¿Pensamiento crítico? Ideología burguesa o ideología socialista
El marxismo, doctrina de una clase, ciencia de la Historia.
“Lo fundamental de la doctrina de Marx es que destaca el papel internacional histórico del proletariado como constructor de la sociedad socialista”
Vladimir Ilich Lenin
Pável Blanco Cabrera :: Primer secretario del Partido Comunista de México ::
Texto publicado en mayo de 2013
El 195 aniversario del natalicio de Karl Marx fue un momento para la realización de diversas actividades conmemorativas; pero la visión que se ha querido presentar del maestro del proletariado es deformada, para ajustarla a los parámetros de la academia y volverlo inofensivo.
El marxismo es resultado del desarrollo del pensamiento y es la posición filosófica, ideológica y política de la clase más revolucionaria en la historia de la humanidad: la clase obrera. Es la síntesis del conocimiento forjado hasta el siglo XIX, dando un salto cualitativo y produciendo una revolución en las ideas; es una doctrina viva que no se estancó en lo producido por sus autores, Marx y Engels, sino que se fue enriqueciendo con la praxis del proletariado, y es por ello que los comunistas llamamos al marxismo contemporáneo: marxismo-leninismo.
Querer hablar del marxismo, limitándolo sólo a la obra de Karl Marx, lleva ya una intención política. Es muy evidente el silencio que se lanza sobre Engels. Basta la lectura de la correspondencia entre ambos, para comprender su trabajo común. Marx en varios momentos reconoció el genio de Engels, por ejemplo al adelantar en Los Anales Franco-Alemanes, la crítica a la economía política, que abrió el camino del Doctor rojo a las investigaciones, de varias décadas, para la elaboración de El Capital. Los trabajos biográficos de Franz Mehring, Auguste Cornú, Heinrich Gemkow, entregan una documentada descripción de cómo ambas vidas se fusionan en la forja del pensamiento científico del proletariado, de obras en común. Sin embargo, la contribución de Engels les parece insustancial, y además infamemente sugieren que él habría tergiversado el aporte de su camarada. Lo mismo acontece con Lenin, centro de sus ataques. Niegan el desenvolvimiento de la teoría, pero lo que detestan sin disimulo alguno, es la construcción socialista a la que culpan de la crisis del marxismo.
¿Pensamiento crítico? Ideología burguesa o ideología socialista
El punto donde Karl Marx revoluciona el pensamiento es al establecer el nexo entre teoría y práctica. Contentarse con la contemplación e interpretación del mundo no es novedad, se plantea entonces la transformación revolucionaria. El objetivo del materialismo dialéctico, del materialismo histórico y de la economía política no es contemplativo, especulativo; es político, para la intervención e irrupción de los proletarios y explotados como un torrente que barra con la prehistoria del género humano, con las diversas sociedades divididas en opresores y oprimidos, explotadores y explotados, con la división de clases y el Estado.
Es una posición de clase, producida por esta clase al desenvolverse el capitalismo, y para confrontar la ideología burguesa. Querer reducirla a pensamiento crítico es desclasarla y volverla inofensiva. Karl Marx no escribe para adular a jurados, ni para complacer a las editoriales, por el contrario no encuentra cabida en la universidad, ni editores, y así buena parte de sus obras van sólo para la “crítica demoledora de los roedores”.
Encubren los nuevos revisionistas sus vacilaciones ideológicas en el “pensamiento crítico”, en supuestas aspiraciones de enriquecer al marxismo; sin embargo reeditan la operación de Bernstein y de otros oportunistas del Siglo XIX, tan sólo actualizando el vocabulario, envolviéndolo en una fraseología posmodernista.
Son fieles militantes de sus becas del CONACyT, de la búsqueda de grados y posgrados, de la conquista de la titularidad de profesores del nivel C, del no nos moverán del SNI, atrincherados en sus cubículos, construyendo barricadas para evitar que lleguen a sustituir su imprescindible aporte, juzgando y calificando, y lo mejor, dirigiendo desde su atalaya. Sus alianzas tácticas son tan honorables que han cerrado filas contra el CGH y con el Estado para condenar a los que luchan.
Confrontan lo que Lenin recapitulaba como el valor del marxismo, que reside en que como teoría “se plantea directamente la tarea de poner al descubierto todas las formas de antagonismo y explotación de la sociedad moderna, estudiar su evolución, demostrar su carácter transitorio, la inevitabilidad de su conversión en otra forma, y servir así al proletariado, para que éste termine lo antes posible y con la mayor facilidad, con toda explotación”.
La actitud frente a la construcción socialista en el siglo XX: piedra de toque
“Lo fundamental de la doctrina de Marx -escribía Lenin- es que destaca el papel internacional histórico del proletariado como constructor de la sociedad socialista[1]”.
Para volver a Marx, anteponen un deslinde con la construcción socialista, niegan la teoría, la práctica y la historia de la revolución socialista. Niegan el poder obrero, la dictadura del proletariado, la socialización de los medios de producción concentrados y la planificación de la economía; por ello encuentran comodidad en las posiciones del “socialismo del siglo XXI” o en reivindicar a Holloway o Negri.
Quieren reivindicar el método de Marx y negar su programa comunista.
Sin más pruebas que las diseminadas por el adversario de clase se deslindan de las revoluciones socialistas del siglo XX. No hacen el estudio científico de tales experiencias, asumen el lenguaje del “derrumbe”, del “fracaso del experimento”. Para ellos la dialéctica revolución/contrarrevolución no existe, pues suspiran por una nueva sociedad que no traiga sobresaltos a su acomodada cotidianidad. Ellos absolutizan la democracia y sustentan una visión idealista de los procesos históricos sin rupturas y sin…revolución.
La colaboración de clases.
En una de esas conmemoraciones se hizo con justeza la crítica a la colaboración de clases, pero que fácil es esa crítica cuando en la práctica no hay coincidencia con esa posición. Evidentemente quien se reclame del marxismo no podría aparecer en una abierta alianza con los monopolios, pero en la política las mediaciones no permiten que esto se visibilice con facilidad. Para los comunistas es muy claro que en el contexto de la crisis general del capitalismo hay intentos gatopardistas de que todo cambie para que las cosas sigan igual. A la gestión neoliberal buscan sustituirla con la vuelta del keynesianismo para estabilizar al sistema en un periodo de fragilidad, de turbulencias sociales que pueden volverse incontrolables.
La crítica dirigida a la colaboración con la gestión más salvaje del capitalismo es incompleta si no se dirige a las gestiones “alternativas”. Las alianzas con López Obrador también son una forma de colaboración de clases, y en ellas participan todos estos “marxistas”.
La actualización del marxismo
Las ideas no son estáticas, se someten a la prueba de la realidad, del tiempo histórico; hablan de nuevos autores, pero no citan más que antimarxistas, revisionistas. ¿Por qué no hablan de István Meszaros, de Georges Labicá, de Domenico Losurdo? ¿Por qué no hablan del aporte colectivo de los cerebros de la clase obrera, es decir de los partidos comunistas?
Son necesarios los intelectuales marxistas, pero no las caricaturas de éstos. Son necesarios los intelectuales marxistas que cumplan las tareas que esbozaba Lenin, apelando a una labor fecunda, que abandone las ilusiones, que se apoye en el desarrollo real y no el deseado y que apunten a la siguiente dirección su labor teórica:
a) el estudio concreto de todas las formas de antagonismo económico existentes.
b) el estudio de su conexión y desarrollo consecuente.
c) el deber de descubrir ese antagonismo, allí donde se encuentre encubierto por la historia política, por las particularidades del orden jurídico, por los prejuicios teóricos establecidos.
d) ofrecer un cuadro completo de la realidad, como sistema determinado de relaciones de producción, señalar cómo la explotación y la expropiación de los trabajadores es la esencia de este sistema, señalar la salida del régimen, indicada por el desarrollo económico[2].
No cabe duda que esos “marxistas” están lejísimos de satisfacer cualquiera de esos aspectos y también de incidir objetivamente en la realidad, pues por ejemplo, el día Primero de Mayo no los vemos, en tanto que el intelectual colectivo, el Partido Comunista de México, desplegaba combativamente sus banderas rojas en pleno corazón de la república, planteando sin complejos su objetivo: el derrocamiento de los monopolios, la construcción del poder obrero y el socialismo-comunismo.
[1] Lenin, Vladimir Ilich; Destino histórico de la doctrina de Karl Marx
[2] Lenin, Vladimir Ilich; ¿Quiénes son los “amigos del pueblo” y como luchan contra los socialdemócratas?
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