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La formación, la acción y la disolución de la Internacional Comunista a través del prisma de las tareas actuales del movimiento comunista internacional

 

 

 

 

La formación, la acción y la disolución de la Internacional Comunista a través del prisma de las tareas actuales del movimiento comunista internacional

 

 

 

 

Artículo de la Sección de Relaciones Internacionales del CC del KKE

 

El 18 de diciembre de 2020 se publicó en el periódico del Partido Comunista de la Federación Rusa (PCFR) un artículo del periodista y filósofo ruso Victor Trouskov sobre la formación y la acción de la Internacional Comunista, bajo el título “¿Sobrestimamos las fuerzas cuando formamos la Internacional?”.

El autor, basándose en el diario personal del dirigente comunista Georgi Dimitrov, apunta que dicha frase pertenece a Iósif Stalin, y que él la plantea simplemente en forma de pregunta.

En el artículo se hace una breve recapitulación de las resoluciones más importantes de la Internacional Comunista. Entre otras cosas, se elogia la orientación de fundación de frentes populares, mientras que se hace un esfuerzo de justificar la decisión de auto-disolución de la Internacional Comunista. Esta justificación se basa en el argumento principal de que “el movimiento comunista internacional no se puede dirigir desde un centro único”. Al mismo tiempo se evalúa como positivo el establecimiento de la Cominform para el intercambio de información entre los partidos comunistas, y se estima que ni las Conferencias Internacionales de los Partidos Comunistas en la década de 1980 celebradas por iniciativa del PCUS, ni los Encuentros de Partidos Comunistas y Obreros en base anual que comenzaron por iniciativa del KKE, pueden llenar este vacío de intercambio de información.

En primer lugar, hay que acoger como positivo el hecho de que se está intentando abordar cuestiones importantes de la Historia del movimiento comunista internacional y sacar conclusiones para la lucha actual. Al mismo tiempo, cabe destacar que a partir del estudio del curso histórico concreto de la IC, nuestro partido ha sacado algunas conclusiones diferentes de las que ha sacado el autor del artículo.

 

La vinculación de la trayectoria histórica del KKE con la IC 

Nuestros camaradas en otros países deben saber que el KKE fue fundado como Partido Socialista Obrero de Grecia (SEKE) bajo el resplandor de la Revolución de Octubre y declaró en su congreso de fundación (17-23 de noviembre de 1918) que “se declara como sección de la Internacional, en unión y asociación con los partidos de todos los países que luchan por el derrocamiento del capitalismo internacional y el triunfo del socialismo internacional”. En el 1er Consejo Nacional del SEKE (31 de mayo – 5 de junio de 1919) se renunció a la línea oportunista de la Segunda Internacional y se ordenó al Comité Central a iniciar la preparación para la adhesión del Partido a la Internacional Comunista. Los primeros de los miles de mártires de nuestro Partido que perdieron la vida por la causa del poder obrero fueron Dimosthenis Ligdopoulos y Orion Alexakis que fueron asesinados en su viaje de vuelta a Grecia de Moscú, donde habían participado en el 2o Congreso de la Internacional Comunista. En el 3er Congreso Extraordinario del SEKE (c) (26 de noviembre-3 de diciembre de 1924) decidió aceptar explícitamente las Resoluciones de la Internacional Comunista y de la Federación Comunista Balcánica y cambiar el nombre del partido a Partido Comunista de Grecia (Sección griega de la Internacional Comunista) y permaneció adherido a ella hasta su disolución en 1943.

Las resoluciones de la Internacional Comunista tuvieron un efecto decisivo en el curso y la acción de nuestro partido. Así, al evaluar la acción del KKE, efectivamente nuestro Partido examinó también la acción de la Internacional Comunista. Nuestro Partido al estudiar su Historia llevó a cabo un rica discusión interna, que concluyó en la Conferencia Nacional para la Historia en 2018 en la que se aprobó el Ensayo de Historia (4 tomos) desde la fundación del Partido, en 1918 hasta 1949 que fue marcado por el fin de la epopeya heroica del Ejército Democrático de Grecia, una lucha que sacudió los cimientos del poder burgués en Grecia, pero no logró aplastarlos.

Desafortunadamente, el Ensayo de Historia no se ha traducido en otros idiomas. Sin embargo, ciertas evaluaciones básicas del Ensayo sobre asuntos relacionados con la Internacional Comunista están incluidas en la Declaración del Comité Central del KKE para los 100 años de la fundación de la Internacional Comunista” (febrero de 2019) que se ha traducido a varios idiomas. Hoy, en ocasión del artículo de “Pravda” quisiéramos recordar y examinar algunas tareas que se plantean ante los partidos comunistas y obreros a escala internacional.

 

La contribución de la IC y el estudio crítico de su curso

En primer lugar, cabe destacar que respecto a la Internacional Comunista, el KKE “Reconoce su contribución al movimiento obrero y comunista internacional, destacando al mismo tiempo la necesidad de sacar conclusiones de la experiencia que ha acumulado de su acción. La IC, fruto de la victoria de la Revolución Socialista de Octubre en Rusia (1917), respondió a la necesidad de coordinación y de unidad del movimiento obrero revolucionario internacional. La IC tuvo una contribución importante en el apoyo y el fortalecimiento de los partidos comunistas a nivel mundial, mostró solidaridad internacionalista desinteresada a los pueblos oprimidos y en lucha, como en el caso de la creación de las “Brigadas Internacionales” al lado del Ejército Republicano de España (1936 – 1938). Un aspecto de la acción de la Internacional Comunista fue su apoyo multifacético a los luchadores perseguidos en todo el mundo, su actividad editorial y educativa, la organización de escuelas de cuadros sobre la teoría revolucionaria del Marxismo-Leninismo, y la operación de redes para compartir información política, que también incluía a periodistas.

Los problemas y las contradicciones en la estrategia de la IC que afectaron negativamente a todos los partidos comunistas integrantes, no niegan su contribución al Movimiento Comunista Internacional. El legado de la IC, el estudio de su experiencia, son valiosos hoy para el reagrupamiento del Movimiento Comunista Internacional, para la elaboración de una estrategia revolucionaria única contra el poder capitalista”.

Al mismo tiempo, el KKE evalúa críticamente una serie de resoluciones de la IC como “el curso contradictorio de cambios en su actitud hacia la socialdemocracia, debilitaba paulatinamente el frente en contra de ella, aunque la socialdemocracia se había formado claramente como fuerza política contrarrevolucionaria del poder burgués. Por lo tanto se fortalecieron las posiciones del oportunismo de derechas en las filas de los partidos de la Internacional Comunista”.

Nuestro Partido critica el Programa de la IC (6o Congreso) que distinguió tres tipos básicos de revoluciones en la lucha por la dictadura mundial del proletariado, en base a la posición de cada país capitalista en el sistema imperialista internacional. Destaca que de esta manera “se subestimaron el carácter internacional de la época del capitalismo monopolista y la agudización de la contradicción básica entre el capital y el trabajo. Además, el análisis de la IC no fue orientada en base al hecho objetivo de que el desarrollo desigual de las economías capitalistas y las relaciones desiguales entre Estados no se pueden abolir en el terreno del capitalismo. En último análisis, el carácter de la revolución en cada país capitalista se determina objetivamente por la contradicción básica que está llamada a resolver, independientemente del cambio relativo de la posición de cada país en el sistema imperialista internacional. De la agudización de la contradicción básica entre capital y trabajo en cada país capitalista, en la época del capitalismo monopolista, se desprende el carácter socialista y las tareas de la revolución.

Se subestimó el carácter de la época como época de transición del capitalismo al socialismo y el potencial de las relaciones de producción socialistas de dar un gran impulso, de liberar el desarrollo de las fuerzas productivas, tal como quedó demostrado en la Unión Soviética.

Erróneamente, el imperialismo se consideraba como una forma de política exterior violenta de algunos países -los más fuertes-, aunque en el sistema imperialista se incluían decenas de países (el capitalismo monopolista se había formado también en China y en Brasil). Al mismo tiempo, su caracterización como dependientes no tomaba en cuenta los intereses creados entre la burguesía extranjera y la burguesía local.

Otro problema básico fue que en el proceso revolucionario se incluían fuerzas sociales y políticas burguesas poderosas que ya estaban en el poder, como en Turquía, así como las clases burguesas de Marruecos, Siria, etc.”

El KKE evalúa críticamente las resoluciones del 7o Congreso de la IC en cuanto al cambio de la definición del fascismo, la formación de los Frentes Populares como cooperación política entre los partidos comunistas y los partidos socialdemócratas y otros partidos burgueses y corrientes oportunistas que tomaron parte o apoyaron gobiernos que no cuestionaban el poder capitalista. Nuestro partido destaca que estas direcciones creaban “falsas ilusiones y un espíritu de reconciliación, confusión y debilitamiento del frente ideológico-político contra la socialdemocracia y el oportunismo”.

Evaluamos críticamente el hecho de que “después de la invasión de la Alemania fascista en la URSS, la Internacional Comunista cambió su posición con respecto al carácter de la guerra que la definió como antifascista y determinó que “…el golpe básico ahora se dirige contra el fascismo…” y que “en la fase actual no hacemos un llamamiento por el derrocamiento del capitalismo en los diversos países, ni por una revolución global (…) de esta lucha no debemos excluir la sección de la pequeña burguesía, de los intelectuales y del campesinado que apoya abiertamente el movimiento por la liberación nacional. Al contrario, debemos ganárnoslos como aliados y los comunistas debemos formar parte de este movimiento como su núcleo dirigente.”

Esta posición subestimaba el hecho de que el carácter de la guerra está determinado por la clase que libra la guerra y la causa de la guerra, tanto si  inicialmente y en un momento concreto está en defensa, o en ataque. La lucha contra el fascismo y por la liberación de la ocupación extranjera, por derechos y libertades democráticas, se separó de la lucha contra el capital.

Las contradicciones en la línea de la IC con respecto al carácter de la Segunda Guerra Mundial fueron afectadas también por las aspiraciones de la política exterior de la URSS y por el intento de defenderla ante una guerra imperialista. Sin embargo, en todo caso, las necesidades de la política exterior de un Estado socialista no pueden sustituir la necesidad de una estrategia revolucionaria para cada país capitalista. En última instancia, lo que determina si un Estado socialista queda definitivamente garantizado, es la victoria mundial del socialismo o su predominio en un fuerte grupo de países y, por lo tanto, la lucha por la revolución en cada país.”

 

Sobre la auto-disolución de la IC

Nuestro Partido considera que “La decisión de la auto-disolución de la IC estaba en contraste absoluto con los principios que sirvieron de base para su fundación. Estaba en contraste con el espíritu y la letra del Manifiesto del Partido Comunista, con el principio del Internacionalismo Proletario, con la necesidad, en cualquier circunstancia, de una estrategia revolucionaria única de los partidos comunistas contra el imperialismo internacional”.

En el Ensayo de Historia del KKE se mencionan las palabras del dirigente comunista e historiador estadounidense William Foster: “Es característico que esta decisión histórica fue tomada precisamente en el momento decisivo de la lucha por la apertura de un segundo frente. Este frente fue extremamente necesario para lograr una victoria rápida y decisiva, pero las fuerzas reaccionarias del Occidente (que estas también creían las mentiras de Goebbels sobre la Internacional Comunista) se oponían a su apertura. Sin duda, la impresión favorable que produjo en todo el mundo burgués la disolución de la Internacional Comunista contribuyó decisivamente a la eliminación de esta oposición. Justo unos meses después (noviembre-diciembre de 1943) se celebró la famosa conferencia de Tejerán donde finalmente se fijó la fecha para la apertura del segundo frente”.

En el Ensayo se destaca que: “Por supuesto, hay que estudiar más en profundo las causas que llevaron a la auto-disolución de la IC, en conjunción con el estudio de la experiencia total que ofrece el curso de la IC. Sin embargo se pueden hacer algunas evaluaciones y sacar algunas conclusiones. La decisión de disolución de la IC que se tomó durante el desarrollo y la culminación de la guerra no fue un paso de promoción de la lucha obrera-popular contra el fascismo, en conjunción con la guerra contra la fuente que lo generó, es decir el capitalismo. La decisión estaba en plena oposición con los principios que fueron la base de la fundación de la Primera Internacional que fue fundada cuando no existían aún partidos comunistas. Estaba en contradicción con el espíritu y la letra del Manifiesto del Partido Comunista, con el principio del Internacionalismo Proletario, así como con las causas que condujeron a la fundación de la propia IC. Según Lenin:

“A la Tercera Internacional corresponde la tarea de organizar las fuerzas del proletariado para el asalto revolucionario contra los gobiernos capitalistas, para la guerra civil contra la burguesía de todos los países, por el poder político, por la victoria del socialismo”.[1]

La decisión de auto-disolución de la IC debilitó inmediatamente, a medio y largo plazo a las fuerzas revolucionarias y por supuesto no fue una medida de defensa de la URSS. Al contrario, contribuyó a la intensificación de las presiones de   las clases burguesas a los partidos comunistas. Esto ocurrió en un momento en que la guerra estaba sacudiendo profundamente no solo a la propia burguesía sino además a la propiedad capitalista, en función de las destrucciones provocadas por las operaciones militares. No preparó a los movimientos obreros a contraatacar en condiciones de crisis del poder burgués en su forma fascista u otra, e incluso en un momento en que el prestigio de la URSS y la admiración de millones por las hazañas del pueblo soviético y del Ejército Rojo habían llegado a un nivel altísimo y la influencia y el prestigio de varios partidos comunistas había crecido significativamente a causa de su papel dirigente en la lucha antifascista y por la liberación nacional.

Es inaceptable que la IC tenía que disolverse para derrocar la propaganda anticomunista de Hitler y la respectiva propaganda de adversarios de los partidos comunistas que calificaban a estos últimos como promovidos por fuerzas extranjeras.

La decisión restó importancia a la intensidad de las contradicciones interimperialistas que habían conducido a la Segunda Guerra Mundial. Por ejemplo, los intereses inmediatos y a largo plazo de la burguesía de Japón en el Pacífico y Asia Oriental que  fueron cuestionados por EE.UU, obligaron a Japón a atacar contra EE.UU y no contra la URSS.

La decisión absolutizó las diferencias en las condiciones en las que operaban los PP.CC, degradando hasta el punto de la anulación de lo que era la característica básica y común de todos los PP. CC: El hecho de que actuaban en las condiciones del capitalismo, especialmente en las condiciones creadas por la guerra imperialista mundial.

Después de todo, la necesidad de que exista un centro comunista internacional no está determinada por la fuerza y madurez de los PP.CC, sino por la necesidad, bajo cualquier circunstancia, de que los PP.CC tengan una estrategia revolucionaria unificada contra el imperialismo internacional. Por lo tanto, la reclamación de que los PP.CC se habían vuelto más fuertes y maduros y que, por esta razón, la IC se estaba volviendo desfasada, carecía de fundamento.

Por otro lado, lo que prevaleció como práctica no era correcto. Es decir, que el PCUS funcionaba informalmente como un centro comunista internacional, tan prestigioso como era, porque lideraba la construcción socialista en la URSS tras la primera victoriosa Revolución Socialista de octubre y jugó un papel destacado en el aplastamiento del fascismo.

En la Declaración del CC del KKE sobre los 100 años de la IC también se nota que “Es otra cosa la investigación de la forma organizativa que debe tener la unidad del Movimiento Comunista Internacional, su modo de funcionamiento y, por supuesto, siempre con la condición de formación de una estrategia revolucionaria única”.

Al mismo tiempo se estima que “Después de la Segunda Guerra Mundial, surgió la necesidad de acción unitaria del Movimiento Comunista Internacional contra el contraataque internacional unificado del imperialismo. Esto se expresó en la formación de la Oficina de Información (Kominform) en Szklarska Poreba en Polonia (22-28 de septiembre de 1947) por representantes de nueve Partidos Comunistas y Obreros (URSS, Yugoslavia, Rumania, Bulgaria, Polonia, Checoslovaquia, Hungría, Francia e Italia). En la reunión de fundación se determinó que su objetivo sería el intercambio de información y la coordinación de actividad. En realidad, la Oficina de Información jugó un papel de dirección en el Movimiento Comunista Internacional, aunque no pudo en ningún caso cubrir la necesidad de formación de una nueva Internacional Comunista. Se disolvió en 1956, como resultado del viraje oportunista de derecha (después del XX Congreso del PCUS) y de la crisis que sufrió en Movimiento Comunista Internacional.

Nuevas formas más relajadas de coordinación de la actividad del Movimiento Comunista Internacional se establecieron luego a través de las conferencias internacionales de Partidos Comunistas y Obreros que, sin embargo, no formaron la base para una estrategia revolucionaria única contra el sistema imperialista internacional”.

 

Sobre los esfuerzos contemporáneos en el movimiento comunista internacional

El artículo de la “Pravda” identifica la necesidad de un centro comunista internacional y una estrategia revolucionaria con la práctica errónea de transformar el PCUS en un centro comunista internacional informal. Así, concluye que todo lo que se requiere es la información mutua de los PP.CC como, en opinión del autor, la Kominform pretendía hacer. El artículo hace la siguiente valoración: “Lamentablemente, la disolución de la Cominform como resultado del informe de la N.S. Khrushchev en la sesión a puerta cerrada del XX Congreso de la PCUS sobre el culto a la persona de I.V. Stalin llevó a la eliminación de herramientas de información sistemática sobre las actividades de los partidos marxista-leninistas del mundo. Ni las reuniones periódicas de los Partidos Comunistas y Obreros, que se reunieron hasta finales de la década de 1980, ni las reuniones anuales de los Partidos Comunistas y Obreros, que comenzaron por el KKE a fines de la década de 1990, cumplen esta función. Y eso afecta negativamente la situación del movimiento comunista internacional”.

Se desarrolla una feroz lucha ideológico-política en la líneas del MCI en una serie de temas, como la interpretación del capitalismo y del sistema imperialista internacional. Predominan las opiniones sobre la resiliencia del capitalismo, sobre la posibilidad de “humanizarlo” y “democratizarlo”, sobre el uso de sus logros tecnológicos en beneficio de las fuerzas populares con la activa intervención política de los PP.CC a nivel gubernamental. En este terreno se reproducen por los PP.CC posiciones erróneas sobre la “unidad de la izquierda”, de las “fuerzas democráticas o patrióticas”, “cooperación con la socialdemocracia de izquierdas”, “gobiernos de centro-izquierdas”, “nuevos frentes antifascistas y antineoliberales”, etc. También se realiza debate sobre las leyes económicas y políticas de la revolución socialista y la sociedad comunista con un enfoque en la interpretación de la construcción socialista-comunista en el siglo XX en las causas del derrocamiento contrarrevolucionario.

En varios PP.CC, se forma la posición oportunista de que en China “se está construyendo el socialismo con características chinas”, con cierto compromiso con el capital y la idea errónea de que Rusia no es una potencia imperialista, sino un país capitalista de la “periferia” del sistema imperialista que, junto con la “China socialista”, juega un papel positivo en los desarrollos internacionales. Este enfoque, que es un separación de la política de la economía, se opone a la concepción leninista del imperialismo.

Nuestro Partido considera que el estudio de la construcción socialista en la URSS es un logro importante en sí mismo. La mayoría de los PP.CC, que no han realizado un estudio relevante, siguen muy confundidos sobre el carácter de China, Rusia y otros estados contemporáneos, que son parte del sistema imperialista. Esto puede tener trágicas consecuencias para su posición ante el tema de la guerra en la era del imperialismo, donde el movimiento comunista, al tener un frente estable contra los centros imperialistas de los EE.UU., la OTAN, la UE, no debe estar del lado de ninguna potencia imperialista, sino debe defender consistentemente los intereses de la clase obrera en conflicto con la burguesía, no elegir una “bandera ajena” bajo la presión de las fuerzas pequeñoburguesas ni de las presiones nacionalistas sobre la clase obrera.

Los comunistas deben fortalecer el frente tanto contra las concepciones del cosmopolitismo, que abordan las alianzas internacionales de la burguesía  (UE, OTAN, BRICS, etc.), como contra el nacionalismo, la “pureza racial de la nación y la cultura”, y las otras percepciones racistas que se desarrollan contra refugiados e inmigrantes.

El 20o Congreso del KKE (30 de marzo – 2 de abril de 2017) reafirmo que  “El reagrupamiento y el desarrollo del movimiento comunista internacional es una tarea permanente y constante de nuestro Partido. Deriva del carácter internacional de la lucha de clases”. Que “el movimiento comunista está en retirada, tiene dificultad en confrontar la ofensiva del adversario de clase, que combina medidas de represión y medios ideológicos y políticos, a través de la influencia del oportunismo”.  El KKE desarrolla iniciativas para formular las condiciones que impulsarán la adopción de una estrategia común de los partidos comunistas a través de diversas formas apropiadas, p.ej. la “Iniciativa Comunista Europea”, la “Revista Comunista Internacional”, mientras nuestro Partido mantiene como objetivo la formación de un polo marxista-leninista en el Movimiento Comunista Internacional. El KKE es consciente de que “El proceso del reagrupamiento revolucionario será lento, duro, vulnerable; se basará en la capacidad de los Partidos Comunistas de fortalecerse en su país a nivel ideológico-político y organizativo. Esto se logrará superando las posiciones erróneas que predominaban en el Movimiento Comunista Internacional en décadas anteriores y hoy se presentan con nuevas formas. Construyendo bases sólidas en la clase obrera, en sectores estratégicos de la economía, fortaleciendo su intervención en el movimiento obrero-popular”, fortalecerá cada PP.CC, combinará la acción revolucionaria con la teoría revolucionaria.

La consigna del “Manifiesto Comunista” sigue siendo relevante: “¡Proletarios de todos los países, uníos!”

 

 

Bibliografía:

  • Declaración del Comité Central del KKE por los 100 años de la Internacional Comunista.
  • Ensayo de la Historia del KKE, 1918-1949, volumen A2.

[1]  Obras Completas de Lenin, Editorial Sinchroni Epochi, t. 26, pág. 42.

 

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