En el tornillo de banco del capitalismo y de la guerra
Entrevista con Elisseos Vagenas, miembro del Comité Central y Jefe de la Sección de Relaciones Internacionales del CC del KKE
Se han producido acontecimientos tormentosos en Siria. Antes de entrar en los hechos, cabe abordar un aspecto menos discutido. ¿Por qué Siria es tan importante? ¿Cuál es su importancia en el Oriente Medio?
Respuesta: Siria es un país importante en la región del Mediterráneo Oriental y del Oriente Medio como encrucijada no solo de civilizaciones sino además de religiones, un nodo de transporte de mercancías, de energía y un “apoyo” en los planes geopolíticos de diversas potencias imperialistas.
Entonces, para entender el significado de los acontecimientos en Siria cabe decir que lo que está ocurriendo allí no puede desvincularse de lo que el KKE ha estado subrayando durante años mientras los demás lo han estado ocultando; es decir, que estamos en el umbral de grandes acontecimientos.
La guerra en Ucrania con cientos de miles de muertos y heridos de ambos bandos.
El genocidio del pueblo de Palestina, con la masacre de 20.000 niños y otros tantos ancianos y mujeres.
El intercambio de golpes entre Israel e Irán que hemos visto en el período anterior.
La guerra en Líbano así como en Sudán, en diversos países de África, las nubes de guerra en el Indo-Pacífico y Taiwán.
Todo esto es el “precursor” de lo que ha comenzado.
Las clases burguesas, los monopolios, los gigantes económicos están jugando con “el cerrojo de las puertas del infierno” cuando se enfrentan sobre el reparto de los recursos naturales y la riqueza que producen los trabajadores, la energía, el petróleo, el gas natural, las tierras raras, el litio, el uranio, etc, sobre el reparto de las cuotas de mercado, y los apoyos geopolíticos.
En este marco se destaca Siria que tiene sus propios recursos energéticos y puede servir para las rutas de oleoductos y de transporte, donde hasta ahora había bases militares rusas e iraníes, y territorios ocupados p.ej por los estadounidenses, los turcos y los israelíes.
Se trata de un país que en los últimos aproximadamente 15 años han logrado desmembrarlo informalmente, pasándolo por el “lecho de Procusto” de los antagonismos interimperialistas. Hasta que tuvo lugar el derrocamiento del régimen de Assad por los yihadistas que fueron blanqueados por EE.UU. y la OTAN con la ayuda de Turquía.
¿Cuáles son los acontecimientos previos en Siria? ¿Qué había precedido hasta el predominio actual de los yihadistas?
Respuesta: En primer lugar, Siria, como toda la región del Oriente Medio fue una colonia hasta la Segunda Guerra Mundial. El territorio de Siria era colonia de Francia.
Se independizó en 1946, cuando debido al efecto de la URSS, su contribución a la Victoria Antifascista, la formación de regímenes socialistas en Europa del Este, se produjo el colapso del colonialismo y algunos cambios positivos en la correlación de fuerzas a nivel mundial.
Desde 1963 gobernaba el Partido Baaz Árabe Socialista, que pocos años después formó el Frente Nacional Progresista. El Baaz era un partido que tenía como posición principal la unidad árabe y la gestión socialdemócrata.
En la guerra de 1967, Israel ocupó territorios sirios (Altos de Golán) que siguen bajo su ocupación hasta la fecha.
Además, hay que tener en cuenta que durante muchas décadas en Siria, así como en la línea general del Movimiento Comunista Internacional, predominó la cuestión de la conquista de la independencia nacional como requisito previo para superar el atraso que imperaba en todos los ámbitos de la vida social. Esta percepción se basaba en la equivocada “estrategia de etapas hacia el socialismo” que fue desmentida en la práctica.
De su parte, la URSS y los demás Estados socialistas formularon una política económica y de cooperación y apoyo a los nuevos regímenes, que surgieron de la caída del colonialismo, entre ellos el de Siria, para que no se integraran en el mercado capitalista internacional, en las uniones imperialistas. La URSS mantenía buenas relaciones con el régimen sirio; por ejemplo, tenía bases navales en Siria.
Por supuesto, estas relaciones no cambiaron el carácter de clase de Siria, el hecho de que los medios de producción permanecían en manos de la burguesía. Era un régimen burgués que además perpetuaba la explotación clasista y la injusticia social, mientras que para promover sus propias causas trataba de aparecer bajo la bandera de la lucha por la liberación nacional y objetivamente era un obstáculo en los diversos planes de las potencias imperialistas.
Tras el derrocamiento del socialismo en la URSS, el régimen burgués de Baaz comenzó grandes reestructuraciones capitalistas como solían llamar a las “aperturas del mercado”, poniendo nuevas cargas sobre las espaldas del pueblo.
Entonces, imperialistas estadounidenses y europeos, Turquía etc. acercaron el régimen de Assad pidiendo nuevas “aperturas” y facilidades para sus propios monopolios. La parte de la burguesía siria que se agrupaba en torno a Baaz optó por otras alianzas geopolíticas, con Irán y Rusia. Por ejemplo, concedió a Rusia el derecho de exploración y explotación de hidrocarburos en su ZEE, continuó comprando armas de esta; en 2011 se firmó entre Irán, Irak y Siria un acuerdo para un gasoducto que iba a canalizar el gas natural desde Irán a Bagdad, Damasco, Beirut y Europa occidental.
Este plan era contrario al plan propuesto por EE.UU. e Israel, que estaban interesados en poner en marcha un gasoducto desde Qatar que iba a atravesar Arabia Saudí, Jordania, Siria y Turquía para llevar el gas natural de Qatar a Europa.
Además, Rusia tenía su única base naval en el Mediterráneo, en Tartús.
Así llegamos a los acontecimientos de la llamada “Primavera Árabe” cuando fuerzas burguesas, aprovechando de los problemas sociales que se acumularon en la sociedad a causa de la vía de desarrollo capitalista, comenzaron primero con protestas y a continuación formando grupos armados, con el apoyo de Turquía, Qatar, Arabia Saudí y los imperialistas estadounidenses y europeos, a luchar contra el régimen de Baaz.
No olvidemos que los yihadistas están desde hace décadas en Afghanistán, en Chechenia, en el Oriente Medio etc, un elemento de la guerra híbrida de los imperialistas euroatlánticos.
El régimen de Baaz, dirigido por Assad, habría caído en 2015 si no hubiera sido por la intervención militar de Rusia, de Irán, del Hezbolá libanés, que derrocaron las correlaciones militares y facilitaron Baaz a seguir gobernando.
Sí, pero ¿cómo ocurrió que el régimen de Assad cayera en una sola semana tras más de 50 años en el poder e incluso con el fuerte apoyo de Rusia y de Irán?
Respuesta: En primer lugar, debe estar claro que Rusia e Irán se involucraron en Siria por sus propios intereses capitalistas, tanto sobre las tuberías, o las bases, o el comercio de armas, etc.
Hay quienes creyeron entonces que con esto, es decir, con la implicación militar de Rusia e Irán comenzó a formarse el llamado mundo multipolar.
Se crearon falsas ilusiones de que se pueden mantener ciertos “equilibrios” en este mundo de las contradicciones imperialistas que estarán a favor del pueblo sirio, sin sacudir, sin derrocar el capitalismo.
Sin embargo, en realidad los turcos mantenían ocupado el 10% del territorio, mientras habían convertido la región de Idlib en “semillero” y “escuela” de yihadistas (con la tolerancia de Rusia), el 30% del territorio permanecía bajo el control de los kurdos con la ayuda de EE.UU., que además explotaban el petróleo de Siria. Ademas, Israel siguió controlando el Golán, bombardeando dentro de Siria cuando lo quería.
De hecho, a través del llamado proceso de Astaná (en que participaron Rusia, Irán, Turquía y algunos países árabes) se convirtió en “normalidad” la intervención extranjera en los asuntos internos de Siria.
Y cuando en algún momento, Rusia ya no daba prioridad en la guerra en Siria, sino en la en Ucrania, cuando Irán y Hezbolá acabaron debilitados por la guerra contra Israel, que además llevaba tiempo atacando con bombardeos aéreos contra infraestructura crucial también dentro de Siria, entonces tomaron acción los yihadistas que los presentan ahora como “rebeldes” y supuestos “revolucionarios”, mientras que detrás de ellos están Turquía y los imperialistas estadounidenses y europeos.
Además, cabe destacar que los acontecimientos también se debieron al hecho de que gran parte de la población ya desde hace tiempo ha perdido su confianza en Baaz, debido a las sanciones extranjeras y las medidas antipopulares que han agudizado las condiciones de la pobreza económica, la represión estatal, y además porque no veían perspectivas de una vida mejor debido a la de facto fragmentación del país, etc.
Todo esto socavó los apoyos políticos y militares de Baaz y condujo a su rápido derrocamiento. En un artículo de la Sección de Relaciones Internacionales del CC del KKE en la “Revista Comunista” (no 1/2016), bajo el título “La ecuación militar-política en Siria”, ya fue delineado todo este curso de acontecimientos que se desarrolla actualmente.
Ηoy vemos que los apologistas de la masacre del pueblo palestino han dado rienda suelta y hablan descaradamente de caída del “régimen sangriento sirio”, como si no supieran lo que ocurre en las aliadas monarquías del Golfo, p.ej. en Arabia Saudí.
En resumen, pues, recapitulando sobre Siria, este país participaba en el sistema capitalista mundial, realizó transformaciones estructurales con el fin de profundizar su integración en la economía capitalista mundial, sin ni siquiera dudar en golpear las conquistas de las capas obreras y populares, y al final se encontró dentro de la maraña de contradicciones monopolistas sobre el reparto de los mercados capitalistas. El derrocamiento del régimen de Baaz no constituye una revolución sino un cambio de guardia en la gestión del sistema capitalista, acompañado por el cambio en la orientación geopolítica de la nueva gobernanza.
¿Quienes son los vencedores y quiénes son los perdedores de los acontecimeintos en Siria?
Respuesta: Está claro que el gran perdedor es Irán que según varias fuentes ha invertido miles de millones en la economía siria durante los últimos años. Además, parece que está perdiendo el “canal” de comunicación que tenía a través del territorio sirio con las fuerzas político-militares que apoya en Líbano, como Hezbolá.
En el bando de los perdedores está también Rusia, independientemente de si al final logra mantener su base naval en Tartús y su base aérea en Jmeimim como resultado de los “regateos” con los yihadistas pro-turcos. Esto se debe a que su prestigio se ha visto dañado. En 2017, hablando en la base de Jmeimim, V. Putin había declarado que no había ninguna posibilidad de que los yihadistas tomasen el control de Siria y que Rusia lo garantizaría con su poder militar. Hoy parece insolvente, poco fiable frente a quienes lo creyeron. El golpe para el liderazgo ruso será mayor si no logra mantener las dos bases, que han sido una estación de paso para las fuerzas militares que este país tiene en África, en una serie de conflictos que se están desarrollando allí.
Otras burguesías, por ejemplo de Irak e incluso de Chipre, también pueden salir perdiendo. Recordemos que la fragmentación de Libia por la OTAN y con la participación griega en su momento -siendo la única oposición destacada la del KKE- condujo al inaceptable pacto turco-libio, que cuestiona los derechos soberanos griegos en el Mediterráneo Oriental. ¿Qué vemos ahora? Turquía lleva años tratando de legitimar los resultados de la ocupación turca en Chipre y el reconocimiento de la llamada “República Turca del Norte de Chipre”, que geográficamente resulta estar “cara a cara” con Siria, ahora gobernada por yihadistas estrechamente vinculados a Turquía.
Entre los vencedores son las clases burguesas de Turquía e Israel. La burguesía de Turquía ya ocupó en los años anteriores una parte del territorio sirio, “rompiendo” prácticamente el Tratado de Lausana que determina las fronteras con Siria así como con Grecia. A la luz de los acontecimientos, vemos que refuerza considerablemente su posición en la región del Oriente Medio. Consigue que numerosos tubos de energía y transporte atraviesen su territorio. Está ganando ventaja en la explotación de las riquezas minerales y de la mano de obra de Siria. Además, se está mejorando su papel dentro de la OTAN, ya que en la práctica está demostrando ser especialmente útil para presionar a los antagonistas de la coalición imperialista euroatlántica, como Irán y Rusia.
Por su parte, la burguesía israelí se enfrenta a un país árabe fuerte hasta hace 15-20 años, que apoyaba al movimiento de resistencia palestino y libanés, tenía un fuerte poder militar y político-económico para enfrentarse a Israel y sus planes. Israel ya está ampliando sus territorios ocupados en Siria y también ha ocupado el Monte Hermón, desde donde puede bombardear Damasco sin que se despeguen sus aviones. Su plan, como el de EE.UU., es debilitar aún más a Siria y convertir a Israel en un actor clave en Oriente Medio y en un centro de tránsito, por ejemplo, con el llamado “corredor comercial de la India”, etc. Así, dentro de pocos días, Israel ha destruido decenas de infraestructuras del sirio ejército desmantelado y si lo consigue, iniciará también el desmembramiento de Siria, con la creación de una “formación” kurda, que servirá como su apoyo político-militar en el Oriente Medio.
Al final, entre los vencedores no está el pueblo de Siria, a pesar de las grandilocuentes noticias de los medios de comunicación a nivel internacional. Eso es porque el sufrimiento del pueblo sirio continuará y aumentará. El KKE sigue siendo solidario con el pueblo y los comunistas de Siria también en las nuevas condiciones que se han configurado.
¿Qué viene a continuación? Desde el campo euroatlántico leemos que ahora todos deben trabajar por un “futuro inclusivo” en Siria, que protegerá a todas las comunidades religiosas, con paz etc.
Respuesta: Pues bien, los deseos de “unidad en la diferenciación”, “inclusividad” y “paz” son los conceptos que utilizan los gobiernos burgueses, de la UE y de la OTAN. Es una historia que se repite una y otra vez sin ningún valor.
La conclusión es que se ha cerrado un “capítulo” de los antagonismos imperialistas en el Oriente Medio e inmediatamente se abre un nuevo. Los antagonismos entre las clases burguesas, por todo lo que hemos destacado anteriormente, es decir, por lo de que los capitalistas esperan sacar beneficios, poniendo de rodillas a sus antagonistas, no se detienen.
El derrocamiento de este régimen puede facilitar los planes imperialistas de EE.UU. y de Israel, como un ataque contra Irán, o incluso conducir a nuevas fragmentaciones de Estados de la región a un efecto domino de desestabilización y derramamiento de sangre.
Hay una maraña de contradicciones. Sin duda conducirá a nuevas intervenciones imperialistas, conflictos y guerras. En Israel, por ejemplo, gran parte del mundo político burgués considera que ha llegado el momento de intentar disolver Irán, de surgir el “Gran Azerbaiyán” y no es casualidad que Israel haya ayudado (junto a Turquía) a Azerbaiyán en la última guerra contra los armenios.
Por tanto, no podemos tener ninguna confianza en las clases burguesas, en sus alianzas, como son la UE y la OTAN.
Los jóvenes y los trabajadores no deben creer las proclamas de que estas asociaciones pueden garantizar la paz y la seguridad para nuestro pueblo y los demás pueblos.
¡Debemos enfrentarlas con aún más fuerza! Hay que librar luchas masivas para impedir el envío de armas y municiones, de tropas a los campos de la masacre imperialista en Ucrania y en el Oriente Medio, etc. Para que regresen las contingentes de las fuerzas armadas griegas que están en misiones imperialistas. Para que se cierren ya las bases estadounidenses que ponen a nuestro pueblo en el punto de mira de represalias del otro bando de la guerra. Para que se desvincule Grecia de la guerra, p.ej. no cumplir las sanciones contra Rusia que aumentan las cargas sobre nuestro pueblo a causa de los altos precios de energía, de fertilizantes, etc. Para que se reconozca el Estado palestino en las fronteras anteriores a 1967, con Jerusalén Este como su capital y para que se detengan ya las relaciones con el Estado-asesino de Israel mientras está en curso el genocidio del pueblo de Palestina. En general, luchar para que se retire Grecia de todos los planes y alianzas imperialistas, con nuestro pueblo fuerte y en el mando de nuestro país.
Este debe ser nuestro mensaje y debe llegar a todo el país, y ser acogido por todo el pueblo.
Publicación original en: https://inter.kke.gr/es/articles/En-el-tornillo-de-banco-del-capitalismo-y-de-la-guerra/