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La obra de Engels camina junto a la lucha del proletariado

Fotografía: Internet. Friedrich Engels*

 

Rumbo al Bicentenario del natalicio de Engels.
La obra de Engels camina junto a la lucha del proletariado.

 

Por Víctor Manuel,
integrante de la Sección de
Ideología del CC del PCM

 

A finales de noviembre se cumplen 200 años del natalicio de Friedrich Engels, quien, junto a Marx, es el padre del socialismo científico. No es para menos este acontecimiento, pues su nombre va unido a la lucha por el socialismo y, por tanto, a la lucha del proletariado. Aunque la ideología que él contribuyó a forjar, el marxismo, no lleva su nombre, no existe estudio serio y completo al respecto sin la obra de Engels, quien incluso, pese a su enorme contribución teórica, siempre fue humilde en su trabajo, él mismo escribió: “como la filosofía que aquí expongo [se trata de su libro emblemático el Anti-Dühring] ha sido en su mayor parte fundada y desarrollada por Marx, y en su mínima parte por mí, era muy natural que yo no escribiera esta exposición sin su conocimiento”[1].

Pero en realidad, esta colaboración era un complemento entre estas dos mentes geniales. Marx por su parte al trabajar en algún libro pedía la opinión de Engels ante asuntos importante. Engels le daba su opinión e incluso sugerencias, que Marx tomaba muy en serio. Tan solo basta con leer la correspondencia de Marx con Engels para darse cuenta de la influencia de Engels para la preparación y edición de El Capital, obra cumbre de la economía política y obra teórica del marxismo. De hecho, fue el mismo Engels el que le proporcionaba cifras y datos sobre la evolución del salario y los movimientos de la Bolsa. Sin duda, fue un gran apoyo para El Capital.

Engels junto con Marx, demostraron la importancia del desarrollo de las fuerzas productivas para el desarrollo de la sociedad, la evolución de ésta. No está oculta en la valentía, sapiencia y errores de los personajes históricos, sino que detrás de éstos está la lucha de clases impulsando la historia. Quitando y poniendo a los personajes históricos, quienes se mueven entre las contradicciones de esta lucha. El escenario en que se encuentran las fuerzas productivas determina fundamentalmente[2] la ideología, la política, la moral, la religión, incluso la cultura de una sociedad, es lo que llamamos la relación dialéctica de la base y la superestructura.

El socialismo científico de Engels y Marx nos demostró que los anhelos sinceros pero ilusos del socialismo utópico, en realidad eran un grito de desesperación espontáneo e inmaduro al respecto de que algo malo estaba sucediendo en la sociedad capitalista, que en ese entonces se erigía como la culminación de todo el progreso social de Europa. Ese grito no era un grito de lucha y agitación, sino un grito de dolor del proletariado ante las condiciones miserables en las que estaba sumergido. El socialismo científico en pocas palabras nos dice que: “no había que liberar a la humanidad, sino al proletariado; no hay que reformar la propiedad, sino abolirla; no basta con tomar y destruir el Estado burgués, era necesario formar uno que aplaste la contrarrevolución, y que la crisis del sistema no tiene solución, la única salida es la revolución”.

La visión de Engels veía el futuro no por las fuerzas metafísicas de un adivino, sino porque entendía las contradicciones que daban movimiento a la sociedad. Para cambiar la realidad había que conocer la realidad, uno no puede vagar entre nieblas que te impide ver el problema de raíz. Estas contradicciones se palpaban en la lucha de clases. El proletariado sale a la escena de la historia como la clase explotada y la burguesía como la clase revolucionaria, como la clase que pudo remover los escombros del feudalismo para construir los cimientos de una nueva sociedad. Sin embargo, no pasó mucho tiempo para que el capitalismo mostrara su verdadera faz: desempleo, corrupción, prostitución, hambruna, desigualdad, injusticia, saqueo y muerte, eran la huella del capitalismo por donde pasara éste.

La filosofía en el tiempo del joven Engels, desde su comienzo había hecho enormes avances, debido al progreso de la ciencia, pero también había hecho grandes retrocesos. La filosofía como herramienta y arma ideológica de la clase dominante aún no se sacudía el idealismo filosófico, pues servía para frenar la lucha de clases y la visión científica para la realidad. Con la religión, se tenía a las masas sumisas y resignadas ante su supuesto destino determinado por la voluntad divina. Además, la dialéctica era algo confuso y difícil de entender, con aspectos peligrosos para la burguesía, pues la dialéctica nos dice que todo está en continuo desarrollo; que, además, todo lo que nace tiende a perecer, y la sociedad capitalista no era la excepción. Sólo la dialéctica con ropaje idealista era admitida, e incluso, fue dominante en Europa, de ahí salieron jóvenes hegelianos que en ciertos aspectos ponían en duda el idealismo dialéctico de Hegel, pero que no eran del todo demoledores y congruentes. Sólo Marx en compañía de Engels pudieron asestar un golpe definitivo a la ideología dominante del Estado prusiano. Marx, en palabras de Engels, puso de pie la dialéctica de Hegel, que se paseaba de cabeza, poniéndola sobre las suelas del materialismo y la ciencia.

Tengo la convicción de que sin Engels el marxismo entraría en la historia del movimiento obrero, que existiría sin él. Pero aún más estoy convencido de que sin Engels el marxismo no se hubiera desarrollado con la plenitud en la que se formó. Sin Engels el marxismo no se hubiera expandido con la velocidad que lo hizo y sería víctima de innumerables deformaciones e interpretaciones en el movimiento obrero. Y a su vez el movimiento obrero se hubiera estancado por décadas en el anarquismo y demás ideologías pequeño burguesas y reformistas. Sin duda, Engels sistematizó el marxismo en su libro el Anti-Dühring, más de lo que lo hizo Marx en sus obras, haciéndolo claro. Tras la muerte de Marx fue Engels el que sostuvo victorioso la lucha contra el oportunismo, que empezaba a filtrarse en el proletariado tras la ausencia de Marx. Fue el mismo Engels el que orientaba como brújula la lucha del proletariado en varios países. No sólo aportó teóricamente, también apoyó moral y económicamente sin condiciones a su amigo Marx. Esta amistad es la más pura y profunda en la historia del pensamiento político, era una amistad que se fusionaba con la camaradería y se complementa.

Ante tal figura histórica del proletariado, el Partido Comunista de México hace honor a Engels; pero no con una efeméride, sino con toda una existencia de lucha bajo los ideales por los cuales luchó él mismo. No hay mejor honor a Engels que la lucha congruente por el socialismo-comunismo. Sólo entendiendo su obra es que el proletariado avanza sin cojear en la lucha. Sin duda en la palabra marxismo, y todo lo que conlleva esa ideología, está el nombre de Engels. El marxismo no proviene de un sólo hombre, sino de dos: de Karl Marx y de Friedrich Engels.

 

 

*Las imágenes presentadas en el cuerpo del presente artículo han sido retomadas de internet con el fin de complementar, diversificar y desdoblar las posibilidades comunicativas de los contenidos presentados en El Machete, sin ningún fin de lucro y como parte de una plataforma gratuita y libre.

[1] Prólogo a la segunda edición de el Anti-Düring.

[2] Digo “fundamentalmente” porque no es lo único que determina la superestructura. También los acontecimientos políticos, religiosos, morales, ideológicos, etc., afectan otros aspectos de la superestructura, pero en última instancia, se mueven bajo los intereses de clase, que a su vez, se determinan por las relaciones de producción.

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