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El Triunfo Político De La Señora Sheinbaum

 

Por: Héctor Ramírez Cuéllar

 

La semana pasada se consumó el nombramiento de la señora Claudia Scheinbaum como candidata presidencial de Morena y por ello el panorama político se ha estado aclarando y precisando cada vez más; estamos en realidad ante un pugna interburguesa muy amplia cada vez más definida entre partidos y organizaciones que son esencialmente iguales y por lo tanto están excluidas de la contienda tanto las representaciones políticas como los intereses de la clase trabajadora. Tanto Morena como los partidos que conforman el Frente Amplio son agrupaciones que han pretendido siempre, a través de su trayectoria política, de sus concepciones ideológicas y de sus programas, defender y mantener al sistema económico y político imperante y cuando ha sido necesario efectuar algunas modificaciones, cambios, reformas, tanto en la estructura del poder como en la administración del estado, los han hecho, mediante una serie de acuerdos y combinaciones que se han producido entre ellos, en los que la población trabajadora solo ha participado en forma pasiva, o verdaderamente engañada o manipulada. Igualmente, cuando se ha requerido hacer sustituciones de funcionarios públicos o recambios entre los integrantes de la burguesía en el poder.

A efecto de no confundirnos, no engañarnos y no tratar de engañar a los demás, no cometer errores políticos, tácticos y estratégicos, la existencia, la naturaleza y la composición de los partidos político siempre debe abordase desde un perspectiva de clase, es decir, debemos preguntarnos qué intereses económicos, sociales y políticos representa y defienden cada uno de ellos, tanto en forma abierta como solapada, la clase de sociedad que desean edificar, el papel que le asignan a cada una de las clases sociales, para llegar a la conclusión de que solo han surgido de ellos gobiernos de una sola clase social, la clase propietaria de los medios de producción, aunque sus candidatos aparecieran bajo el registro legal de cualquier partido y que si bien existen diferencias políticas entre ellos, estas son de carácter secundario y que las podemos constatar e identificar muy claramente una vez que están en el poder, es decir, siempre han sido partidarios de mantener, modificar, reformar, actualizar, embellecer al sistema capitalista en su conjunto y a la democracia política burguesa que representa su expresión jurídica y administrativa.

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Los triunfos políticos de Vicente Fox, primero y de Andrés Manuel López Obrador, después no alteraron el contenido básico, esencial, del sistema económico imperante, ni el sistema político vigente sino que ambos se siguieron fundamentado en el régimen presidencialista a ultranza, aquel que le otorga a un solo individuo todo el poder político y por lo tanto gobernaron con absoluta libertad, irresponsabilidad e impunidad ya que sometieron al resto de los órganos del estado a su autoridad y a sus decisiones políticas. En el caso de Fox, se alió desde un principio con el PRI para mantenerse en el poder y en el caso de López Obrador lo hizo con un sector de las organizaciones capitalistas empresariales y con el ejército, anulando también el régimen de separación de poderes, subordinando al Poder Legislativo y nulificando el funcionamiento del gabinete. En el primer caso, no hubo realmente resistencia ni conflictos, pero en el segundo sí los hubo, aunque finalmente el Presidente impuso su voluntad política en los aspectos fundamentales.

Entre el Presidente Álvaro Obregón hasta Carlos Salinas de Gortari se estableció un régimen político en el cual el titular del poder Ejecutivo concentraba un poder omnímodo, ya que no solo era el jefe de estado sin también el jefe del partido mayoritario, controlaba políticamente a los senadores, a los diputados , a los gobernadores, a los ministros de la Suprema Corte de Justicia, a los cuales designaba de una manera directa, sin que hubiera órganos e instituciones que le hicieran contrapeso o que generaran un cierto equilibrio político, pero a raíz de las elecciones de 1998, es decir, de triunfo del Frente Democrático Nacional, que había postulado la candidatura de Cuauhtémoc Cárdenas ese hegemonía se fue debilitando, de una manera ostensible, el PRI perdió la mayoría en la Cámara de Diputados, avanzaron mucho los partidos de la oposición burguesa, se crearon los órganos autónomos, se establecieron negociaciones permanentes entre el gobierno y los partidos y en términos generales el sistema político predominante entró en un proceso de cambio, pero no surgió un régimen plenamente democrático. Con la presidencia de Andrés Manuel López Obrador muchas de los progresos políticos que se habían alcanzado, se perdieron, se debilitaron y retrocedimos a una etapa de reconcentración del poder político en la persona del político tabasqueño hasta el momento en que el designa a su sucesora, como lo describe Marcelo Ebrard en el informe y que en parte se publicó en El UNIVERSAL.

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Este documento es sumamente importante ya que describe que muchos de los rasgos autoritarios, despóticos, personalistas que había caracterizado a México y que muchos consideraban que ya estaban erradicados, siguen presentes y se manifestaron de la siguiente manera: López Obrador no solo es el Presidente de la República sino también actuó como el dirigente principal de Morena y el jefe de la campaña política electoral, reconociendo el día de ayer, el mismo, de una manera pública, que redactó los lineamientos a los que debían sujetarse los aspirantes a la candidatura presidencial. En la práctica, en los hechos, entregó la elección a la Secretaria de Bienestar, que encabeza Adriana Montiel y a los gobernadores de los estados para que operaran en ese sentido, desde un principio la candidata favorita fue siempre el ex jefa de Gobierno, a la cual se le asignaron enormes sumas de dinero para financiar su compaña y su aplastante propaganda, para que apareciera como triunfante, para que concitara un gran respaldo popular, la única encuesta válida fue la que mandó levantar Morena mientras las otras llamadas “encuestas espejo” no funcionaron realmente, no se hizo una depuración de las irregularidades que se presentaron durante este proceso, los jóvenes llamados Servidores de la Nación, que jurídicamente son empleados públicos y que por lo tanto no pueden participar en asuntos electorales, se movilizaron intensamente en los domicilios de los ciudadanos, que reciben pensiones y otros beneficios, precisamente en donde se instalaron los llamados centros de votación y por lo menos en el 19 % de las urnas o paquetes se presentaron sospechosas deficiencias, como las fallas en el recorrido que hicieron estos paquetes, muchos de los cuales aparecieron visiblemente alterados, al ser abiertos y revisados.

Desde el inicio de este proceso, el Presidente manifestó su abierta simpatía política, su respaldo, por la ex jefa de gobierno y el INE jamás les aplicó sanción alguna no obstante que era la funcionaria que había acumulado 42 denuncias que indicaba que estaba violando las leyes de la materia, con 1200 anuncios espectaculares, ubicados en las entidades federativas, de los cuales jamás se conoció el origen del financiamiento de ese propaganda, con la realización muchas concentraciones multitudinarias para las que se requería mucho dinero y apoyo ya que de otra forma no hubieran podido llevarse a cabo por la gran complejidad de las tareas y la premura de los plazos, ya que implicaba trasladar cientos de personas de una población a otra, se permitió o se toleró la injerencia de los gobernadores de los estados, no obstante que les estaba prohibido por las leyes de la materia, formulando estas denuncias varios aspirantes, como fue el caso de Ricardo Monreal que, sin dar nombres, habló de altos funcionarios involucrados por lo menos 9, pero jamás se hicieron investigaciones oficiales al respecto. Ebrard en su informe menciona en forma específica al senador Gabriel Hernández, como participante muy activo, que en el pasado, elaborara algunos de los estudios que se hicieron para integrar los padrones de los programas sociales.

Todos los aspirantes conocían de una manera directa el trato preferente que estaba recibiendo la señora Sheinbaum, pero la mayoría solo hicieron criticas superficiales o de plano se quedaron callados, mostrando una total obediencia a los deseos del Presidente, esperando que con su actitud medrosa y débil sería recompensados con el otorgamiento de una importante posición política o administrativa en el seno del gobierno, si ganara Morena, pero las expectativas se oscurecen ante la creciente presencia mediática de la senadora Xóchitl Gálvez, del Frente Amplio, alimentado con su conducta entreguista el viejo presidencialismo que ellos decían combatir en el pasado, pero que en realidad tratan de fortalecer. Hay que señalar la conducta del señor John Akerman, que habiendo sido un crítico feroz de la dirección nacional de Morena, y de una manera particular, de su presidente, Mario Delgado, no le concede ninguna importancia a las irregularidades que denunció el informe de Ebrard e igual actitud tomó el senador Monreal, quien asumió una postura displicente ya que ahora se prepara para recibir otro cargo político importante.

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El Presidente afirmo que Ebrard es “su hermano”, el resto de los aspirantes le conminaron a que se reincorpore a las filas de Morena “en lo estamos esperando” pero nadie hizo alusión a las denuncias que planteo el ex canciller quien pidió que se repusiera el proceso electoral interno a efecto de que su conocieran y valoraran las irregularidades presentadas y se corrigieran pero no existen indicios de que esto vaya a ocurrir. A un hermano, incluso aquellos que se encuentran en posiciones políticas diferentes, en una contienda, se le daba tratar con cariño y respeto, peleando con el de una manera limpia y honorable y esto no es el caso sino exactamente todo lo contrario, a menos que se demuestre que las imputaciones de Ebrard son falsas y esto hasta hoy esto no ha sucedido. Muchos de los actuales dirigentes de Morena, que fueron militantes del PRI, seguramente padecieron y sufrieron los excesos y los abusos del presidencialismo, en la última etapa atacaron y denostaron esa práctica anquilosada, pero ahora que resultan víctimas de esa forma anacrónica de gobernar tan solo esperan ser beneficiados con el otorgamiento de un cargo público con lo que demuestra que son políticos inconsecuentes entre lo que dicen o lo que realmente hacen ya que cuando se presenta una gran oportunidad, como ésta, no luchan por realizar cambios políticos profundos sino solo el acrecentamiento de su bienestar personal.

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