Declaración del PCM en Chihuahua
Declaración sobre la ola de violencia el 11 de agosto en Cd. Juárez
A lo largo de la tarde y noche del jueves, 11 de agosto, la población de Cd. Juárez ha vivido una situación de terror inaudito en los últimos años. Lo que fue, hasta el momento, oficialmente una riña entre presos de pandillas opuestas en el penal Cereso Estatal número 3, que resulto en 3 muertos asociados con el cartel Sinaloa, se convirtió en una serie de sucesos caracterizados como “narcoterroristas”. Balaceras, enfrentamientos, asesinatos y más. Junto con incendios provocados de tiendas de conveniencia, gasolineras y transportes con bombas molotov (acontecimientos similares a ocurridos en el bajío y Guadalajara). Resultando (en el momento que se escribe esta declaratoria) en el fallecimiento de más de una docena de individuos por toda la ciudad, incluyendo obreros y 4 periodistas del corporativo MegaRadio. En respuesta al peligro, tiendas comerciales cerraron; maquiladoras concluyeron y clausuraron sus últimos turnos; y la Universidad Autónoma de Ciudad Juárez (UACJ) canceló clases presenciales esa tarde hasta el sábado 13 de agosto. Una atmósfera de incertidumbre terrible en la frontera. Se espera el regreso de una tranquilidad nominal en los días siguientes.
A pesar de la retórica y supuestos logros del gobierno de Andrés Manuel López Obrador su política pasiva y militarista no ha dado ningún beneficio para la clase obrera en materia de violencia e inseguridad. Mientras que su preciada Guardia Nacional y ejercito resguardan las inversiones de empresarios y del Estado, las calles de México corren con la sangre de trabajadores inocentes. Claro es que ni el presidente municipal Cruz Pérez Cuéllar (MORENA) o la gobernadora Maru Campos (PAN) demuestran una destreza o voluntad mayor para dar solución a una problemática orgánica del sistema capitalista.
En un contexto de crisis económico perpetuo, de una inseguridad generalizada, feminicidios cotidianos y el debate nacional alrededor del militarismo, es importante entender la naturaleza de lo sucedido. El narcotráfico y todo lo asociado termina siendo un negocio o una industria capitalista más, que sacrifica la vida y extrae el trabajo de varios para el lucro económico de unos pocos. Es una industria que alimenta su fuerza de trabajo de los sectores más alienados y marginados, lo rechazado de la sociedad burguesa legal. Lo que nos permite entender lo ocurrido como resultado del ser innato del modo de producción capitalista. Cosa fundamentalmente producto de una disputa de mercado inter-burguesa que solamente se puede resolver a través del conflicto armado. No ha surgido únicamente por fallas de política pública o por la ausencia del exaltado estado de derecho, sino es parte natural de un régimen nefasto y obstinado. Insuperable hasta que los trabajadores asuman el poder absoluto de nuestra vida social y económica.
La militancia y estructura partidaria en Ciudad Juárez y del estado repudian los actos absolutamente deplorables del crimen organizado y dan sus condolencias a las familias de los trabajadores y periodistas víctimas de esta enorme tragedia. Queda evidente la total ineptitud e incapacidad del Estado burgués en todos sus niveles de confrontar la inseguridad, pero la solución para la sociedad no es el orden militar, sino un enfrentamiento directo a las relaciones y estructuras capitalistas que producen la violencia criminal. Recae sobre la clase obrera y los sectores populares aliados de dar un cambio revolucionario que dé una solución radical a las causas de la violencia y el crimen; el Socialismo. Y es el deber necesario de la militancia comunista de ser la punta de la espada en dirigir esa transformación trascendente.