Por: Pável Blanco Cabrera
Primer Secretario del CC del PCM

 

Como es conocido, el capital para estabilizarse en periodos de crisis busca cargar sus pérdidas sobre la clase obrera,  y ahora Macrón en Francia pretende aumentar la edad para la jubilación por dos años más, medida que seguramente buscará extenderse y generalizarse a todos los países como receta universal, pero se está enfrentado a una resistencia ejemplar por parte de los trabajadores franceses, que en dos meses han realizado 10 huelgas generales, cada una mayor que la anterior, y donde la careta de la democracia el Gobierno se la ha tenido que quitar para desatar la violencia estatal contra las huelgas y manifestaciones.

Es una lucha que se extiende por todo el territorio de Francia: París, Lyon, Marsella, Tolouse, Niza, Nantes y todas las principales ciudades y centros de población, que inmoviliza aeropuertos, puertos, ferrocarriles y otros transportes, refinerías, industrias, servicios, entre ellos el de limpia, y prácticamente todos los centros de trabajo, además de bloqueos a los accesos de las ciudades y barricadas en su interior. Los choques con las fuerzas represivas son constantes y en muchos casos la clase obrera obligó a los cuerpos policiales a la retirada.

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La ola de insumisión proletaria tiene algunas características: 1) aunque el detonante fue la pretensión brutal de aumentar la edad para la jubilación, en la base de la ira están las secuelas de la crisis y de la guerra imperialista que cumplió ya un año, que provocó aumento de precio de los combustibles y de la harina, desatando el aumento de todos los alimentos y productos básicos, los transportes, etc ; 2) La lucha no es privativa de un sector de los trabajadores, sino que abarca al conjunto de la clase obrera, encontrando la solidaridad de las capas populares; 3) La lucha no se restringe a una generación , sino que envuelve a los trabajadores en activo, a los que ya se encuentran jubilados, y de manera muy importante, a la juventud, la nueva generación de la clase obrera; 4) pese a toda la campaña racista o antiinmigrante de la clase dominante y de fuerzas políticas reaccionarias, la clase obrera actúa unida, identificando al enemigo de clase y evadiendo caer en la trampa de responsabilizase entre si por sus dificultades; 5) a pesar de que hay esfuerzos por la organización de un partido comunista revolucionario, clasista e internacionalista, estos aún no logran llenar el vacío ante la deriva oportunista del P”C”F, pero la clase obrera  actúa más allá de la lógica del espontaneísmo, pues sus tradiciones y métodos de lucha históricos están presentes a pesar de la fuerte campaña de décadas por erosionarlos y extirparlos; y las corrientes sindicales, con todos los límites que le son inherentes dotan de un plan mínimo de agitación y movilización; pero en Francia hoy, como hace un poco tiempo en Chile y Colombia, una situación de ascenso de la lucha puede ahogarse, si no está conectada a la cuestión de la solución de raíz. Por supuesto el esfuerzo de los trabajadores de Francia es merecedor de todo nuestro reconocimiento y absoluta solidaridad, y es ya una victoria que reitera aquel planteamiento de Lenin de que hay días que valen por años. Muy seguramente de la propia lucha surgirán miles de trabajadores que el día de mañana contribuya a la existencia de un fuerte destacamento de los comunistas en Francia.

Ahora bien la situación no es privativa de Francia, está en la base de la dinámica de lucha en Grecia que también vive una ola de huelgas y de indignación, en Alemania con una importante huelga general el 27 de Marzo y en varias huelgas en Inglaterra y los EEUU.

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Tal situación de insatisfacción e ira, por las mismas condiciones es previsible en México donde el costo de la vida se elevó drásticamente desde febrero del año pasado. Es el de Francia un escenario para el que los comunistas tenemos que prepararnos en México que ya acumula graves ataques a la clase obrera y a los sectores populares.