Recobra Fuerza La Ultraderecha
Por: Héctor Ramírez Cuéllar
La semana pasada se congregaron en la ciudad de México, representantes de varias organizaciones políticas de la ultraderecha, así como personalidades simpatizantes de esta causa, los cuales concluyeron que el socialismo avanza en forma preocupante en América Latina, por lo que están seriamente amenazadas las libertades políticas fundamentales y pidieron tomar medidas concretas para impedir ese fenómeno. Se trata de una reunión de carácter internacional, apoyada por entidades gubernamentales de diversos países, pero que hasta hoy no tienen una presencia significativa entre las distintas clases sociales. De todas formas, no obstante, esta limitación, estas agrupaciones se están coordinando en forma cada vez más estrecha y eficaz en la consecución de sus objetivos; en esta capital ya se había reunido con anterioridad la organización fascista Vox Populi, de España a la que asistieron también delegados del Partido Acción Nacional.
El expresidente William Trump envió un saludo afirmando que era necesario defender a Dios, a la Patria y a la Familia, detener a los socialistas y comunistas que ahora están utilizando, dijo, las urnas electrónicas para obtener una mayor votación, en una clara referencia a las pasadas elecciones intermedias de los Estados Unidos en donde el Partido Republicano siguió progresando en el control de las cámaras del Poder Legislativo, con miras a preparar el terreno para recuperar la Casa Blanca. Al mismo tiempo, en forma extraña, el grupo ultraderechista FRENNA, de México, anunció que realizaría una movilización política el mismo día en que en las calles de la ciudad de México, organiza Morena una marcha por instrucciones del Presidente de la República.
Es evidente que la ultraderecha ha crecido en forma significativa en Rusia en donde predominan los grupos ultranacionalistas belicistas, en Francia, pero sobre todo en Italia los partidos socialistas y comunistas, las organizaciones de izquierda en términos generales han retrocedido en forma preocupante y ahora están triunfando los partidos y grupos de la derecha en general y de la ultraderecha en lo particular, sobre todo en Italia, en donde ya formaron un gobierno de coalición, también se registraron adelantos en Dinamarca Alemania, incluso en países que pertenecieron al campo socialista como en Yugoslavia, Hungría, Polonia, en las repúblicas del Mar Báltico en donde se ha prohibido la existencia legal de los partidos comunistas.
Sin efectuar ningún análisis político a fondo, incurriendo en un gran esquematismo, en una burda falsificación de la realidad política, los representantes de la ultraderecha afirman que en los principales países de América Latina, ha triunfado la izquierda, siendo muy peligrosa para ellos, la victoria de Lula en el Brasil, e incluso consideran que el gobierno de López Obrador, de México es también de izquierda que está trabajando en forma estrecha con los gobiernos de Cuba, Venezuela, Nicaragua, Bolivia, Colombia, Perú y Argentina y que, por lo tanto, se necesita una mayor coordinación, una respuesta más firme y decidida en contra de la llamada expansión del socialismo y del comunismo, pero no solo a escala nacional sino incluso de alcance continental, en donde los ultraderechistas norteamericanos, encabezados por Trump desempeñen un papel de vanguardia. Por ello, desean que el magnate de Nueva York gane las próximas elecciones presidenciales de la Unión Americana.
También dicen que les preocupa el crecimiento económico y político de China en América Latina porque opinan que con sus inversiones también están exportando el socialismo y el comunismo, olvidándose que a los dirigentes de esa gran nación solo les interesa el crecimiento y la protección de sus capitales, la explotación de la mano obra barata, el control y usufructo de las materias primas y que en el terreno político obran con un enorme pragmatismo y cinismo, ya que, se muestran indiferentes a la orientación política de los gobiernos de la región, y que tampoco desean confrontarse con el gobierno de los Estados Unidos.
Los gobiernos de izquierda de América Latina, que tanto irritan a la ultraderecha, no se proponen la transformación del sistema capitalista en sus bases estructurales sino solo la realización de una serie de reformas económicas, sociales y políticas muy limitadas en sus alcances y en su repercusión general, solo enfrentan algunos de los aspectos más virulentos y ofensivos que tiene ese sistema y por lo tanto no tienen la finalidad de instaurar el socialismo o del comunismo y por esta razón el gobierno de los Estados unidos no observa en ellos ningún riesgo, ningún peligro serio, que pudiera afectar o erosionar sus intereses y su dominación global en el Continente, ni tampoco les causa una inquietud verdadera a las clases privilegiadas de cada uno de los países de la región, ya que, en ninguno de los casos está en predicamento su función esencial como clase que se beneficia de la plusvalía de los trabajadores de la ciudad y del campo.
En nuestro país, por ejemplo, el gobierno de López Obrador mantiene una estrecha alianza con grandes grupos empresariales como los que encabezan Carlos Slim, Ricardo Salinas Pliego, el grupo México, de Larrea, Azcárraga, el resto de los integrantes del Consejo Asesor Presidencial y otros más a los que les ha entregado muchas de las concesiones y contratos de obras y servicios que realiza la administración federal y a quienes se les ha permitido que en el marco incluso de la pandemia de COVID hayan tenido enormes utilidades en los balances de sus empresas y, por lo tanto, tampoco se está pugnado por el establecimiento del socialismo o del comunismo. Además, López Obrador mantuvo excelentes relaciones políticas con Trump, no obstante que este amenazó y agredió en varias ocasiones al pueblo mexicano.