afines a Putin, como RT, y también por los media afines a los BRICS, más también por algunos partidos comunistas u organismos de prensa que les son afines, así por ejemplo Cuba Debate, y prácticamente toda la intelectualidad progresista, independientemente de sus matices. Parecería ser un sentido común, un consenso del que es imposible escapar.

Es verdad que el centro imperialista norteamericano, la UE y la OTAN deben ser combatidos, precisamente por su naturaleza imperialista, que es la misma que se encuentra presente en la alianza que lideran Rusia y China. Ese es el fondo de la cuestión. La Rusia de Putin no es continuidad de la URSS, a pesar de todos los esfuerzos que hacen las clases dominantes en Rusia para apropiarse de la historia de la Unión Soviética. No existe ninguna continuidad entre la Gran Guerra Patria antifascista y las contradicciones entre Rusia y Ucrania; no existe ninguna continuidad entre la solidaridad soviética en Afganistán con la presencia militar rusa en Siria. En tanto que en la URSS los objetivos eran la defensa del socialismo, la solidaridad antiimperialista, el internacionalismo proletario, para la Rusia de Putin están presentes sus intereses petroleros, las rutas de gas, la venta de armas, las posiciones geoestratégicas.

En la guerra entre tiburones imperialistas ni tenemos aliados, ni hay mal menor, y la única política de clase consiste en aprovechar las contradicciones para intensificar la lucha por el poder obrero y el socialismo. El PCM no comprometerá la independencia de clase del proletariado apoyando algún bando imperialista.

En tanto, además de una inminente guerra que puede ser catastrófica para el género humano se vivirá la cotidiana barbarie de los grupos terroristas creados en los laboratorios del imperialismo; se vivirá la tragedia del desplazamiento, con miles de refugiados que buscan escapar de la violencia de la guerra para caer en la violencia de los campos de concentración.

Es una necesidad para los partidos comunistas organizarse frente a esta situación, elaborar una estrategia común.

La crisis capitalista se profundiza

Los escenarios de recuperación económica se han frustrado derrumbando los discursos ilusorios de un nuevo auge. Ocho años lleva ya la crisis de sobreacumulación y sobreproducción deteriorando drásticamente las condiciones de vida y trabajo de la clase obrera. Desempleo, pauperización y una profunda miseria es la constante para los trabajadores del Mundo. Reformas legislativas han anulado casi todos los derechos conquistados por el movimiento obrero y sindical.

En el terreno directamente del antagonismo capital/trabajo se encuentra la respuesta militante de los trabajadores griegos y sus fuerzas clasistas como el PAME, organizadas y dirigidas por el Partido Comunista de Grecia. Como sabemos la lucha ahí crece y se desarrolla ascendentemente.

Los monopolios buscando apaciguar el conflicto socioclasista han recurrido a la nueva socialdemocracia y han formado un gobierno de Syriza con Tsipras. El KKE fue acusado de sectario por no sumarse a Syriza, pero el tiempo dio la razón a la negativa de nuestros camaradas del KKE.

Syriza y Tsipras han resultado los más férreos aplicadores de las políticas antiobreras. Ésta izquierda sin rubores se alía con organizaciones fascistas como Amanecer Dorado; implementa las políticas de la Unión Europea, y engaña a su pueblo diciéndole lo contrario, en cada momento de su gestión.

Las fuerzas del oportunismo y ese mundo confuso que conocemos como la izquierda, cerraron filas con Syriza, llamaron a la solidaridad con Tsipras, nombraron con esperanza su gobierno, y condenaron las críticas que levantaba el KKE, condenaron las huelgas generales; Hoy ellas y Syriza están desnudadas. Sin embargo la nueva socialdemocracia es un instrumento de los monopolios para administrar la crisis y buscar atenuar el conflicto social.

Con Syriza en Grecia, con PODEMOS en España, con MORENA en México el capital busca ganar tiempo, como en el caso también del PT en Brasil o del llamado progresismo en América Latina. En ello cuentan con la colaboración ideológica y práctica de varios partidos comunistas del campo oportunista.

En periodos de crisis como la que se vive el oportunismo juega un rol de importancia para la estabilidad del sistema, para la prolongación de su agonía. Es una fuerza instrumental que contribuye con las clases dominantes, y es directamente en consecuencia un pilar de la contrarrevolución. En los periodos anteriores al estallido de las crisis reblandece a los partidos comunistas en los que logra anidar porque bajan la guardia ideológica y política frente a éste peligro, y con ello golpea al movimiento obrero y popular, que sin el Partido no puede responder coherentemente a las medidas económicas y políticas que adoptan los monopolios. Hoy en importantes países, donde los efectos de la crisis permitirían fuertes respuestas de la clase obrera, simplemente no hay ninguna porque los partidos comunistas están disueltos o corroídos por el oportunismo. Por ello es de gran importancia que se esté dando un proceso de reorganización de los partidos marxistas-leninistas en varios países, por ejemplo el Partido Comunista, de Italia, el Partido del Trabajo de Austria; se demuestra la importancia de los comunistas españoles de romper con el eurocomunista PCE y organizar al PCPE. Y por supuesto la labor que nosotros realizamos al reorganizar al PCM.

En éste periodo de crisis la lucha tiene que agudizarse, radicalizarse y adquirir niveles de organización, no simplemente superiores, sino a tono con la necesidad de la ruptura anticapitalista, de la Revolución. Pesa en contra la crisis del movimiento comunista internacional que sigue manifestándose en las contradicciones del EIPCO y en las instancias comunes como la FMJD, cuya última Asamblea en La Habana expresa un cumulo de contradicciones.

Como se sabe, a pesar de las dificultades financieras nuestro Partido logró estar presente en el último EIPCO en Estambul y en la Asamblea General de la FMJD vía la FJC. Han sido reuniones complejas, donde no somos simples observadores, sino parte activa del polo leninista que busca el rumbo clasista y levanta con firmeza las banderas del socialismo y el antiimperialismo.

América, crisis del capitalismo, crisis del progresismo

Las elecciones en Venezuela confirman la prognosis de nuestro V Congreso, y la encrucijada no fue ya solo una hipótesis, sino una dura realidad. Señalamos entonces que las fuerzas bolivarianas, PSUV, PCV, movimiento popular, habrían de definir entre radicalizar el proceso o retroceder frente a la contrarrevolución. Las indefiniciones permitieron el avance de las fuerzas oligárquicas al obtener una aplastantante mayoría en las elecciones legislativas. Hoy a contrarreloj, Maduro y el PSUV buscan tomar algunas medidas, sin embargo siguen titubeantes, por el mismo marco ideológico en que se conducen. El PCV se conduce con madurez y una política revolucionaria buscando conquistar una influencia decisiva, con la que por el momento no cuenta. El triunfo de Macri en Argentina, la derrota de Evo Morales, en general nos presentan un cuadro de derrota del progresismo y del bolivarianismo, así como la recuperación de espacios por parte de la contrarrevolución.

A ello debemos agregar la situación en Cuba y en Colombia. Por más retorica a favor del socialismo en Cuba, hoy día lo que tenemos es la reinstalación de relaciones mercantiles, por ahora de monopolios brasileños, latinoamericanos, rusos y chinos, pero se prepara el terreno para la llegada masiva de los monopolios norteamericanos, algo que se acelerará a partir de la visita de Obama a la Habana el próximo mes, en donde entre otros aspectos de la agenda se prevé una reunión con el sector empresarial. Es decir ya existe una capa que acumula, que invierte, que explota.

En lo ideológico en Cuba el socialismo es prácticamente inexistente, se observa en sus debates, en la prioridad de sus publicaciones, en sus directrices económicas, en sus relaciones políticas. Nuestra Comisión Ideológica debe seguir con atención el día a día, pero las perspectivas son negativas.

Ese mismo contexto latinoamericano y caribeño, tenemos la posibilidad de que las FARC-EP dejen las armas; incursionar la vía política es un derecho que nadie puede cuestionar a una organización revolucionaria que por más de 50 años con heroicidad sin límites enfrentó todo el peso de la oligarquía y el imperialismo. Nos preocupa sin embargo que el programa que ahora enarbola sea de reformas y ya no de ruptura y por el socialismo, un programa por un “Estado social de derecho”, donde ya no buscan destruir al Ejército sanguinario que por décadas combatieron, sino la reconciliación con él. El Acuerdo de Paz no es en las mejores condiciones para el movimiento revolucionario colombiano, ni internacional.

En conclusión tenemos un escenario donde la crisis del progresismo es en favor de la reinstalación de la contrarrevolución, y donde además el progresismo auxiliado por partidos comunistas de prestigio está condenando la crítica revolucionaria. Pero el tiempo trabaja a nuestro favor, y fue correcto deslindarnos del Foro de Sao Paulo, y no eslabonarnos a proyectos procapitalistas como MERCOSUR, ALBA o CELAC como oposición al centro imperialista norteamericano.

En ese escenario es previsible la desmoralización de sectores aliados que cifraron sus esperanzas en esos procesos y la desmovilización de varios movimientos populares. Es en ese contexto que el PCM debe mantener su política de contrataque, ruptura radical con el capitalismo y lucha por el poder obrero, y una política y un criterio clasista, aun remando a contracorriente, aún en la adversidad que puede similar a la crisis política e ideológica de los años 90 que siguió al triunfo de la contrarrevolución en la URSS.

México, profundización de la crisis, agresividad del Estado, convulsión social.

Peña Nieto, y los responsables del Gabinete económico han por fin admitido la crisis económica. No podía ser de otra manera pues están presionados por la devaluación del peso frente al dólar y la caída de los precios del petróleo, porqué están realizando ajustes al presupuesto público, al gasto social, y porque se desató una inflación incontrolable que afecta la canasta básica y la economía popular y de las familias de la clase obrera. En estos años del sexenio de Peña Nieto se aumentó en dos millones el número de personas en la extrema pobreza, llegando la cifra a 55.3 millones. También 2,400,000 personas  han perdido el trabajo, por lo que son 8,735,356 los que en términos reales  se encuentran en el desempleo, y 26 millones  se encuentran en la economía informal y de los trabajadores ocupados el 58% se encuentra sin contrato ni prestaciones sociales . La pérdida del poder adquisitivo es tal que 25 millones de trabajadores no pueden alcanzar a completar la Canasta Básica. Actualmente, según el Centro de análisis Multidisciplinario de la UNAM se requiere trabajar casi 23 horas para adquirir la Canasta Básica, en tanto que en 1987 bastaba con 4 horas y la pérdida del poder adquisitivo es de más del 77%.

En contraste los monopolios incrementan sus ganancias, exportan capitales, y son beneficiarios de la reforma laboral, fiscal y de todas las medidas institucionales del Estado mexicano.

En general el movimiento obrero y sindical se encuentra en condiciones de aumento de la precariedad después de la reforma laboral.

Ahora bien la reforma laboral, es decir la desvalorización del trabajo, así como el recorte drástico de los derechos sindicales y laborales, evita que la burguesía disminuya sus ganancias en tiempo de crisis del capitalismo, pero agudiza la lucha de clases, y ello es palpable iniciando el 2016, con el estallido de huelgas, paros, resistencia a los despidos, de obreros industriales, de maquilas, de los servicios y de trabajadores del Estado. Y tal conflicto de clase es el que viene a cualificar la lucha.

El PCM debe intervenir con decisión- y la bolchevización lo está permitiendo- en la agudización del conflicto capital/trabajo, previendo en el escenario la irrupción de importantes contingentes de obreros industriales, como es el caso de la DINA, Lexmark, pero con gran seguridad de los cientos de miles de obreros petroleros que están siendo despedidos, de los electricistas del SUTERM, del sector de la industria automotriz, del minero-metalúrgico, del metal-mecánico, de los millones de trabajadores de la salud, del sector público sobre todo (SSA. IMSS, ISSSTE), de los trabajadores de la educación; de los trabajadores del transporte, aéreo y terrestre. Estamos en las puertas de un movimiento generalizado de la clase obrera que en sus primeros momentos estará marcado por las reivindicaciones economicistas pero que por necesidad tendrá que politizarse. Un movimiento que abarcará todo el proceso del capital: la producción, la circulación, la distribución.

La burguesía ejerciendo su dictadura de clase a través del Estado procura mantener el control y la dominación política con sus mecanismos tradicionales y en primer lugar el proceso electoral.

Todos los partidos burgueses se encuentran de lleno en la cuestión de la sucesión presidencial, en medio de maniobras, golpeteos, reacomodos y nuevas alianzas. La quimera de la burguesía que es la Unidad Nacional se encuentra de momento inviabilizada, pues una vez que el Pacto por México cumplió con su cometido, es decir el paquete de reformas estructurales, hay espacio para las pequeñas rencillas que son permisibles en la democracia burguesa, es decir polemizar y confrontar todo aquello en que no se cuestione el poder de los monopolios y cerrar filas en todo lo que lo fortalezca y apuntale y contra todo lo que lo cuestione o ponga en riesgo.

Al igual que en Europa, la nueva socialdemocracia tiene un lugar reservado en el protagonismo que permita salvaguardar al poder de los monopolios. La escisión mayoritaria del PRD, partido socialdemócrata de las dos últimas décadas, conformó el Movimiento de Regeneración nacional –MORENA- fundado, dirigido y hegemonizado por el caudillo nacional-populista López Obrador, y no tiene otro objetivo que la gestión neokeynesiana del capitalismo.

Frente a López Obrador los comunistas tenemos ya un claro posicionamiento que corresponde también frente a MORENA, sin embargo no es en automático pues hay factores que no son desdeñables.

MORENA, tiene un carácter de masas, son millones quienes lo integran, y aunque tiene una conformación pluriclasista y así se define, son los sectores populares quienes le nutren.

Con MORENA se agrupará en la disputa electoral la mayoría de lo que hoy se define como izquierda, no solo organizaciones oportunistas, sino algunas que se han caracterizado por su combatividad, consecuencia y con potencial revolucionario, pero que hoy no ven otra perspectiva.

Es posible adelantar que el PCM no participará del proceso electoral del 2018, y en consecuencia tenemos una definición frente a la democracia burguesa en general y frente a MORENA en particular. La cuestión a discernir es el trabajo cotidiano donde los encontramos y habremos de encontrarlos.

MORENA, y eso debemos tenerlo claro, con o sin López Obrador, por más imprescindible que ese caudillo hoy parezca, fue formada para asegurar una propuesta de gestión del capitalismo, y es funcional a los intereses de la clase dominante.

Nuestra crítica debe esclarecer que la honestidad, el amor, el pacifismo, el populismo, el nacionalismo no conforman una salida a los problemas profundos y reales de la clase obrera y los sectores populares, de tal forma que tengan un carácter pedagógico que lleve a romper con esa ilusión y fortalezca el torrente de la Revolución socialista.

Debemos ser implacables, pero nuestra argumentación debe ser suficiente para llevar a miles a cuestionarse sobre la inviabilidad de tal proyecto. No se trata simplemente de romper lanzas.

Debemos estar conscientes que la lucha será cerrada a nivel de luchas concretas reivindicativas donde ellos buscan disputar electores en tanto nosotros buscamos forjar consciencia y organización. Debemos estar conscientes de que los apoyos populares a MORENA son transitorios y están en relación directa con el fortalecimiento del Partido Comunista y de los instrumentos clasistas de la lucha de masas. Insistimos, MORENA es la nueva socialdemocracia, enemiga de clase, y nuestra crítica debe orientarse a desenmascarar ese carácter, sin sectarismos frente a sectores populares que mañana podrán combatir bajo nuestra dirección.

Camaradas:

Entre los elementos nuevos que analizar está el TTP, que pasó prácticamente sin resistencia popular alguna, sin embargo en México se mantienen tendencias enunciadas y analizadas por el presente Comité Central y el propio V Congreso.

Se recrudece la represión y militarización del país, combinada con el actuar impune del paramilitarismo y bandas delincuenciales complementarias de la violencia estatal contra el pueblo trabajador. Tanto Ayotzinapa, como la represión en contra nuestra, emblemáticamente el asesinato de camaradas en Guerrero, y la desaparición en Tamaulipas del camarada Enrique López, miembro de éste Comité Central, provocan reflexiones profundas sobre el papel de los distintos aparatos en la lucha revolucionaria. Simplemente no debemos permitir que ya ningún golpe del enemigo quede en la impunidad, la autodefensa de masas es una necesidad, así como una mayor disciplina y espíritu de cuerpo de cada nivel organizativo del PCM. La autodefensa no puede ser letra muerta, retorica, o asunto futuro, es algo vital para asegurar la existencia del PCM.

Éste Estado terrorista que asesina periodistas, que los persigue, los secuestra, que lleva a cabo una guerra contra el pueblo, que espía, que criminaliza, que encarcela a los que luchan tendrá por necesidad que ser combatido en la disputa del monopolio de la violencia. Debe quedarnos claro, y debemos actuar sin dilación.

La misma lucha de masas, obrera y popular tiene que parir, y desenvolver de lo embrionario a lo complejo aparatos de lucha, donde los comunistas debemos transmitir nuestra experiencia.

Hay que subrayar que no puede permitirse iniciativas aisladas que por ley tienden al aventurerismo, sino la rigidez y peso del centralismo democrático y que el mando es siempre político, y siempre a las instancias de dirección del PCM, en primer lugar el CC, y jamás de instancias paralelas.

La tendencia a la insumisión acumula en un sentido ascendente y a nuevos estallidos sociales dislocados en la inmensa geografía nacional. Nosotros no podemos, ni tenemos la capacidad para ir tras cada uno, y aunque estamos en el deber de solidarizarnos con cada uno, es mejor trabajar y profundizar aquellas luchas donde estamos presentes, podemos influir y dirigir, de tal suerte que podamos convertirlas en emblemáticas y potenciadoras de iniciativas superiores cualitativamente. Hablamos de una cualificación política, organizativa de los estallidos en que eventualmente los comunistas podamos tener un rol dirigente. No está fuera de la realidad afirmar que los próximos estallidos tendrán naturaleza clasista y composición eminentemente proletaria.

La aparente tranquilidad del Estado mexicano, su amplio margen de maniobra y capacidad para imponer reformas estructurales no tiene que ver con su fortaleza, sino con nuestra incapacidad, la cual remontaremos, y no en un largo plazo, por más dificultades que hoy indique el recuento. Aún con sus debilidades el PCM debe acelerar los preparativos para las luchas proletarias, superar cualquier resabio de sectarismo o autocomplacencia y ejercer el arte de la dirección clasista en la lucha de masas.

El cuadro en México sigue esbozando la Revolución como asunto impostergable.

El PCM tiene el deber de fortalecerse, crecer, cualificarse hasta transformarse en el partido de vanguardia de la clase obrera.

Camaradas:

En Julio, el último Pleno del CC, indicó el proceso de bolchevización, el cual viene elevando la calidad y capacidades del Partido Comunista, aunque no está completado.

Sus manifestaciones positivas se visualizan en el Valle de México, expresadas en la Conferencia Regional de balance de principios de Enero y en la propia actividad de los comunistas en la región.

En general en las regiones se reporta un porcentaje superior de inserción en las luchas obreras. Ya no son sólo informes de círculos de estudios, de venta de periódicos, de actividades estrictamente ideológicas, sino de acción en el movimiento obrero; aunque sin las actividades anteriores hubiera sido imposible la acción presente; ya no son solo informes de actividad a puerta de fábrica, sino en el interior de las fábricas. Bolchevización y giro obrero van de la mano.

En Marzo tendremos los congresos de Puebla-Tlaxcala y de Jalisco. Nos estamos instalando en Baja California, con la gran alegría de hacerlo entre obreros de la siderurgia, resultado directo de una labor paciente y poco vistosa de los camaradas de Lázaro Cárdenas Michoacán, que siguen bregando a pesar de las dificultades. En Oaxaca la labor partidaria se reorganizó después de amputar lo negativo, en medio de turbulencias, ataques y calumnias.  En Guerrero hay semillas plantadas y germinando, células con camaradas nuevos que florecerán. En el Estado de México se trabaja con ahínco para restablecer la organización. El trabajo en el Norte (Nuevo León, Coahuila, Chihuahua, Durango y San Luis Potosí avanza sobre pasos muy firmes). En Querétaro, Hidalgo y Tabasco contamos con fuerzas nuevas. En Morelos atravesamos una inestabilidad en el equipo de dirección, pero actualmente estamos recuperando el ritmo, aunque ello es explicable porqué en la vida del Partido, esa entidad es la que mayor cantidad de cuadros aportó al trabajo central, al trabajo de dirección nacional y al fortalecimiento cualitativo de los distintos aparatos. Hoy tenemos un trabajo también en Colima y Nayarit. Tenemos un Partido templado en Veracruz y preparado para etapas de mayor dinamismo. En Tamaulipas mantenemos presencia en Matamoros y luchamos por mantenernos en Tampico, porqué el golpe que nos dieron con la desaparición de Enrique fue brutal.

La Comisión de Organización trabaja con agilidad en la atención a los contactos los que canaliza con rapidez a las diferentes regiones. Recordemos que la inmensa mayoría de contactos no fueron atendidos en los años anteriores, y particularmente entre 2012-2013.

En balance podemos decir que el Partido avanza, pero no en los ritmos suficientes y con un déficit en los cuadros, porque no basta con reclutar nuevos camaradas si no hay cuadro que pueda dedicarse al proceso de formación y construcción de organización con ellos.

Entre crecimiento y mayor número de cuadros hay tal relación que el déficit de lo segundo lleva a constantes retrocesos en materia organizativa. Una política de cuadros es la garantía de crecimiento y desarrollo, teniendo como marco la planificación.

Camaradas, a finales del año 2017 o principios del 2018 deberá efectuarse el VI Congreso del PCM y es deber del presente Comité Central entregar mejores cuentas en materia organizativa, en un mayor número de militantes, de cuadros y de células y organizaciones regionales y sectoriales. Es tiempo de probar una campaña de reclutamiento con el objetivo de duplicar o triplicar las filas partidarias, planificada en tiempos, propaganda, objetivos precisos, de carácter central y nacional. Y es necesario, en consecuencia con el presupuesto, establecer una política de cuadros, con la Escuela funcionando, con lecturas y tareas controladas, con evaluación permanente.

Para el buen funcionamiento de la organización se requiere de apoyar en todo lo necesario para que la Escuela de Cuadros Arturo Gámiz inicie su actividad. Proponemos restructurar la Comisión de EducPol, así como nombrar un nuevo responsable de la tarea en el BP.

El otro frente fundamental del PCM es el obrero-sindical, del cual proponemos su restructuración así como la realización de la III Conferencia Obrero-Sindical.

La FJC, la esperanza del PCM, nuestra juventud comunista continua avanzando y a finales de éste año deberá realizar su II Congreso; enfrenta un problema similar al del PCM en cuanto a la formación de cuadros, la propuesta es que por un periodo, acompañemos directamente la formación ideológica y política de una plantilla de camaradas que nos presente el BP de la FJC, así como redoblar esfuerzos para que en todo lugar donde el PCM tiene presencia se desarrolle estructura de la FJC. Francamente criticamos a los camaradas que no entienden la importancia estratégica de la FJC para la existencia futura del PCM. Destacamos el trabajo de la FJC en Hidalgo, Valle de México y Morelos.

Por separado se está presentando un informe del Consejo Editorial de El Comunista, Órgano Central del PCM; presentamos de manera resumida un balance de lo que significa transformar el periódico en un quincenario. Más allá de cualquier dificultad que se enuncie el esfuerzo es colosal y demuestra la capacidad y potencialidad del periódico y su dirección, que estimula, acompaña y refleja las luchas del Partido, Pese a las dificultades debe apoyarse el ritmo adquirido por el periódico y no permitir ningún retroceso. Existe la necesidad de aumentar su tiraje, pero se requiere la resolución del CC para convocar a todo el Partido a mantener ese paso. Hasta ahora se han realizado cuatro Festivales del periódico, y solo en el primero estuvo coordinado por su dirección, en el resto fue el BP el que coordino e instrumentó. Proponemos desde ahora que el siguiente Festival esté en manos de la dirección del periódico y que inicie desde ahora su preparación.

Proponemos continuar en este Pleno la discusión sobre el trabajo de masas y arribar ya a una conclusión.

La Comisión de ideología tiene un trabajo regular y trabaja para saldar cuestiones candentes. Proponemos que se convoque a la Primera Conferencia de Ideología del PCM.

El trabajo Internacional del Partido es estable, y se están dando pasos para apoyar la resolución de la reorganización de partidos comunistas y obreros en la región.

Camaradas:

Insistimos en que el desarrollo, es decir crecimiento cuantitativo y cualitativo del PCM es la precondición del proceso revolucionario en nuestro país. Que la dedicación de cada camarada en ello es vital, y que si sumamos los esfuerzos, si los redoblamos tendremos un fuerte Partido Comunista, que tanta falta hace a la clase obrera de nuestro país.

¡Proletarios de todos los países, uníos!

Texto aparecido en El Machete no.7

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