Por: Célula Jesús Santrich.

 

Chiapas se encuentra viviendo episodios de violencia, el número de desplazados forzados se ha elevado y día con día decenas de familias abandonan sus hogares de forma abrupta, debido a las intimidaciones y amenazas recibidas por grupos narcotraficantes. Esto ha obligado a pueblos enteros a huir hacia Guatemala, como ha sucedido desde finales de Julio.

Si bien es sabido que la presencia de carteles en el estado aumentó desde el inicio del sexenio de Andrés Manuel, esta situación se intensificó con el inicio de las campañas electorales, pues ya suponía un reacomodo al interior de la industria del narco.

Partidos políticos como Morena y el Verde Ecologista fueron beneficiados gracias al narcotráfico durante la campaña y aún lo siguen siendo. Figuras inmiscuidas en los carteles fueron propuestas como candidatos en distintos municipios, incluso el electo gobernador de Chiapas, es parte de grupos narcotraficantes.

Es necesario puntualizar que el narcotráfico, así como cualquier industria capitalista, tiende a monopolizar el mercado que abarca, en este caso ilegal, siendo parte así de las mismas contradicciones expresadas en el seno del capitalismo. Para este caso es el control del mercado por medio de guerras y las pugnas interburguesas, así como las alianzas que cada grupo realiza con el estado con el fin de tener un beneficio mayor.

Actualmente varias comunidades se han convertido en el blanco fácil de narcotraficantes y militares, y al decir blanco, no hablamos figuradamente, sino que realmente son usadas como escudo y reclutadas de forma forzada para realizar bloqueos y mantener el control de puntos en disputa entre uno y otro cartel, sin importar que puedan salir abatidos durante los enfrentamientos. Los pobladores son visitados casa por casa para asistir a reuniones en donde se forman grupos para realizar los bloqueos y demás acciones. A todos aquellos que se rehúsen a participar en estas actividades se les castiga con multas por parte de las autoridades locales y en el caso de los carteles, estos les castigan privándoles de sus viviendas, tierras de cultivo, con extorsiones, castigos físicos y asesinatos.

Hoy 5 de septiembre de 2024, existen cientos de hombres desaparecidos en la localidad de Frontera Comalapa, pues fueron reclutados casa por casa, sin importar que fueran menores de edad. La población se encuentra sitiada, presa de los disparos continuos, sin acceso a los alimentos básicos, mucho menos de servicios de salud.

En Piedra Blanca, cerca del 101 Batallón de la SEDENA, los pobladores que mantenía un bloqueo fueron brutalmente embestidos por tropas del Ejército Mexicano y la Guardia Nacional, quienes con disparos de gases lacrimógenos y apunta de golpes hicieron a un lado a hombres y mujeres, deteniendo e hiriendo a varios, así como otros más desaparecidos.

La administración socialdemócrata de la 4T, solo ha beneficiado a estos grupos, y hoy dirige su aparato militar contra poblaciones enteras. Estas contradicciones han de demostrar que en el capitalismo vale más un gramo de estupefacientes que una vida humana, situación que solo ha de cambiar con la organización popular, y el derrocamiento del capitalismo en su fase superior, el imperialismo.