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Política obrero-sindical del PCM durante los años 1919-1939

Política obrero-sindical del PCM durante los años 1919-1939

Fernanda Larrainzar

Miembro del Comité Central del PCM.

Es el año 1918, la primera guerra mundial ha llegado a su fin, las potencias imperialistas se han repartido el mundo y la dictadura económica y política del capital financiero sobre las masas explotadas y oprimidas se ha consolidado. Son años de creciente pauperización del proletariado, lo que menos necesita la clase obrera es el restablecimiento de la antigua internacional que ha sometido los medios de lucha al control y dirección de la burguesía, que llama a moderar las reivindicaciones, que plantea el transito lento al socialismo y renunciar a la lucha de clases por la defensa nacional. En este contexto y ante estas circunstancias, la Tercera Internacional pone sobre la mesa las cartas de la conquista del poder político por el proletariado y adopta el nombre de Internacional Comunista (IC) durante su I Congreso en 1919.

En el II Congreso de la IC en 1920, el partido de la insurrección del proletariado mundial y de las dictaduras proletarias, se plantea organizar una sección internacional de los sindicatos rojos que adhieren al comunismo. Se habla sobre la necesidad de mantener estrechas relaciones con organizaciones de masas obreras, así que en toda organización política debe haber una célula del partido, que defienda el programa y la táctica revolucionaria del comunismo.

Para el año 1918 ya había llegado al continente americano la noticia del derrocamiento del zarismo. No obstante en México existía indefinición política, las ideas anarquistas predominaban en el movimiento obrero y entre los comunistas. De tal manera que en 1920 nace la Federación Comunista del Proletariado Mexicano como resultado de la colaboración entre comunistas y anarcosindicalistas.

Más tarde en el año 1920, durante el III Congreso de la IC, se establece como tarea principal dirigir los combates defensivos del proletariado al objetivo final, es decir, a la revolución social. Esto mediante el choque directo con las fuerzas del enemigo, la profundización y ampliación de los conflictos de clase y la vinculación a escala nacional e internacional. Para ello era necesario conquistar la influencia sobre la mayoría de la clase obrera a través de los sindicatos, las organizaciones más masivas de trabajadores y consideradas escuelas prácticas del comunismo.

Sobre la base de las consideraciones anteriores y como oposición a la política de colaboración con los patrones de la Internacional Amarilla de Ámsterdam, se crea la Internacional Sindical Roja (ISR).  La ISR no buscara crear nuevos sindicatos ni salir de los antiguos, sino terminar con el reformismo y los lideres oportunistas, para hacer de estas organizaciones un arma activa del proletariado. Se formaran células del partido en cada sindicato, todo miembro del partido debe de militar en algún sindicato. A continuación se resume el programa de acción:

  1. Pasar a la ofensiva.
  2. La acción directa de las masas preparación para la lucha por la revolución.
  3. “Una empresa, un sindicato”.
  4. Crear comités de fábricas.
  5. La empresa debe mantener a los obreros despedidos por falta de trabajo.
  6. Luchar contra el cierre de las empresas y crear comisiones de control sobre las materias primas.
  7. Para evitar el cierre ocupar las fábricas y continuar la producción en contra de los patrones.
  8. La lucha económica conserva y protege la fuerza de trabajo.
  9. Prestar atención especial a las empresas estratégicas (minería, ferrocarriles, electricidad). Hacer uso de huelgas parciales, huelgas intermitentes, huelgas generales y huelgas extendidas al plano nacional.
  10. Realizar acciones (paros) internacionales por industria.
  11. La fe ciega en los contratos colectivos es resultado de la penetración de la ideología burguesa.
  12. Formar cuadros especiales para combatir a los rompe huelgas y las provocaciones de las organizaciones blancas.
  13. Obstaculizar el transporte de mercancías con la ayuda de todos los obreros de la región.
  14. Control obrero sobre la producción.
  15. Ningún obrero recibe beneficios.
  16. Luchar contra las medidas gubernamentales que convierten al obrero en recaudador reteniendo su salario para proteger al capital.
  17. Elevar la consciencia de las masas obreras hasta la necesidad de la revolución social y la dictadura del proletariado.
  18. Vinculación orgánica entre partidos comunistas y los sindicatos.

A este III Congreso de la IC asiste como delegado el Secretario General del PCM, Manuel Díaz Ramírez. A su regreso el Partido celebra su Primer Congreso, por primera vez se definen criterios sobre los problemas del movimiento obrero nacional y se adoptan posiciones programáticas al respecto. Con el rompimiento entre comunistas y anarquistas queda atrás la indefinición política. Por consiguiente la táctica sindical del PCM cambia, se aprueban la adhesión a la ISR y la táctica de Frente Único en las organizaciones obreras, dando paso así a la formación de la Confederación General de Trabajadores (CGT). En consecuencia el PCM trabajara con las bases y organizara sindicatos.

En el contexto internacional el capitalismo está viviendo su agonía y su destrucción es inevitable. Sin embargo la división de los sindicatos a causa de la Internacional Amarilla de Ámsterdam fortalece al capital. Es tiempo de la coalición política y económica de todos los partidos obreros contra el poder burgués y su derrota definitiva. En medio de estos ánimos la IC celebra su IV Congreso en 1922. Durante el cual se resalta la necesidad de la unidad del frente proletario, es decir, la unidad de todos los trabajadores deseosos de combatir el capitalismo, incluyendo anarquistas y sindicalistas. De este modo la IC dará continuidad a la táctica de Frente Único de todos los obreros. Se luchara por el restablecimiento de la unidad sindical. Asimismo se plantean nuevas tareas como organizar sindicatos de expulsados para exigir su reintegración y formar federaciones internacionales únicas por industria.

Un año después, el II Congreso Nacional del PCM decide apoyar la candidatura de Plutarco Elías Calles si este acepta un programa de organizaciones obreras y campesinas. En dicho programa se hace énfasis en la democracia revolucionaria, en dar solución rápida y radical al problema agrario y en la independencia del imperialismo.

Por su parte el Comité Ejecutivo de la IC manda una carta en la cual señala que el PCM debe adoptar la táctica del Frente Único ante las elecciones y llamar a las organizaciones sindicales a la lucha por demandas precisas. Asimismo el Comité Ejecutivo de la IC expone que la lucha parlamentaria es únicamente para desenmascarar a la burguesía y para desarrollar una política de clase en defensa de los intereses del proletariado. Y que los países económicamente atrasados no deben desarrollar el capitalismo antes de estar maduros para la revolución proletaria, puesto que la revolución rusa demuestra que cuando la clase obrera es consiente es posible la revolución proletaria aun siendo un país predominantemente campesino.

Durante el V Congreso de la IC en 1924 se construye una plataforma sindical para todo el movimiento en general y por industrias. Se señala que debe existir unidad de acción, crear comités de fábrica, dar atención especial a ramas de la industria estratégicas como los transportes, minas, electricidad, gas, etc. También se hace hincapié en construir un movimiento sindical de las colonias y comités de acción internacionales para las industrias más importantes. Además de elaborar una estrategia de las huelgas y arrancarles las masas obreras a los socialdemócratas, seguir la orientación leninista y la consiga de unidad.

En este mismo año en México se prohíbe la militancia de comunistas en la Confederación Regional Obrera Mexicana (CROM). Esta noticia no provoca sorpresa alguna, puesto que la CROM, desde al año de su creación en 1918, se caracterizaba por el reformismo sindical. Estos cambios inducen al PCM a la discusión de la táctica sindical y se decide crear un Frente Único Sindical, donde participan la CGT, la CROM y otras organizaciones independientes.

En 1925 el PCM es ya una de las principales fuerzas políticas del país. Durante su III Congreso, se aprueba la táctica del Frente Único de la clase obrera y campesina, puesto que se argumenta que el problema agrario se resuelve con el triunfo del socialismo. Por esta razón se crea la Liga Nacional Campesina, una organización de masas que busca la unificación del movimiento.

Pasados tres años, en 1928 Manuel Díaz Ramírez es delegado al VI Congreso de la IC y representante del PCM ante el Comité Ejecutivo de la IC. A su regreso el Partido crea una tercera central en contra de la directiva de la IC; la Asamblea de Unificación Obrera y Campesina, donde participan 116 mil obreros, 300 mil campesinos, 315 sindicatos y 80 federaciones agrarias. Sin embargo se establecía como principio que sus actividades serian de carácter exclusivamente sindical, por lo que quedaban tajantemente prohibidas aquellas que pudieran ser catalogadas como políticas.

La constitución de una nueva central obligaba a la dirección del PCM a justificar el paso que estaba dando. En ese entonces los comunistas caracterizaban a las organizaciones sindicales en México de la siguiente manera: la CROM, de política reformista ligada a la ideología capitalista, de esquiroles que utilizan sus posiciones en el gobierno y métodos gangsteriles para hegemonizar los sindicatos; la CGT, anarco-sindicalista, con tendencia oportunista; los sindicatos influenciados por la ideología pequeño-burguesa y controlados por la aristocracia obrera, tales como los ferrocarrileros y electricistas, y autónomos, la mayoría de ellos influenciados por los gobernadores de los estados.

Al año siguiente en 1929 el PCM crea la Confederación Sindical Unitaria de México (CSUM). David Alfaro Siqueiros y Julio Antonio Mella fueron secretarios generales, quienes impulsaron el Congreso Sindical Latinoamericano, donde se funda la Confederación Sindical Latinoamericana con el objetivo de aliarse con el proletariado de EU.

Por su parte el programa político de la CSUM planteaba lo siguiente: “proceder a organizar las federaciones industriales y ramas que sean necesarias; llevar a cabo una campana sindical para sustituir los actuales contratos individuales de trabajo por contratos colectivos; organizar un movimiento nacional para obtener el establecimiento en todo el país de un salario mínimo de dos pesos diarios; proceder a la inmediata creación de Comités de Obreros en todos los centros de trabajo, y por medio de ellos resolver todos los conflictos individuales y colectivos que surjan, evitando recurrir al arbitraje de las Juntas de Conciliación y empleando la fuerza de la acción sindical preferentemente; luchar por la sustitución del salario a destajo; organizar en todo el país a los desempleados en sindicatos; crear una organización sindical que englobe a los asalariados del campo, y organizar en todo el país a los inquilinos pobres…” 1

En este mismo año el pleno del CC del PCM adopta las líneas del VI Congreso de la IC: llevar a cabo en el campo una revolución pequeño-burguesa-democrática para derrotar al latifundismo y en las ciudades una revolución socialista. Incluso el PCM acepta el llamamiento de la LNC para formar un solo bloque obrero y campesino y lanzar un candidato a la presidencia de la Republica. Por lo tanto el PCM, el Partido Ferrocarrilero Unitario, el Partido Unidad Obrera y Campesina de Veracruz, el Partido Durangueño del Trabajo y otras organizaciones constituyeron el Bloque Obrero y Campesino Nacional. Cuyo programa político y de gobierno marca la abolición del actual Poder Legislativo, y la consiguiente supresión de las cámaras federales y locales, sustituyéndolas por Asambleas de Representantes Obreros y Campesinos.

La campana del Bloque se desarrolla en medio de la represión anticomunista. Julio Antonio Mella es asesinado, los locales del CC del PCM y la redacción de El Machete, la CSUM y la Federación Obrera de Tamaulipas son asaltados, Hernán Laborde es desaforado, la Liga Nacional Campesina es dividida. Y finalmente la votación obtenida no rindió frutos.

En 1934, año en que inicia la época del cardenismo, la CSUM convoca la Conferencia Nacional de Frente Único, donde el movimiento obrero rechaza toda forma de colaboración con el gobierno. Durante este sexenio el PCM apoya las medidas de Cárdenas contra el imperialismo por las que la riqueza petrolera paso a propiedad nacional y 1 millón de campesinos recibió tierras.

Al año siguiente la carta del PCM al VII Congreso de la IC es a la vez material de discusión para el VI Congreso del PCM. En este documento se plantea la lucha por el Frente Popular antiimperialista en México, ya que este es caracterizado como país semicolonial que necesita preparar las condiciones para la implementación del socialismo.

En 1936 el Comité Nacional de Defensa Proletaria, creado por iniciativa del SME, convoca a congreso nacional para construir la Confederación de Trabajadores de México (CTM), en el que participa la CSUM y la Confederación General de Obreros y Campesinos de México (CGOCM), sindicatos nacionales de mineros, electricistas, ferrocarrileros, maestros y trabajadores del Estado. Inicialmente la CTM propone un programa revolucionario que plantea el socialismo, la alianza con las fuerzas que defienden la democracia, contra el fascismo y el imperialismo, pasando primero por la liberación económica y política del país, es decir, la guerra de liberación nacional.

En 1937 se realiza el VI Congreso del PCM, donde se elige a Laborde como Secretario General, quien señala los errores cometidos por el PCM en la CTM: hacer concesiones para evitar la división, permitir las contradicciones provocadas por la participación en las elecciones con el PNR, violación a los estatutos y a la democracia interna y “desviación izquierdista”. Finalmente en 1939, en el VII Congreso del PCM Laborde propone la unidad tras un solo candidato presidencial para “vencer a la reacción, defender la independencia nacional y las instituciones democráticas; y continuar la obra revolucionaria de Cárdenas”.

NOTAS

  1. El Machete, núm. 152, 16-II-29, p. 2. El Machete, núm. 152, 16-II-29, p. 2.

Texto aparecido en la revista El machete no.1 pp. 43-47.D A Siqueiros (1a quincena de mayo1924)

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