Crónica de un desastre
Relato real basado en la experiencia de una enfermera durante la cuarentena.
Por: Antonio Portillo
Me reporto a trabajar como cualquier otro día lo que no sabía era que ese día comenzarían a llegar pacientes con COVID-19 sin que nadie nos alertara de lo que estaba pasando.
Febrero 2020, comienzan a llegar pacientes con una gripe extraña, tan graves que necesitan la ayuda de un respirador:
Enfermera: Buenas noches doctor Lara ¿cómo esta?
Dr. Lara: Muy bien ¿y usted?
Enfermera: Bien también, oiga me comentan que tenemos un paciente con una gripe extraña que no está oxigenando, ¿es cierto?
Dr. Lara: Si, la verdad es que está conectado al respirador porque su saturación de oxígeno no dejaba de caer, lo cual es un tanto extraño, pero ahí andamos.
Enfermera: Perfecto doctor nos estamos viendo, Cuídese.
Marzo 2020, los casos comienzan a aumentar, la situación se va tornando cada día peor, el departamento de urgencias comienza a llenarse de pacientes con covid 19:
Enfermera: ¿Doctor como esta? ¿Qué dice de nuevo?
Dr. Lara: Nada Lupita solo que esto se está poniendo feo.
Enfermera: ¿De qué habla?
Dr. Lara: Estamos teniendo cada vez más pacientes del nuevo COVID-19
Enfermera: ¿De verdad? En pediatría aún se mantiene tranquilo, fuera de los pacientes normales.
Dr. Lara: Pues acá en urgencias es otra historia estamos teniendo 2 pacientes por semana ya de COVID-19 y parece que no va a bajar.
Enfermera: ¿Que dice la Secretaria de Salud?
Dr. Lara: Pues aún están analizando los casos y apenas están viendo que procede con este nuevo virus, pero ya sabes, lentos como siempre.
Enfermera: Ya sé, pero ¿dicen que se transmite como una gripe?, ¿no?
Dr. Lara: Si eso dicen, pero aún no tenemos nada confirmado oficialmente solo podemos tratar los síntomas y esperar que los pacientes mejoren, pero…
Enfermera: ¿Qué ocurre?
Dr. Lara: Pues es que los pacientes llegan graves y hay una parte que fallece demasiado rápido en 2 o 3 días.
Enfermera: ¿De verdad? Esperemos que mejore y pues avíseme si necesita ayuda en urgencias.
Dr. Lara: Yo le aviso Lupita, yo le aviso.
Enfermera: Nos vemos doctor.
Dr. Lara: Hasta mañana.
Primeros días de abril 2020, urgencias se comienza a saturar, se registra el primer paciente infante contagiado por covid 19, los insumos médicos escasean y el personal de salud carece de herramientas para ejercer su trabajo:
Enfermera: Doctor buenas noches que cuenta.
Dr. Lara: Pues aquí andamos Lupita.
Enfermera: ¿Está bien doctor? Se ve cansado.
Dr. Lara: Si lo estoy la verdad es que nos estamos llenan de pacientes con COVID-19, urgencias se está saturando y ya tenemos problemas de espacio.
Enfermera: Si acá ya nos llegó el primer caso de COVID-19 en un niño.
Dr. Lara: Ya se, era cuestión de tiempo (suspira).
Enfermera: Doctor ya pidió apoyo, que dice el supervisor.
Dr. Lara: Lo de siempre Lupita que no hay personal, todos están saturados.
Enfermera: Debería presentar una petición por escrito.
Dr. Lara: Pues ahorita estamos cansados, pero ahí vamos, se suspendieron vacaciones y permisos al menos en urgencia ya estamos todos “comprometidos”.
Enfermera: De verdad, pero ya había planeado usted irse de viaje todo el año.
Dr. Lara: Ya sé, pero ni modo el trabajo llama, y siempre hay más tiempo que vida para ir.
Enfermera: Esperemos que pase pronto, oiga quería preguntarle aprovechando ¿sabe algo de la escases de material?, Acá comenzaron a racionarnos hace una semana y ahora ya solo me dan un cubrebocas por día.
Dr. Lara: Pues se direcciono la mayor parte a urgencias el problema es que no se están reponiendo con la misma velocidad, hemos tenido que cooperar nosotros para comprar material.
Enfermera: ¿Son tantos pacientes?
Dr. Lara: En parte la verdad es que, si ya estamos a máxima capacidad y no caben, pero había cajas guardadas, yo las vi a finales del año pasado el problema es que en enero ya no estaban y cuando me enteré medio el coraje de la vida porque resulta que el pendejo de Marcelo decidió donarlos. Y el problema no fue donarlos, el problema fue que no resurtieron el inventario y ahorita estamos pagando las consecuencias. Se supone que debemos operar con un traje nivel 4.
Enfermera: ¿Si quiera tenemos?
Dr. Lara: ¡Jajajaja! ahora si me hizo el día Lupita, no tenemos cubrebocas ni caretas, apenas hay medicamentos y los respiradores ya se agotaron. Hay pacientes que los necesitan y están todos ocupados, odio decirlo, pero ya sabemos que pacientes no lo van a lograr sin un respirador y no podemos hacer mucho.
Enfermera: –Pude ver los ojos del doctor se nublaron, pero rápidamente se limpió con un pedazo de papel-. Tranquilo doctor ya se giró la orden de que los ventiladores sin utilizar de otros pisos se vayan a urgencias.
Dr. Lara: Lo sé, pero no es suficiente por ejemplo ¿Cuántos respiradores hay en pediatría?
Enfermera: Creo que 5.
Dr. Lara: ¿Y que funcionen?
Enfermera: Solo 2 y uno está ocupado.
Dr. Lara: Allí está el tema, las autoridades como siempre les vale madres hasta que pasa la tragedia.
Enfermera: Ya se doctor, es lo de siempre.
Dr. Lara: Pero, en fin, oiga ¿se enteró del doctor Hidalgo?
Enfermera: No quedamos de vernos en el comedor en la semana, pero con este tema supongo que ya no pudo.
Dr. Lara: Se… contagio de COVID.
Enfermera: ¿Y como esta?
Dr. Lara: No muy bien, su oxigeno está bajando y necesita un respirador.
Enfermera: Lo lamento, pero ya vera que estará bien siempre ha tenido suerte.
Dr. Lara: Eso espero, pero bueno Lupita la dejo trabajar.
Enfermera: Yo también doctor, cuídese y nos estamos viendo.
Finales de Mayo 2020, la sobresaturación del sistema de salud es evidente, la ola de pacientes abarrota el hospital, la falta de insumos médicos se vuelve una constante, escasean los respiradores y comienzan los primeros decesos en las filas del personal de salud:
Enfermera: Doctor Lara ¿Cómo esta?.
Dr. Lara: Que tal Lupita, ahora si no muy bien.
Enfermera: ¿Estamos llenos de pacientes con COVID verdad?
Dr. Lara: Llenos es poco, ya no caben Lupita están en el piso los respiradores ya no están aguantando, los pacientes fallecen uno tras otro y están recetando antibióticos como si fuera una simple tos. Los familiares nos quieren golpear y con razón si ven como tenemos a los pacientes y pues les decimos que no es nuestra culpa, pero no los culpo, supongo que yo haría lo mismo si viera a mi madre en el piso del hospital.
Enfermera: Pues sí, pero, no es nuestra culpa, cuantas veces nos prometieron que iban a extender urgencias y jamás pasaba.
Dr. Lara: Que dicen que ahora sí, que temporalmente tomaremos otros pisos para poder acomodar a los pacientes.
Enfermera: ¿y hay noticias de los respiradores?
Dr. Lara: Que pronto, que pronto y es todo lo que promete el gobierno, parece que no entienden que si no eso muchos de los pacientes no van a poder salir adelante.
Enfermera: Ya se doctor, al menos los niños parecen aguantar mejor la enfermedad por eso acá estamos un poco más tranquilos, pero ya tenemos 4 niños con COVID.
Dr. Lara: Lupita ahora si esta feo, no podemos hacer mucho y nuestros pacientes se mueren cada vez más, parece que estuviéramos en una guerra de tanto enfermo.
Enfermera: ¿Oiga y que están haciendo con los diabéticos y los que estaban por operar? Escuche que esos pisos van a ser los que ocupara urgencias.
Dr. Lara: Pues los mandaron a su casa y les dieron la bendición sin más.
Enfermera: ¿Y los de diálisis y hemodiálisis?
Dr. Lara: …….
Enfermera: Bueno cambiando de tema ¿cómo está el doctor Hidalgo? Ya salió.
Dr. Lara: Se nos fue Lupita, no quiso respirador para no ocupar uno, dijo que aún estaba joven a sus 60 años.
Enfermera: –Aquí si no pude aguantar las lágrimas y el doctor tampoco, pero teníamos trabajo que hacer-. Perdón.
Dr. Lara: No se preocupe.
Enfermera: ¿Y su equipo que dice?
Dr. Lara: Algunos no quieren venir porque ya están dentro de la población de riesgo, pero no hay de otra, creo que les darán su permiso la otra semana el problema es que nos va a faltar personal.
Enfermera: Ya están solicitando en otros pisos, quiero ayudar y me propuse para cambiarme temporalmente.
Dr. Lara: Muchas gracias Lupita, la verdad es que nos sería de gran ayuda porque Minerva, Tere y Ceci están hospitalizadas.
Enfermera: No me diga que por….
Dr. Lara: Si también por COVID.
Enfermera: Lo lamento espero que se mejoren pronto.
Dr. Lara: El problema es que están graves, ya varios se enfermaron, pero muchos ya no la cuentan, pero en fin vamos a darle.
Enfermera: Ya se doctor, cuídese mucho de verdad.
Dr. Lara: Usted también Lupita, usted también.
Julio 2020:
Se tardaron mucho en transferirme y ya quería apoyar al doctor Lara, pero por temas administrativos mi cambio se demoró hasta Julio, yo solo quería ayudar, pero no sabía que me esperaba allí.
Enfermera: Hola busco al doctor Lara, vengo del 4° piso y pues me transferí para ayudar.
Persona: El doctor Lara no está
Me contesto groseramente pero no le di importancia dado lo que me había contado el doctor sobre cómo estaba urgencias en la pandemia, solo que una cosa es escucharlo y otra vivirlo.
Persona: Bueno pues póngase todo el equipo que necesario y cuando esta lista acompáñeme.
Fui a los vestidores cuando escuché por el megáfono ¡CODIGO BLANCO!, ¡CODIGO BLANCO! ¿Código blanco? ese código no lo reconocía, pero todos comenzaron a correr. La doctora vino por mí y me dijo ACOMPAÑEME RAPIDO, no tarde en darme cuenta de lo que significaba ese código.
Entúbenlo, rápido suero, conéctenlo al respirador, etc. No había tiempo para nada lo atendíamos tan rápido como podíamos y hacíamos lo que podíamos el problema era la falta de tiempo. No habíamos terminado con ese cuando se escuchó de nuevo.
¡CODIGO BLANCO!, ¡CODIGO BLANCO! Corríamos nuevamente todos, estabilizábamos al paciente y comenzaba todo de nuevo
¡CODIGO BLANCO!, ¡CODIGO BLANCO!, lo mismo un señor de 70 años.
¡CODIGO BLANCO!, ¡CODIGO BLANCO!, una señora de 40.
¡CODIGO BLANCO!, ¡CODIGO BLANCO!, un joven de 15 años después.
¡CODIGO BLANCO!, ¡CODIGO BLANCO!, una joven de 30.
¡CODIGO BLANCO!, ¡CODIGO BLANCO!
¡CODIGO BLANCO!, ¡CODIGO BLANCO!
¡CODIGO BLANCO!, ¡CODIGO BLANCO!
Esa noche el código sonó 54 veces en 12 horas, ya no podíamos estábamos exhaustos, pero no había de otra había que seguir. Ahora entendía porque el doctor Lara se veía tan cansado la última vez que lo vi, yo tengo 15 años menos que él y no sé cómo podía soportar esto.
Finalmente tuvimos un pequeño descanso a las 9:00 AM por azares del destino y lo primero que hice fue preguntarle a la doctora Romero que sabía del doctor Lara. Su respuesta me creo un nudo en la garganta: Al final del pasillo lo encuentra
El corazón se me fue al piso porque ahora sabia porque no estaba en su lugar, durante el camino pude reconocer de vista a varias enfermeras y personal médico que había visto en el estacionamiento, en el comedor, en checadores, tan solo hace unos días. Todos estaban allí en cama, algunos conscientes otros no como el doctor, pero la mayoría conectados al respirador. Habían llegado algunos más pero aún eran insuficientes, aún faltaba el material y de la vacuna solo promesas. Al ver el historial del doctor en la cabecera de la cama ya sabía que iba a pasar, así que solo pude despedirme y esperar que me escuchara.
Al menos ahora descansaría pensé, pero no tenía por qué ser así…
Para finales de año ya me había regresado al 3° piso, me había vacunado hace unos días y podía respirar un poco más aliviada. El problema es que la pandemia sigue y es una vil mentira que este “domada”, somos el primer país en personal médico muerto y nadie me tenía que avisar, yo vi a mis amigos y colegas fallecer en el mismo hospital donde trabajo. No es justo que tanto personal tuviera que morir para que los gobernantes se cuelguen la medalla de “controlar la pandemia”, ahora si hay vacunas dicen, el problema es que las necesitábamos antes, necesitábamos antes el material ahora, ya se pagó un precio muy alto en pacientes y en personal de salud, porque se ha descuidado desde hace muchos años el sector salud.
¿Dónde está el sistema de salud que prometieron al inicio? ¿No que sería como el de Dinamarca? Y esto no es de ahorita, llevamos muchos años pidiendo acciones y mejoras, pero nunca nos escuchan nos llaman héroes, pero muchos de ellos recibieron su nombramiento en una caja.
Mayo 2021. México acumula más de 2 millones de contagios y ha registrado más de 321 mil decesos por COVID-19, posicionando lo en los primeros lugares de los país con más muertos por coronavirus, y más del 27 % de las muertes se han registrado en las filas de los trabajadores de la salud, quienes debido a la falta de recursos como de materiales e insumos necesarios, terminan arriesgando su salud y la de sus familias. La emergencia sanitaria demostró con mayor facilidad, la precariedad del sistema de salud dentro del sistema capitalista, donde se lucra y obtiene ganancias a costa de la salud de la clase trabajadora.