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Kamala Harris, vicepresidenta de Estados Unidos en México.

 

 Por: Ricardo Mendoza.

 

El próximo martes 8 de junio de 2021 la vicepresidenta de los Estados Unidos Kamala Harris visitará la Ciudad de México para reunirse con el presidente mexicano Andrés Manuel López Obrador, a las diez de la mañana en Palacio Nacional. Se supone que el tema principal a tratar será la migración, además de la campaña de vacunación contra el Covid-19 y de paso tratar los temas de integración económica, entre ellos el crecimiento económico en Centroamérica.

Empecemos por el tema de las raíces económicas de la migración centroamericana. Decir que, en modo alguno, ni el gobierno de México ni el de Estados Unidos hacen un análisis real y profundo del manejo que las elites de los países centroamericanos han hecho para convertir a sus países en eriales de los cuales miles y miles de personas intentan escapar, porque no le interesa. Como gestores que son del capitalismo, los representantes de ambos Estados buscan la manera de que la explotación capitalista se agilice y pueda ocupar a la mano de obra local en beneficio de las multinacionales tripartitas.

En ese contexto es que puede entenderse el anuncio de 310 millones de dólares de ayuda a Centroamérica y los compromisos de inversión de 12 emporios, incluidos Microsoft, Mastercard y Nestlé. Es decir que no se ayuda a Centroamérica por motivos humanitarios, sino porque esta región, al igual que México, juega un papel importante en el reacomodo de las cadenas de producción postpandemia, al ser fuentes de producción disponibles, baratas e inmediatas para el mercado norteamericano.

Así también es como debe entenderse el tema del T-MEC. Que en México ha sido presentado por los opositores al gobierno obradorista como si el viaje de Harris fuera para exigir el cumplimiento de lo estipulado en el T-MEC en cuanto a las seguridades que cada gobierno está obligado a proporcionar a las inversiones. Cuando en realidad es el propio gobierno mexicano el que ha insistido en que se amplié el financiamiento para proyectos productivos en la región, es decir permitir la integración a la región económica norteamericana de los trabajadores centroamericanos sin la necesidad de que estos tengan que desplazarse de sus países de origen.

En el mismo plano es que se da el anuncio de las vacunas donadas para los estados de la frontera norte mexicana. No se trata de una donación desinteresada, sino de una herramienta necesaria para reactivar la economía de la zona fronteriza, que como bien se sabe se maneja en una relación simbiótica con el sur estadounidense.

Así que, de paso, podemos ver con claridad como la teoría de la dependencia esgrimida, entre otros, por el insigne secretario de Formación Política de MORENA, el filósofo Enrique Dussel, no resiste el paso de la teoría a la realidad. Según esta tesis tan socorrida por la izquierda mexicana, México es un país dependiente de Estados Unidos, una suerte de colonia, no de facto, pero si económicamente dependiente. Pues bien, la visita de la vicepresidenta estadounidense Kamala Harris nos permite entender con claridad como México juega su papel de Estado capitalista que busca asegurarse su papel en la región económica del T-MEC, buscando asegurar las fuentes de producción en Centroamérica y los futuros mercados emergentes en esos países. Es decir, que para nada el Estado mexicano juega el papel de colonia sino el de Estado burgués que busca asegurar sus propios intereses económicos en la economía regional y global.

No se les ofrece a los millones de centroamericanos una perspectiva libertadora, que les permita deshacerse de las expoliadoras elites gobernantes, sino una modernización de la explotación en beneficio de las transnacionales canadienses, mexicanas y estadounidenses, y la oportunidad para las burguesías locales de crecer e integrarse al mercado norteamericano.

El Estado mexicano, el gobierno de la 4T, juega un papel preponderante en el fortalecimiento de los monopolios burgueses de América del Norte, en detrimento perpetuo del proletariado migrante y de los tres países, así como del campesinado y las clases populares.

 

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