Por: Héctor Ramírez Cuéllar

El dirigente principal de FRENAAA, Gilberto Lozano, anunció que el día 28 se efectuará un recorrido por las principales avenidas de la ciudad de México, no obstante que en esa misma fecha se realizará la marcha a la que ha convocado el Presidente Andrés López Obrador y ese mismo día también los partidos de oposición están convocando a que todos los ciudadanos se vistan de color de rosa, precisamente para protestar contra el gobierno, pero también se prepara una manifestación de grupos radicales, con el deliberado propósito de generar un enfrentamiento callejero, lo que nos permite concluir que la situación política nacional se encuentra totalmente polarizada y que el país vivirá en las próximas semanas o meses un enfrentamiento político más intenso y peligroso, debido, entre otros factores, a que los niveles de violencia verbal se han elevado al cien por ciento por lo que sería muy fácil transitar a la violencia física.

En la práctica, el principal generador de la violencia ha sido precisamente el Presidente López Obrador quien durante tres semanas consecutivas ha lanzado injurias, denuestos y adjetivos calificativos a sus opositores, los cuales obtuvieron un gran triunfo político al realizar la marcha del pasado día 13 de noviembre, recorriendo en forma organizada y masiva desde el Monumento a la Independencia hasta el Monumento a la Revolución, miles y miles de ciudadanos sobre todo integrantes de la llamada clase media en la cual los partidos políticos de oposición desempeñaron un papel secundario o subsidiario, ya que, ninguno de ellos pudo capitalizar en su beneficio esta gran demostración de fuerza ciudadana.

El Presidente calculó muy mal la importancia política que tendría este esfuerzo organizativo, el cual después se ha convertido en la mayor demostración de fuerza social y política que ha hecho la oposición derechista en los últimos años. Sin abandonar el lenguaje virulento, que le caracteriza, es decir, sin exponer ideas o conceptos sino, solo diatribas, sin asumir la más elemental posición autocritica por los graves errores cometidos, de nueva cuenta, por enésima ocasión, injurió a los manifestantes y siguió lanzando ataques al Consejo General del INE, expresando una obsesión patológica en contra de su Presidente, Lorenzo Córdova, y ahora se prepara para la revancha y el golpe final al convocar a una marcha que será una marcha de estado, una marcha de gobierno, que sin duda será muy numerosa en la que todas las entidades federativas y las dependencias de la administración deberán llevar a los ciudadanos a las calles, con el objeto de que expresen su lealtad, obediencia y sumisión totales al titular del Poder ejecutivo.

En el momento de redactar este comentario, se ha informado que por parte del gobierno federal se han asignado cuotas a los gobernadores para que trasladen a la ciudad de México a miles de personas, desde luego con cargo al erario público, ya que Morena no tiene la capacidad para hacerlo en virtud también de que los Comités Estatales también dependen de los mandatarios locales, en el marco de una simbiosis como la que existía en la época de la dominación del PRI, que la burocracia de la Secretaria de Bienestar ha recibido instrucciones para persuadir o facilitar a los beneficiarios de los programas sociales para que concurran a la citada manifestación y se han tomado muchas medidas concretas para asegurar una asistencia masiva que haga palidecer a la marcha del 13 de noviembre, lo que comprobaría, según el Presidente, que sigue teniendo un gran apoyo popular que él considera de un 70 % mientras que la oposición tendría solo el 3 0 % de dicho respaldo.

Ni el gobierno, ni las organizaciones empresariales, ni los partidos de oposición han cedido un ápice en sus posiciones políticas que se pueden considerar como irreductibles, absolutas y totales, todo ello en el marco de un clima político de gran crispación en el cual se ha abandonado el debate ideológico, la confrontación de programas y proyectos políticos, la discusión en torno a las soluciones de los grandes problemas nacionales y cada uno de los contendientes trata de aplastar a sus adversarios. En este marco de gran peligro, ha sido FRENAAA la organización más dogmática y cerrada que no admite ninguna transacción, ningún arreglo con el poder público y por parte de Morena están los llamados duros, los puros que exigen que el régimen aplique todos sus recursos económicos, políticos y sociales para aniquilar a las fuerzas opositoras, existiendo como una excepción la corriente del senador Ricardo Monreal quien ante los riesgos presentes y futuros propone una conciliación, aunque fuera temporal, entre las fuerzas en pugna.