La conservación de la biodiversidad ante la contradicción de las Fuerzas productivas y Relaciones de producción.
Ángel Chávez Mancilla
Director de El Machete
Ponencia presentada en el 3° Congreso Internacional sobre el Aprovechamiento y la Conservación de la Biodiversidad. Universidad Autónoma Chapingo, Estado de México, a 5 de Octubre de 2016.
Artículo publicado en El Machete no.9, 2017, pp 109-117.
Introducción.
Marx y Engels al escribir en La ideología alemana las premisas de toda historia mencionaban que es necesario 1. La existencia de humanos y 2. La existencia de un espacio y medio natural apropiado para el hombre.[1] Es decir, consideraban a la naturaleza como condición de posibilidad para la existencia y el desarrollo de toda actividad humana y de la historia. La teoría del materialismo histórico tiene en su base la consideración de la naturaleza como condición sine qua non, por lo que para los marxistas no es posible desligar las problemáticas socioeconómicas de las temáticas como el cuidado del medio ambiente y la conservación de la biodiversidad. Por el contrario, vincular las leyes generales del desarrollo histórico social con el cuidado del ambiente y la biodiversidad es una tarea por desarrollar.
Algunos marxistas ya han avanzado en estos estudios, vinculando algunos elementos de la economía política con los cuidados del medio ambiente, analizando principalmente la “la fractura en el metabolismo” existente entre el hombre y la naturaleza que es generada en el capitalismo. Algunos como István Meszaros[2] han señalado la relación entre humanidad-producción y naturaleza, considerando a la producción como mediación entre hombre y naturaleza[3].
Meszaros y los investigadores que continúan bajo su línea de trabajo advierten que la fractura del metabolismo de la naturaleza y la relación hombre naturaleza, no tienen solución en el capitalismo. Pero, no han sabido vincular de manera más estrecha el cuidado de la naturaleza y la biodiversidad con las leyes generales del desarrollo histórico-social.
Hacer esto da por resultado, que no sólo el capitalismo es el problema, sino que también la resolución de la contradicción que lleva a la destrucción del capitalismo es al mismo tiempo la solución a la ruptura del metabolismo existente entre el hombre y la naturaleza.
- La interrelación entre el humano y la naturaleza
Para poder proponer una respuesta integral a la extinción de la biodiversidad por motivos derivados de las actividades humanas, se requiere partir de la primera y más importante interrelación existente entre el humano y la naturaleza, la cual está descrita por Marx y Engels en las premisas de toda historia y es, luego de la existencia del humano y un medio natural donde se desarrolle, la principal actividad: el trabajo, definido como una acción consiente encaminada a producir los medios de subsistencia o valores de uso.
Por medio del trabajo el hombre transforma la naturaleza, he aquí la primera e imprescindible relación.[4] Algunos marxistas han denominado al trabajo como mediador en el intercambio metabólico entre hombre y naturaleza. El trabajo es una actividad consciente[5] en medida que el hombre representa las características de la porción de naturaleza que transformará las condiciones y posibilidades para cubrir sus necesidades de subsistencia. Y es justo esta actividad consiente la que lo diferencia de todo animal, y “aventaja al peor maestro de obras sobre la mejor abeja”.[6] Por tanto, la relación naturaleza-humano dependerá del grado de desarrollo del trabajo, el cual depende de los instrumentos para ejecutar éste, el nivel de práctica o adiestramiento (incluidos conocimientos previos) de la fuerza de trabajo y la organización social de la labor productiva. En última instancia la relación entre el hombre y la naturaleza depende del nivel de desarrollo de las fuerzas productivas y las relaciones sociales de producción.
- La dinámica entre fuerzas productivas y relaciones de producción
Las Fuerzas Productivas (FP) y las Relaciones sociales de Producción (RP) responden a una dinámica interdependiente según la cual, de acuerdo con el grado de desarrollo de las fuerzas productivas se generan determinadas relaciones de producción, las fuerzas productivas se desarrollan de manera constante y las relaciones de producción deben adaptarse a éstas, pues en determinado momento las relaciones de producción establecidas son ya caducas y se convierten en una traba del desarrollo de las fuerzas productivas.
Este proceso es descrito por Marx en el “Prólogo a la contribución de la crítica de la economía política”,[7] en donde se exponen las leyes generales del desarrollo histórico-social y la teoría del materialismo histórico, el cual ha sido denominado Ley de la tendencia a la concordancia entre las FP y las RP o ley de la necesaria correspondencia entre FP y RP.
La contradicción entre las fuerzas productivas y las relaciones de producción tiene su resolución con la apertura de un proceso de cambio que Marx denomina “época de revolución social”[8], la cual media entre un modo de producción y otro, y es un periodo de tiempo en que las relaciones de producción caducas son destruidas y se generan nuevas, conforme al grado de desarrollo de las fuerzas productivas.
Así pues, en el citado prólogo, Marx menciona que “a grandes rasgos, podemos designar como otras tantas épocas de progreso, en la formación económica de la sociedad, el modo de producción asiático, el antiguo, el feudal y el moderno burgués”[9]. Entonces pues, en cada uno de estos modos de producción hay grados distintos de desarrollo de las fuerzas productivas y relaciones de producción, por lo que también la relación entre el humano y la naturaleza guarda formas distintas en cada uno de estos modos.
La tendencia general es que en cada “época de progreso” el desarrollo de las fuerzas productivas es mayor, por lo que, el aprovechamiento y supeditación de la naturaleza por medio del trabajo es también cada vez mayor. Así pues, es posible hacer una historia de la relación entre la naturaleza y el ser humano, tomando por fuente el progresivo desarrollo de las fuerzas productivas.
Para ejemplificar la importancia de la dialéctica existente entre FP y RP y el cuidado de la naturaleza y la biodiversidad, hagamos una breve reseña de estas relaciones. En la época paleolítica, con un grado muy reducido de fuerzas productivas, la relación Humano-Naturaleza era de una casi total supeditación del hombre a la naturaleza, el hombre no tenía capacidad de trastocar radicalmente las condiciones ambientales y la biodiversidad, las relaciones de producción implicaban el trabajo de todos los miembros de la comunidad y el excedente de producción era incipiente.
Las tribus nómadas más desarrolladas tenían el conociendo de que debían cazar animales machos para alterar lo menos posible el ciclo vital de las especie cazadas. Pero, aunque buscaran trastocar radicalmente la biodiversidad y las condiciones ecológicas, no hubieran podido hacerlo a mayor escala que pequeñas regiones, de hecho el cuidado de las especies de caza deriva de que eran su fuente de sustento al verse impedidos del desarrollo de la agricultura.
No obstante, con el desarrollo de la revolución neolítica surge el excedente regular, las grandes concentraciones humanas y los nuevos instrumentos de trabajo que aunados a la potente fuerza de trabajo que reúne, será base del surgimiento del modo de producción asiático, la relación entre el hombre y la naturaleza cambió radicalmente, pues implicó un mayor conocimiento de fenómenos naturales, lo que es vital para la domesticación de las plantas y para hacer de la agricultura la principal actividad económica.
El desarrollo de las fuerzas productivas, así como hizo posible que la sociedad construyera las pirámides de Egipto y demás obras despóticas, también permitió que se destruyeran grandes masas de vegetación y se alterara, en un porcentaje aún reducido, el clima en regiones todavía pequeñas trastocando así la biodiversidad, basta pensar con las obras comunales de irrigación o desecación.
Aunque el desarrollo de las fuerzas productivas no representaba un peligro para el hombre ni para la naturaleza, porque los fenómenos de alteración de la misma seguían siendo de poco alcance, ya que el conocimiento humano de la naturaleza aún no permitía romper con el predominio que ésta tenía sobre el hombre, es decir, una sequía o un excedente de lluvias podían causar daños sociales y económicos a las civilizaciones despóticas más desarrolladas.
Sin embargo, la relación humano-naturaleza continuó alterándose, pero se mantuvo de manera general durante los modos de producción esclavista y el feudalismo, en los cuales el cultivo de la tierra continúo siendo la principal actividad económica. Como vestigio del gradual desarrollo de las FP tenemos restos de las rejillas para el arado que se fueron desarrollando durante siglos, la multiplicación de utensilios y demás valores de uso que fueron surgiendo.
- La relación hombre-naturaleza dentro del capitalismo
Pero si hasta el feudalismo las FP y las RP aún no fomentaban un trastrocamiento radical en gran parte de la naturaleza, si fomentaron el desarrollo del capitalismo[10] en el cual el desarrollo de las FP, incluido conocimiento científico de la naturaleza, avanzó de manera más acelerada, generando las condiciones de posibilidad para un trastrocamiento radical de las relaciones entre el hombre y la naturaleza.[11]
El capitalismo ha desarrollado las fuerzas productivas de manera que ha logrado relativamente liberar al humano de un modo de dependencia de la naturaleza, el cual implicaba que las crisis económicas surgieran en dependencia de las condiciones ambientales, crisis de desabasto por una plaga, sequía o lluvia excesiva. Ahora como menciona Marx “durante las crisis, una epidemia social, que en cualquier época anterior hubiera parecido absurda, se extiende sobre la sociedad: la epidemia de la superproducción”[12].
En el capitalismo la “fractura en el metabolismo” entre la naturaleza y el humano se da, según Marx, por el perene crecimiento de la población urbana, lo que perturba el metabolismo en la tierra, pues impide el retorno al suelo de aquellos elementos constitutivos del mismo que han sido consumidos por el hombre en forma de alimentos y vestimenta, por lo que se va degradando la fertilidad del suelo[13].
Pero el capital incurre en múltiples formas de daño a la biodiversidad, como la devastación de hábitats, degradación ambiental, la sobre explotación de los recursos de un ecosistema, el calentamiento global, etcétera. Todas éstas son fomentadas por el interés económico. Ejemplo de ello son los derrames petroleros sobre el mar, contaminación de aguas por la industria minera o por la utilización de químicos, la devastación de los bosques y selvas, la utilización del fracking sin contemplar los peligros que conlleva.
Además, hay que considerar el daño que la producción capitalista hace al ambiente al satisfacer las necesidades humanas, pues los desechos de nuestro consumo son altamente contaminantes, pero al capital no le importa esto, mientras pueda producir a menor costo para obtener una mayor cuota de ganancia, no le interesa que los desechos sean tóxicos y dañinos para el ambiente; o la continuación del uso de derivados del petróleo como plásticos, y otros materiales no degradables o altamente contaminantes aun cuando ya existe las posibilidad de suplir estos materiales.
La fractura metabólica ha generado múltiples estudios ecológicos tanto en la ciencia natural como en la investigación social, no obstante, esta fractura es apenas una de las múltiples formas en que el capitalismo ha generado la degradación ambiental y la pérdida de la biodiversidad. El capital altera radicalmente la naturaleza tanto como puede y tanto como el interés de la máxima ganancia lo requiere.
No obstante, el gran desarrollo de las fuerzas productivas no es el problema, pues justamente el desarrollo de las FP engendrado por el capital, da las condiciones para que el humano termine con la contradicción entre libertad y necesidad, lo que permitirá también el reajuste del metabolismo existente entre hombre y naturaleza. El problema son las relaciones de producción capitalistas.
Por tanto, es errónea la posición que busca desechar el uso de tecnologías surgidas en el capitalismo, dar vuelta atrás a la rueda de la historia no es lo que salvará la biodiversidad, este pensamiento es igual a un Ludismo ambiental, las máquinas y las nuevas fuerzas productivas no son el problema, sino la utilización que se les da en manos de la burguesía.
De igual forma, no son ni el grado de desarrollo de un país o la mayor o menor corrupción los elementos determinantes para que exista la alteración de los ecosistemas, la base de dicha alteración está en el funcionamiento del sistema capitalista, el cual sólo concibe la obtención de la máxima ganancia. La huella humana sobre los diferentes ecosistemas se está acelerando, incluso en los países más desarrollados y con menos corrupción.
Lo que salvará al medio ambiente y a la biodiversidad es ayudar a girar la rueda de la historia hacia delante, generando nuevas relaciones de producción, es decir, a través de la construcción del socialismo, resolviendo así la contradicción entre las fuerzas productivas y las relaciones de producción que predominan actualmente.
En la actualidad estamos insertos en una época de revolución social que media entre el capitalismo y el comunismo. Las FP están en un grado de desarrollo que permitiría la abundancia para toda la población del mundo, como decía Marx, lo absurdo del capital es que ahora las crisis son de sobre producción. Por otra parte, las RP que subsisten a las relaciones burguesas y la propiedad privada sobre los medios de producción generan la contradicción en la existencia de una enorme producción que tiene un carácter social y la existencia de la apropiación privada de la riqueza.
El capitalismo, así como ha desarrollado males sociales, ha desarrollado daños al medio ambiente, pero ambos perjuicios tendrán su solución en cuanto las fuerzas productivas no se vean limitadas por las relaciones burguesas de producción. Esto es, el uso negativo o dañino de las fuerzas productivas ya sea en el ámbito de lo social o de la relación con la naturaleza, se terminará cuando las relaciones de producción capitalistas den paso a unas más desarrolladas, las relaciones de producción socialistas.
Las actuales RP llevan a que el cuidado del medio ambiente y la biodiversidad no tengan solución dentro del capitalismo, pues la propiedad privada de los medios de producción y el interés de la burguesía en la máxima ganancia genera la anarquía de la producción. Además, han generado otras prácticas como el despilfarro de recursos naturales gastados en la producción de mercancías inútiles que son desechadas por formar parte de la sobre producción y la obsolescencia programada que también genera un gran desperdicio de recursos. A esto hay que sumarle los intereses de los monopolios petroleros y de automóviles que han retrasado la utilización de autos movidos por energías renovables y no contaminantes.
A diferencia de lo anterior, la planificación en el socialismo permitirá contemplar ya no sólo las necesidades sociales, sino también las necesidades del cuidado de la naturaleza y la conservación de la biodiversidad, o mejor dicho, el socialismo contemplará como una necesidad social el cuidado de la naturaleza, pues ésta es parte de la premisa para el desarrollo histórico-social del hombre.
Además de esto, el desarrollo las fuerzas productivas actualmente frenado por las relaciones burguesas de propiedad, en el socialismo se desarrollarán exponencialmente, y teniendo como objetivo el bienestar humano y no la ganancia capitalista, la sociedad estará en mejores condiciones para solucionar los múltiples problemas ambientales que hoy se están agudizando bajo el capitalismo.
- Conclusión
Dado que la relación entre el hombre y la naturaleza está mediada por el trabajo, y éste está determinado por el desarrollo de las fuerzas productivas y las relaciones de producción, para abordar la crisis ambiental y la alarmante pérdida de la biodiversidad, se requiere considerar que dentro del capitalismo las problemáticas ambientales, y también las sociales, no pueden ser solucionadas. Esto nos lleva a considerar que la actual crisis ambiental es otro síntoma de la crisis generalizada del capitalismo.
La resolución de la contradicción que lleva a la destrucción del capitalismo es al mismo tiempo la solución a la ruptura del metabolismo existente entre el hombre y la naturaleza, por tanto, la única posibilidad de generar una política integral para la conservación de la biodiversidad y el cuidado del medio ambiente es generando el cambio de las actuales relaciones sociales de producción, por relaciones socialistas en donde la planificación económica permita contemplar las necesidades humanas actuales y proyectar su satisfacción a largo plazo, donde se privilegie el valor de uso sobre el valor de cambio y se prevenga la sobre explotación de recursos naturales, la modificación de ecosistemas y la pérdida de biodiversidad.
La única política coherente para los problemas ambientales es la lucha por el socialismo.
Bibliografía:
Bellamy Foster, John. “Marx y la fractura en el metabolismo universal de la naturaleza” http://www.herramienta.com.ar/herramienta-web-15/marx-y-la-fractura-en-el-metabolismo-universal-de-la-naturaleza.
Lukács, George. Historia y consciencia de clase. México, Grijalbo, 1969
Marx, Carlos. “Prólogo de la Contribución a la crítica de la economía política”, en Marx y Engels. Obras escogidas. Moscú, Progreso, S/F.
Marx y Engels. El Manifiesto del Partido Comunista. Moscú, Progreso, S/F.
Meszaros, István. Marx’s theory of Alienation. Londres, Merlin Press, 1970.
[1] “El primer estado de hecho comprobable es, por tanto, la organización corpórea de estos individuos y, como consecuencia de ello, su comportamiento hacia el resto de la naturaleza”. Carlos Marx y Federico Engels. La ideología alemana. pp.19-20.
[2] István Meszaros. Marx’s theory of Alienation. Londres, Merlin Press, 1970.
[3] Apud. John, Bellamy Foster. “Marx y la fractura en el metabolismo universal de la naturaleza” http://www.herramienta.com.ar/herramienta-web-15/marx-y-la-fractura-en-el-metabolismo-universal-de-la-naturaleza.
[4] Según Jhon Bellamy Foster, Lukács también destaca “al trabajo como mediador entre la sociedad y la naturaleza” en Historia y consciencia de clase. México, Grijalbo, 1969.
[5] “El hombre no se limita a hacer cambiar de forma la materia que le brinda la naturaleza, sino que, al mismo tiempo, realiza en ella su fin, fin que él sabe… el obrero ha de aportar esa voluntad consciente del fin a que llamamos atención” Marx, El capital. T. I p. 131.
[6] Ibíd. P. 130.
[7] Marx. “Prólogo de la Contribución a la crítica de la economía política”, en Marx y Engels. Obras escogidas. Moscú, Progreso, S/F. pp. 182-183.
[8] Ibíd. p. 183. “Al llegar a una determinada fase de desarrollo, las fuerzas productivas materiales de la sociedad entran en contradicción con las relaciones de producción existentes, o, lo que no es más que la expresión jurídica de esto, con las relaciones de propiedad dentro de las cuales se han desenvuelto hasta allí. De formas de desarrollo de las fuerzas productivas, estas relaciones se convierten en trabas suyas. Y se abre así una época de revolución social”.
[9] Ibíd. 183.
[10] “La burguesía moderna, como vemos, es ya de por sí fruto de un largo proceso de desarrollo, de una serie de revoluciones en el modo de producción y de cambio” Marx y Engels. El Manifiesto del Partido Comunista. Moscú, Progreso, S/F. p. 32.
[11] “La burguesía no puede existir sino a condición de revolucionar incesantemente los instrumentos de producción y por consiguiente, las relaciones de producción, y con ellos las relaciones sociales” ibíd. p. 33.
[12] Ibíd. p. 37.
[13] Apud. John, Bellamy Foster. “Marx y la fractura en el metabolismo universal de la naturaleza” http://www.herramienta.com.ar/herramienta-web-15/marx-y-la-fractura-en-el-metabolismo-universal-de-la-naturaleza
2 comentario en “La conservación de la biodiversidad ante la contradicción de las Fuerzas productivas y Relaciones de producción.”