Por: Héctor Ramírez Cuéllar

 

Los partidos que integran el Frente Amplio por México terminaron el proceso por medio de cual fue electa como candidato presidencial la senadora Xóchitl Gálvez Ruíz, de origen ñandú, del estado de Hidalgo, posteriormente hizo estudios de ingeniería en la UNAM, es propietaria y accionista de varias empresas que realizan labores de mantenimiento en edificios y oficinas, ocupó un cargo importante en el gobierno de Vicente Fox, relativa a los programas de los pueblos indígenas. Ella siempre fue miembro y militante del Partido Acción Nacional o ahora ocupa un escaño en la Cámara de Senadores. En un principio, la mayoría de las encuestas la ubicaban 19 puntos debajo de Claudia Sheiubam, pero a raíz de su postulación ahora está tan solo a 9 puntos lo que constituye un éxito mediático y publicitario muy importante que, de consolidarse en los próximos meses, pondría en serias dificultades al candidato presidencial de Morena.

El método que ella emplea resultó eficaz: el Presidente la insulta todos los días y ella, con el apoyo de muchos medios de comunicación, le contesta de igual forma, con ese mismo lenguaje y esta actitud retadora y viperina, y por ello ha atraído la atención de muchas personas a quienes les satisfacen este tipo de expresiones populares y que exigen que cesen las provocaciones mutuas y se eleve el nivel del debate político con miras a las próximas elecciones. La postura de la senadora también revela que está capitalizando una gran parte del descontento social que ha suscitado el gobierno de Morena al abordar asuntos candentes, como las desapariciones forzadas, el trabajo de las madres buscadoras, la enorme suma de homicidios calificados, que supera los 160 mil durante el sexenio, lo que indica que no existen publicas efectivas por parte gobierno federal respecto de estos asuntos y que ahora están siendo tratados como propaganda de carácter electoral.

En los últimos años, la senadora Gálvez se ha caracterizado por tener un estilo anti solemne, un lenguaje dicharachero y locuaz, lleno de ejemplos y de calificativos, preocupada por la situación económica y social en la que se encuentran los pueblos indígenas, ha participado en el choque abierto y directo que se escenifica contra el Presidente López Obrador sobre algunos asuntos nacionales, pero sin formular, todavía, un apreciación más completa acerca de sus opiniones en torno a los grandes problemas de nuestro país. De una manera destacada, sobresalen sus opiniones sobre los desaparecidos políticos, sobre los hechos de violencia y criminalidad que se suceden diariamente en muchas entidades federativas, en contra del desbasto de medicinas y de la baja calidad de los servicios educativos, así como de la actitud despótica y concentradora del poder que ha significado la actuación del titular del Ejecutivo durante su mandato.

En el proceso interno para seleccionar al candidato presidencial, hubo políticos comprometido con el PRI, como Beatriz Paredes, que en otra época que ubicara en el campo del nacionalismo revolucionario y Enrique de la Madrid, identificado con la tecnocracia neoliberal, pero este último no tuvo la fuerza necesaria para reunir el número de firmas que se requerían para pasar a la siguiente etapa de dicha consulta; de parte del Partido de la Revolución Democrática estuvieron participando Silvano Aureoles y Miguel Angel Mancera, pero tampoco reunieron los mínimos legales que se exigían y abandonaron la contienda, en la cual, en la etapa final, solo permanecieron Santiago Creel y Xóchitl Gálvez, del Partido Acción Nacional y Beatriz Paredes, del PRI, que en la última etapa de este proceso fue superada en las encuestas que se levantaron las cuales favorecieron a la senadora panista en virtud de que en tres semanas logró atraer un gran respaldo de los ciudadanos habiendo obtenido, de una manera súbita, un presencia política muy importante, en el marco de este nuevo sistema que se implantó para participar ahora en la política nacional.

La “gran popularidad” que dicen obtuvo de forma casi instantánea Gálvez, confirman que en estas elecciones van a prevalecer las campañas sensacionalistas, mercantiles, los spots, instrumentos propias de la propaganda comercial y no el debate de las ideas, de los programas, de las propuestas por lo que en este ambiente norteamericanizado, se privilegiará el uso de los recursos económicos como principal palanca para ganar en las elecciones.

Ante la nueva situación creada en torno a la senadora Gálvez, el diputado Creel se vio obligado a declinar con la finalidad de que los miembros del Partido Acción Nacional respaldaran a la hidalguense y así lo hicieron, pero según los datos finales solo aportaron 300 mil sufragios, mientras que las agrupaciones de la denominada sociedad civil , aportaron más de un millón, lo que permite concluir desde luego en forma apresurada y ligera que ella es la candidata de dicha sociedad civil, que no tiene relaciones, ni nexos con ningún partido, reiterando en varias ocasiones que ella no está afiliada al Partido Acción Nacional y que ahora es daltónica, es decir, que no reconoce colores partidarios sino solo los colores de México.

Aunque ella afirme que no es miembro del PAN, sus concepciones ideológicas, sus propuestas programáticas, sus valores políticos fundamentales, son los que históricamente ha enarbolado ese partido y así se irá constatando en la medida en que transcurra la campaña electoral y una prueba de su identificación con esa organización ha sido la designación de Santiago Creel, en su calidad de coordinador.

El apoyo político brindado por el PRI y el PRD a Xóchitl Gálvez se deberá recompensar ahora en el marco de las negociaciones para los puestos de los gobernadores, los senadores, los diputados, el gobierno de la ciudad de México y otros muchos cargos que se elegirán el año próximo, anunciando ya la creación de un gobierno de coalición, parecido a los que existen en los países europeos, pero todavía no existen programas de carácter económico social, de naturaleza común, que permitan fundamentar ese tipo de regímenes políticos, en los cuales coexisten fuerzas políticas diferentes, que siguen exponiendo sus posturas y sus intereses propios, y que se caracterizan por defender las características básicas de la sociedad capitalista.

En base a sus antecedentes políticos, a su formación ideológica, a las más recientes declaraciones que ha formulado, la candidata Gálvez no sostiene ninguna diferencia fundamental, de principios, con el gobierno que encabeza López Obrador sino solo expone discrepancias de carácter secundario, que se refieren a asuntos específicos, como el tratamiento que se debe dar a los problemas de la poblaciones indígenas, ya que ella sigue insistiendo en la defensa de la economía nacional basada en las empresas privadas, en las capacidades productivas de los empresarios particulares , afirmando   que tienen una gran capacidad de innovación tecnológica y por lo tanto de creación de empleos y por lo tanto no pretende enfrentarse a los grupos oligárquicos nacionales y extranjeros sino seguir reconociéndoles su preeminencia y su dominio en nuestra sociedad y en nuestra estructura jurídica y política. Por lo tanto, no postula ninguna modificación, ningún cambio radical importante en nuestro país.