Corresponsal de El Machete
en Baja California

Al grito de “son derechos, no privilegios”, “se ve se siente, Tijuana está presente” o “Congreso, entiende, la justicia no se vende”, las y los trabajadores del Poder Judicial –en varios casos acompañados de sus padres, hijos, nietos o conyugues– se movilizaron el domingo 22 en contra de la extinción definitiva de los Fideicomisos del Poder Judicial, cuya suerte en apariencia será decidida por el Poder burgués el día martes 24 de octubre. 

Más de mil trabajadores se concentraron en la Glorieta de Cuauhtémoc, en zona río, y posteriormente marcharon por el Paseo de los Héroes, hasta concluir afuera del edificio del Poder Judicial. Ellos señalan que el 60% del total de los trabajadores perdería, con esta iniciativa presidencial, pensión, vivienda, cobertura de salud y retiro. Además, aquella limita la operatividad del Poder Judicial y el acceso a la justicia, así como recortaría la inversión para espacios de impartición de justicia, entre otras consecuencias. 

A la marcha asistieron algunos miembros de las barras de abogados; así como, en lo individual, trabajadores universitarios, de la ciencia y de otras instancias gubernamentales. La señora Martha, trabajadora del Servicio de Administración Tributaria, compartió a El Machete que a los trabajadores del SAT también se les ha violentado en sus derechos laborales, a inicios de la actual administración federal, con despidos, cierre de operaciones u oficinas y afectaciones a derechos específicos –bajo la llamada austeridad republicana– siendo que, comenta, estos y otros trabajadores al Estado tienen largas jornadas de trabajo y se ven perseguidos por el estrés y la tensión. Dijo estar ahí, más que por su propia experiencia, en rechazo a una agresión más contra los trabajadores al servicio del Estado. 

Manuel Raúl Ochoa Ruelas, Secretario de la Sección 25 del ya citado sindicato, afirma que la extinción de los fideicomisos en cuestión afectaría a la base trabajadora. Además, el probable recorte presupuestal al Poder Judicial agraviaría salarios y recursos para plantillas completas. El sindicato realiza un paro nacional, que inició el jueves 19 y se extenderá de momento al 24 del presente. Una nueva marcha ocurrirá este lunes. En Ciudad de México se realizará plenaria y acciones con la presencia de secretarios seccionales.  

Raúl Ochoa sostiene que “esto es de interés para todos los trabajadores del país, pues así iniciaron ahora con nosotros y después seguirán con los trabajadores de otras dependencias”. Si bien el gobierno ampara esta iniciativa en el discurso anticorrupción, en la promesa de canalizar los recursos a programas sociales, en realidad la medida reitera que el actual gobierno parece distinguirse por una voraz recaudación y centralización de recursos. 

La cuestión estriba en ¿para qué clase social se realizan éstas? Nuevos aeropuertos, carreteras marinas, viaductos elevados –como el que costará 12 mil millones de pesos en Tijuana–, el Tren Maya, el Corredor Interoceánico del Istmo de Tehuantepec, etc., parecen estar en el fondo, como algún trabajador señaló en la marcha del domingo, de esta medida que trasciende el hecho mismo de vulnerar un Contrato Colectivo de Trabajo en particular. 

La extinción de los fideicomisos es muestra de la demagogia y arbitrariedad del gobierno socialdemócrata que encabeza López Obrador, pero no se asemeja a un mero y exclusivo gesto de presidencialismo desbocado. Es la depredación de la burguesía como clase en el país que, para dotarse de una infraestructura común y de un desarrollo capitalista a la altura de sus apetitos contemporáneos, ataca a la clase de los trabajadores asalariados en su conjunto. El capitalismo reitera cada vez más sus estrechos márgenes para el porvenir.