Hace 50 años se produjo el golpe de Estado en Chile promovido por la burguesía chilena y el imperialismo, abriendo una larga noche reaccionaria de terror y muerte contra los trabajadores y el pueblo, con una de las dictaduras más sanguinarias.

Defendiendo el mandato entregado por el pueblo trabajador, entregó su vida el indoblegable Presidente Salvador Allende, un hombre consecuente y leal a los intereses de los trabajadores; con el murieron en el Palacio de la Moneda otros combatientes, en el primer foco de resistencia a la junta militar de Pinochet y otros generales criminales.

Rendimos homenaje a Salvador Allende, a todos los caídos el 11 de septiembre de 1973, y a todos aquellos que cayeron a lo largo de varios años, combatiendo a la dictadura y su legado. Rendimos homenaje a todos los asesinados, desaparecidos, a los torturados y prisioneros, a aquellos que sufrieron en los campos de concentración, aquellos que fueron vejados, o que sufrieron por los suyos, por saberlos muertos, o por no encontrarlos, que aún padecen el inmenso dolor de sus desaparecidos. Rendimos homenaje a los comunistas, a los miristas, a los rodriguistas, y a todos aquellos Partidos y organizaciones que desde la clandestinidad estuvieron organizando la heroica resistencia política y militar a la dictadura. Junto al PCCh, JJCC y el MIR, merece también reconocimiento el FPMR, que cualificó la rebelión popular contra Pinochet.

Siempre los trabajadores y el pueblo de México, así como los comunistas y otras expresiones de izquierda, se volcaron a la solidaridad con el pueblo chileno, forjando entre ambos pueblos lazos fuertes. Aquí se abrieron los brazos a un importante número de exiliados. Desde aquí se dio apoyo político y material a la resistencia chilena y a su rebelión popular.

En sus Últimas palabras el compañero Presidente, convoca a aprovechar la lección. Y es por supuesto un deber de los revolucionarios chilenos y de otras latitudes, que continuemos la reflexión y la correspondiente acción acerca de la estrategia, es decir del camino para que “los trabajadores abran las grandes alamedas por donde pase el hombre libre para construir una sociedad mejor”.

Los trágicos acontecimientos de Chile nos entregan la amarga lección de la inviabilidad de las llamadas vías nacionales al socialismo, al enseñar que la burguesía es capaz de las peores atrocidades humanas antes que ceder pacíficamente el poder.

¡Proletarios de todos los países, uníos!

La Sección Internacional del CC del PCM