Tina Modotti. Una vida consagrada a la lucha
Ángel Chávez Mancilla, Director de El Machete
En el mes de enero cada año el PCM emprende la Jornada Lenin-Luxemburgo-Liebknecht para homenajear a los revolucionarios en un acto de internacionalismo. En 2025 el 10 enero es el aniversario 96 de asesinato de Mella, el 15 de Enero el aniversario 106 de asesinato de Rosa y Karl, y el 22 de Enero el aniversario 101 de la muerte de Lenin. En esta ocasión el periódico El Machete sumará a la jornada hará un homenaje a Tina Modotti cuyo fallecimiento cumple 83 años el 5 de enero de 2025.
El equipo de El Machete visitó la tumba de Tina Modotti para preparar el homenaje y emprender una campaña para adecuar a mejores condiciones el lugar en que reposan los restos de esta revolucionaria. La cobertura fotográfica de Manuel Armenta compaña el siguiente texto.
La vida de Tina Modotti
Estamos a una semana de que se cumplan 83 años del fallecimiento de Tina Modotti, la fotógrafa italiana que vino a México para encontrar su verdadero destino, la militancia comunista consecuente e internacionalista.
En México Modotti se vinculó con los artistas, obreros y campesinos que militaba en el Partido Comunista de México, y puso sus habilidades fotográficas al servicio del periódico El Machete, pero luego del asesinato de Julio Antonio Mella tuvo que salir de México por disposición anticomunista del gobierno mexicano que se decidió a expulsar a los extranjeros que fueran comunistas.
Pese a su salida de México Tina continuó su labor militante en múltiples países incluidos Alemania, España y la Unión Soviética. Tina Formó parte del Socorro Rojo Internacional (SRI), organización creada por la Internacional Comunista para brindar apoyo a los revolucionarios perseguidos y encarcelados por la represión burguesa. Por disposición del SRI Tina estuvo presente en España durante la guerra nacional revolucionaria (1936-1939) y ahí coincidió con otros destacados militantes internacionalistas como el médico canadiense Norman Bethune.
Luego de España Tina continuó militando al servicio de lo organismos internacionales creados por el movimiento comunista internacional, pues su decisión de vida fue cambiar la carrera de fotógrafa por una vida de servicio ala humanidad por medio de su militancia comunista.
Tina regresó a México en 1939 y el 5 de enero de 1942 falleció de un paro cardiaco mientras viajaba en un taxi. Su agitada vida de revolucionaria consecuente, no le impidió retomar su labor como fotógrafa en los últimos años de su existencia, no obstante, estas fotografías no tuvieron el mismo revuelo que las de la década de 1920.
Algunas de las fotografías tomadas por Tina son hoy icónicas, por ejemplo, la de los campesinos que leen El Machete pero que de ellos solo se ven los sombreros por haber sido tomada la foto en picada, la fotografía de la hoz y el martillo sobre un sombrero de charro y la foto de la mujer cubierta con una bandera roja sobre la que se ha dicho y desdicho que pudo ser Benita Galeana.
Hay quienes se lamentan por la forma en que Tina terminó sus días, también hay los que hubieran preferido que Tina dedicara su vida a la fotografía y no a la revolución. Quienes así piensan reflejan que ellos mismos no se atreverían a consagrar sus vidas a la lucha por la humanidad. Pero los comunistas debemos saber que, pese a lo valioso de las fotografías de Tina, su mayor obra fue su vida como revolucionaria, y su mayor contribución a la humanidad fue luchar por el socialismo.
Sin menospreciar los aspectos técnicos y el estilo fotográfico de Tina Modotti, pero centrando la atención en el contenido de sus imágenes más emblemáticas, aquellas en las que retrató a obreros, campesinos y militantes del PCM, podemos afirmar que los fotógrafos que actualmente militan en el Partido Comunista de México y documentan tanto sus actividades como la lucha de la clase obrera, son los legítimos herederos fotográficos de Tina.
La tumba de Tina
En el panteón civil de Dolores en Ciudad de México se encuentra la tumba de Tina Modotti. Para llegar el equipo del machete caminó alrededor de media hora, el punto de partida fue metro Constituyentes, para llegar se atravesó una parte del bosque de Chapultepec donde se puede ver el Cárcamo de Dolores donde Diego rivera plasmó su obra “El agua, origen de la vida” y también hizo la fuente de Tláloc.
No es fácil encontrar el sepulcro de Tina pues no se encuentra en la Rotonda de los hombres ilustres, ni tampoco en la sección italiana del panteón que tiene como lindero la calle Diego Rivera. Es dable reconocer que en la sección italiana se colocó una placa para homenajear a Modotti, pero para no dejar lugar a confusión reiteramos que ahí no se encuentra su tumba.
Para llegar a la tumba de Tina es preferible preguntar a los encargados del panteón, esperando que alguno de los que esté en servicio conozca el paradero. Tal vez el mejor método es preguntar a un trabajador que los dirija a la dirección de la tumba dentro del panteón: clase 5, lote 5, línea 28 y sepultura 26.
Tina está sepultada en un área común del Panteón Dolores, su tumba no es perceptible a simple vista, se requiere buscar con sosiego para encontrar la lápida maltrecha en la que Leopoldo Méndez grabó el rostro de Tina y el epitafio que es un fragmento del poema que Pablo Neruda le escribió a la revolucionaria italiana.
Actualmente la lápida está rota y del epitafio ha quedado un fragmento, el grabado de Leopoldo Méndez está desgastado, el florero que yacía en la cabecera de la lápida está ocultado, el espacio para sembrar flores debajo del epitafio está vacío. Hace algunos años se remodeló la tumba, y para no modificar la lápida original con el grabado de Leopoldo Méndez se colocó una barra de metal donde está grabado el poema completo que Neruda dedicó a Tina.
¿Quién puede representar mejor hoy el legado de Tina? ¿A quién corresponde mantener viva la memoria de la vida revolucionaria de Tina? A los comunistas. A los comunistas nos corresponde mantener viva la memoria de la trayectoria revolucionaria de Tina, y evitar que su imagen se convierta en un referente despojado de contenido revolucionario o subsumir su militancia a las historias novelescas de amoríos, tal como ha pasado con Frida Kahlo cuyo nombre e imagen son usufructuados por el capital y la socialdemocracia acallando que era una comunista.
Los comunistas no dedicamos nuestra vida a la lucha por el socialismo con el deseo de recibir reconocimiento futuro, no buscamos un lugar en la Rotonda de hombres ilustres. La lucha por el socialismo es una convicción que se apoya en la ciencia del marxismo-leninismo que nos indica que trabajamos en el camino de la lógica de la historia, pero también el deseo de que la humanidad toda, comenzando por nuestros amigos, familiares, el pueblo mexicano, pero también todos los trabajadores del mundo disfruten la riqueza que producen y tengan condiciones para una vida feliz.
Para los comunistas homenajear a Tina Modotti no es un acto protocolario ni una expresión de nostalgia. Nosotros rememoramos la vida de Tina no para solo escribir otra novela o un nuevo libro de historia, sino para afirmar que la lucha a la que Tina entregó su vida sigue en pie. La vida de Tina es ejemplo de una vida consagrada a la lucha por el socialismo, y deseamos que su ejemplo inspire a nuevos combatientes por el socialismo que se decidan, como pasó con Tina, entregar sus vidas a la militancia comunista.
Tina Modotti ha muerto
Tina Modotti, hermana, no duermes, no, no duermes:
tal vez tu corazón oye crecer la rosa
de ayer, la última rosa de ayer, la nueva rosa.
Descansa dulcemente, hermana.
La nueva rosa es tuya, la tierra es tuya:
te has puesto un nuevo traje de semilla profunda
y tu suave silencio se llena de raíces.
No dormirás en vano, hermana.
Puro es tu dulce nombre, pura es tu frágil vida:
De abeja, sombra, fuego, nieve, silencio, espuma:
De acero, línea, polen, se construyó tu férrea,
tu delgada estructura.
El chacal a la alhaja de tu cuerpo dormido
aún asoma la pluma y el alma ensangrentada
como si tú pudieras, hermana, levantarte,
sonriendo sobre el lodo.
A mi patria te llevo para que no te toquen,
a mi patria de nieve para que a tu pureza
no llegue al asesino, ni el chacal, ni el vendido:
allí estarás tranquila.
¿Oyes un paso, un paso lleno de pasos, algo
grande desde la estepa, desde el Don, desde el frío?
¿Oyes un paso de soldado firme en la nieve?
Hermana, son tus pasos.
Ya pasarán un día por tu pequeña tumba,
antes de que las rosas de ayer se desbaraten,
Ya pasarán a ver los de un día, mañana,
donde está ardiendo tu silencio.
Un mundo marcha al sitio donde tú ibas, hermana,
avanza cada día los cantos de tu boca
en la boca del pueblo glorioso que tú amabas.
Tu corazón era valiente.
En las viejas cocinas de tu patria, en las rutas
polvorientas, algo se dice y pasa,
algo vuelve a la llama de tu dorado pueblo,
algo despierta y canta.
Son los tuyos, hermana: los que hoy te dicen tu nombre,
los que de todas partes, del agua, de la tierra,
con tu nombre otros nombres callamos y decimos,
porque el Fuego no muere.
Poema de Pablo Neruda