Rappech incendia “El Teatrito” con rap proletario
Corresponsal de El Machete
La noche del sábado 9 de agosto se presentó, en el Centro de Investigación Escénica “El Teatrito”, Rappech, acompañado de otros artistas de la escena del hip-hop en la Península como Santos Somos y SL Hache. El evento se configuró como una puesta en escena del arte y la música contestataria, profundamente vinculada con las problemáticas que enfrenta la clase obrera y la juventud proletaria en la actualidad.
Tras la presentación inicial de Santos Somos, SL Hache y otros artistas, cerca de las 8 de la noche inició su acto Rappech. Con la bandera roja de la hoz y el martillo y la bandera del pueblo palestino de fondo, el rapero desplegó por más de una hora un espectáculo enérgico y conmovedor ante un auditorio joven, ansioso por escuchar hip-hop cargado de creatividad, conciencia política y compromiso social.
Las letras de Rappech abordan temas introspectivos relacionados con el ser humano, las vicisitudes de la vida cotidiana y las relaciones interpersonales. No obstante, también se sumergen en las condiciones materiales que vive la clase trabajadora: la explotación laboral, la precarización y el desgaste sistemático que impone la lógica del capital. En sus barras, resuena un grito de denuncia contra el imperialismo y sus crímenes internacionales, haciendo referencia directa a situaciones como las agresiones contra Palestina, Cuba, la República Democrática del Congo y otros pueblos que resisten al asedio imperialista.
Estas demostraciones artísticas no se reducen solamente a un gran deleite audiovisual para la juventud. También cumplen con una función fundamental del arte proletario: no callar ante la injusticia, sacudir a las juventudes del letargo inducido por el capitalismo, denunciar la explotación y la opresión, y, sobre todo, convocar a la organización para transformar de raíz esta sociedad.
Actualmente, la industria musical reproduce valores burgueses, fomenta el individualismo, la competencia desmedida, el consumismo, la glorificación de la violencia y del entramado capitalista del crimen. Incluso cuando se intenta proyectar un arte “combativo”, muchas veces se presenta vacío de contenido, cargado de pretensión, más preocupado por alimentar el ego del “artista” que por interpelar la realidad concreta. Frente a ello, el arte de Rappech, músico proveniente de la clase trabajadora, representa una alternativa emancipadora. Su música invita a pensar en una sociedad distinta, más justa, pero también señala con claridad que sólo mediante la lucha organizada podrá alcanzarse esa transformación revolucionaria.