Contra la prostitución! o de cómo el estado soviético combatía a la prostitución al triunfo de la revolución Bolchevique[1]

 

La película que comentaremos es: La prostituta de Oleg Frelikh, 1927[2]

El Marxismo-Leninismo busca no sólo terminar con la explotación del hombre por el hombre, sino también mejorar las condiciones sociales. Sin embargo, al momento del triunfo de la revolución proletaria, los bolcheviques le hicieron frente a las problemáticas que existían durante el régimen zarista, tales como la prostitución.

En la película La prostituta  se cuenta la historia de Liuba, una joven que se ve obligada a ejercer la prostitución y además se narran  los esfuerzos del estado soviético para erradicar tal práctica, a lo largo del film se dando cifras y datos al respecto. En él se muestra como finalmente la protagonista encuentra trabajo y además recibe instrucción, pero es en “la clase” donde el espectador se relaciona. La película presenta lo esencial de la trama para que el público se adentre, y a la vez recibe explicaciones cualitativas y cuantitativas del problema además de que hace una breve revisión socioeconómica sobre el origen de las prostitutas, su edad,  así como sus actividades antes de ejercer la prostitución.

Aquí es donde se cumple una de las urgencias de Alexandra Kollontal[3] de educar a los obreros y a las obreras para que comprendan el problema real de la prostitución, esto dentro del marco del siglo XX, al momento de la construcción del estado soviético, lo que nos da una muestra de la importancia que los bolcheviques ponen a las cuestiones sociales para la construcción del estado socialista.

Uno de los ejes principales en el que los comunistas hemos hecho hincapié es en que la liberación de la mujer se ha de dar con la liberación de nuestra clase, con la supresión de la explotación asalariada que ha de generar por ejemplo la independencia económica respecto al hombre, restando así elementos materiales para las relaciones de dominación machista que llevan al estigma de ser las mujeres “instrumento inferior” o instrumento de placer.

Además de la carga social que representa la prostitución, debemos observar cómo las mujeres eran y siguen siendo usadas como instrumento de ganancia a través de lo que hoy llamamos “trata de blancas”, pues es un fenómeno económico el que se encuentra detrás de esta práctica, y dado que el capital sólo responde a la búsqueda de la máxima ganancia, actualmente también hombres y niños son explotados en la misma actividad. Son las posturas del  Marxismo-Leninismo, que busca las determinaciones económicas y sociales, las que nos ayuda a entender mejor el problema[4], y estas se expresan en la película en que se muestran propuesta para erradicar la prostitución.

La prostitución está vista hoy en día como una bajeza moral, donde las mujeres son recriminadas y repudiadas. Por supuesto, no hay que dejar de lado que también existe la prostitución masculina, y ello nos da pauta para abordar la siguiente cuestión: ¿qué sucede entonces con la libertad sexual?

Si bien, el fenómeno de la prostitución está determinado  por el interés material de la ganancia, socialmente implica diversos elementos, debemos retomar el machismo con el que la mujer se ve sometida a ejercer tal actividad, pues en un régimen “patriarcal”, el hombre es el que tiene el mando y él si es libre de decidir y ejercer su libertad sexual, pero hay que tomar en cuenta la situación de este siglo. Estamos en una época de diversidad donde existe una multiplicidad de géneros que nos lleva a cuestionar cómo debería ser la libertad sexual en la construcción del estado socialista, de qué manera unificar este conglomerado que se muestra tan reacio a lograr una comunidad en la que prevalezcan la aceptación y la ayuda mutua.

Ya previamente Alexandra Kollontai daba las pautas de la forma en que las relaciones sexuales debían de darse fuera de los estigmas morales de la sociedad burguesa. En 1921 postulaba:

“No me haré cargo de predecir la forma de matrimonio o de relaciones entre sexos que se asumirán en el futuro. Pero de una cosa no hay duda: el comunismo estará ausente de toda dependencia de la mujer con respecto al hombre y de todos los elementos de cálculos materiales que se hallan en el matrimonio contemporáneo. Las relaciones sexuales estarán basadas en un instinto saludable de reproducción provocado por el desenfreno del amor joven, por una ferviente pasión, por un fogonazo de atracción física o por una cariñosa luz de armonía intelectual y emocional. Tales relaciones sexuales no tienen nada en común con la prostitución.”[5]

Algo en lo que coinciden la película y  Kollontal, es en la causa primordial de la prostitución. La miserable situación económica orilla a que se ejerza tal oficio; las mujeres se inclinan a esta actividad por la falta de oportunidades; la comunidad LBGTTTI por la marginación a la que se ven sometidos por la moral burguesa que les resta oportunidades para realizar un trabajo digno.

Una de las conclusiones de Kollontal es eliminar la prostitución, pues las energías y las ganancias no son para todos los trabajadores, sino para ganancia de ellas mismas (en los casos en que no eran obligadas a ejercer esa práctica como  ocurre en México actualmente en que mujeres son secuestradas y obligadas a prostituirse), además de generar enfermedades que se propagan en la población[6], y representa un daño a la dignidad humana. Pero también hay que tomar en cuenta que existen grupos de explotadores que realizan esta actividad sobre personas inocentes en contra de su voluntad. Es decir, la prostitución como actividad económica debe ser erradicada.

El ejemplo de cómo el estado soviético busca la manera de erradicar el problema es con la película misma, ya que ésta al ser exhibida, ayuda a las masas a tomar conciencia del problema y que comprenda que ellos son participes de la prostitución y a la vez los protagonistas de su solución.

El film sirve de lección a los comunistas para concientizar a las masas con base en elementos reales para poder erradicar el problema, pero tampoco hay que dejar de lado el modo en que los problemas sociales se desenvuelven en el siglo XXI.  Esto nos permitirá utilizar de mejor manera las ideas Marxistas-Leninistas para liquidar el problema, así cómo fue primordial que el machismo fuera erradicado en la revolución bolchevique, pero hay que entender que, a pesar de que las condiciones socioeconómicas analizadas por Marx y Engels persisten en sus elementos esenciales, el mundo ha cambiado.

[1] Quedo agradecido con la camarada Mayra Reyes, en sus observaciones y críticas que fueron consideradas para la realización de este artículo, ya que son valiosas las sugerencias de profundizar en el tema de liberación de la mujer trabajadora.

[2] Vea el film en el siguiente link https://www.youtube.com/watch?v=ZcSbGFjNw7k

[3] Véase Alejandra Kollontai La prostitución y cómo combatirla. Discurso a la tercera conferencia de dirigentes de los Departamentos Regionales de la Mujer de toda Rusia en el siguiente link  https://www.marxists.org/espanol/kollontai/1921/001.htm

[4] No quiero dejar de lado el machismo que persiste actualmente hacia la mujer, pero para entender que es un problema común, debemos de tomar todos los actores sociales que sufren este hecho.

 

[5] Véase Alexandra Kollontal Op Cit.

[6] Retomo también una de las observaciones que la camarada Mayra Reyes hizo en torno a la situación de la mujer, que también concuerda con la comunidad LBGTTTI “La prostitución se vuelve el resultado de una sociedad que no puede,  satisfacer las necesidades de su población en cuestión de empleo, y salarios, alimentos, educación, etc.  Y como resultado de la carencia sexual  ante la represión moral, que nace de las  necesidades económicas de la clase dominante,  de ahí surge su demanda , es decir,  la prostitución enajena  a la sexualidad de la mujer,  a cambio recibe una paga con la cual, su sexualidad se disgrega  de su ser, de su cuerpo,  se convierte en un servicio y a ella la cosifica como una mercancía, con el cual el hombre principalmente perteneciente a la clase burguesa, pueden descargar el deseo sexual de dominación sin ningún interés y bajo  ninguna responsabilidad en cuanto a la relación con la mujer que está comprando, pues su objetivo no es procrear para heredar, su relación se limita a un acto sexual de dominación”