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Los monopolios detrás del “gabinete” de AMLO*

Los monopolios detrás del “gabinete” de AMLO*

Marco Vinicio Dávila Juárez, miembro del CC del PCM.

El oportunismo de la socialdemocracia, la lleva a encubrir los verdaderos intereses que representa con un discurso y una fraseología que tergiversa la realidad. Afirma el representante más sobresaliente de la nueva socialdemocracia en México, López Obrador, que la contradicción fundamental que vive la sociedad es la que se da entre la corrupción gubernamental y el reclamo de honestidad. Sobre la base de este discurso ha construido su imagen y su campaña electoral, lo que le ha redituado un capital político electoral que lo coloca en posibilidades reales de ganar la presidencia de la república en las próximas elecciones; es decir, cuenta con una base electoral bastante amplia, sobre todo de sectores de la pequeña burguesía empobrecida por la crisis, de disidencias sindicales que abanderan los reclamos de los trabajadores golpeados por las reformas antiobreras y antipopulares que se han aprobado, y se siguen aprobando, en el congreso de la unión y de pequeños propietarios del campo; lo que arrastra tras de ellos a amplias masas populares que esperan efectivamente una solución real para su situación. Congruente con su discurso anticorrupción, presenta para su “gabinete” una planilla de hombres y mujeres con una amplia trayectoria académica y por lo tanto con un bagaje cultural que resulta atractivo para enamorar a toda esa pequeña burguesía.

Todo eso impide entender que la política es un reflejo de la economía y que, por lo tanto, la corrupción es una de las formas como el capitalismo se expresa y que no es un problema de personas buenas o malas, honestas o corruptas, honradas o ladronas. Los individuos, y la sociedad en su conjunto, deben ser vistos por el lugar que ocupan en las relaciones de producción, no por lo que piensan de sí mismos, pues en realidad todos representan intereses económicos, es decir, intereses de clase, que es lo que determina su comportamiento social.

Entendiendo así las cosas, podemos ver que detrás de cada individuo propuesto por Andrés Manuel López Obrador para formar su gabinete en caso de ganar las elecciones presidenciales, hay intereses de clase, o sea intereses económicos, que habrán de determinar su comportamiento; aún cuando él, López Obrador, los  presenta a sus electores como personas de una reconocida rectitud moral y, por lo tanto, sin posibilidades de corromperse en caso de llegar a ocupar una cartera en su gobierno.

Sustentando la afirmación anterior, tenemos, además de las ya conocidas ligas económicas de Esteban Moctzuma con Grupo Azteca, de Salinas Pliego y, la de Víctor Villalobos representante de Monsanto, y ligado a Alfonso Romo a través de Seminis, monopolio de transgénicos y controladora del mercado mundial de semillas; que la proba, recta, íntegra, docta, culta e “imparcial”, Olga María del Carmen Sánchez Cordero Dávila, propuesta por AMLO para la secretaria de gobernación, no es una ciudadana así, nada mas, es en realidad una representante del grupo financiero Norte, (consejera propietaria independiente del consejo de administración de Banorte, que es uno de los cinco grupor financieros más grandes de México). Al mismo grupo pertenecen, entre otros, Carlos Hank González (grupo Gruma, líder mundial en la producción de harina de maíz y tortilla con presencia en más de 100 países); Alfredo Elías Ayub (grupo Iberdrola USA, ex CFE y ex ASA); Alejandro Burillo Azcárraga (Grupo Pegaso, que tiene presencia en sectores como: tecnología, telecomunicaciones, medios, bienes raíces, deportes, cultura y filantropía, agroindustria, turismo, servicios y aeronáutica); José Antonio Chedraui Eguia (grupo comercial Chedraui); Alfonso de Angoitia Noriega (grupo Televisa); Thomas Stanley Heather Rodríguez (grupo Bimbo).

Otro personaje propuesto por AMLO es Javier Jiménez Espríu, ligado al monopolio español ITP Aereo, a Telmex, Banamex y Grupo IDESA-Brasken, monopolio brasileño beneficiado con contratos para la construcción del proyecto Etanol XXI en Coatzacoalcos, Veracruz.

María Luisa Albores, cuya actividad profesional está ligada a la ONG Slow Food, a través de la cual su cooperativa Tosepan, recibe fondos de la Unión Europea, y su liga con el monopolio Walt Mart ha sido ampliamente documentada.

Carlos Manuel Urzúa Macías, ligado a Carlos Serrano de grupo financiero BBVA-Bancomer; Miguel Torruco Marquez, yerno de Carlos Slim y ligado a la CANACO-Servytur y, Rocío Nahle, relacionada con la CANACINTRA.

Otro tipo de vínculos que resaltan son los de carácter político, que son, en última instancia vínculos económicos. Ahí destaca Josefa González Blanco Ortíz Mena, ligada a la asociación civil Acajungla, de la cual es presidente su padre, el ex gobernador Patrocinio González quien mantiene una relación estrecha con el actual gobernador de Chiapas, Manuel Velasco Coello. Llama la atención la relación íntima de Irma Eréndira Sandoval Ballesteros, no sólo como becaria, sino como consultora de la Fundación Nacional para la Demoracia, de triste memora para los pueblos que luchan por su emancipación, y consultora también de la Instituto de la Sociedad Abierta, del magnate, multimillonario y especulador financiero​ estadounidense de origen húngaro, George Soros.

De esta manera, afirmamos que Andrés Manuel López Obrador y la nueva socialdemocracia no sólo mienten, sino que ya se preparan para llegar a la presidencia de la república, conveciendo a los grandes votantes, los monopolios, de que sus intereses no corren peligro con su gestión.

Esta es la “esperanza de México”.

 

 

* Publicado en El Comunista número 64, del mes de febrero de 2018, Órgano del   Comité Central del Partido Comunista de México.

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