La posible cancelación del incipiente debate político nacional
Por: Héctor Ramírez Cuéllar
Con el inicio formal de las acciones de hostigamiento contra un grupo numeroso de periodista que mantiene una actitud crítica y beligerante al gobierno de López Obrador, que se originó la semana pasada en la conferencias mañaneras del Presidente, es probable que esté en curso una ofensiva de mayores dimensiones y profundidad, que trate de cancelar el incipiente debate político nacional, al tratar de imponer una sola orientación política en los medios de comunicación, tal como está ya sucediendo en los canales televisivos 13, 22 y otros que dependen desde el punto de vista administrativo y presupuestal del estado, ya que en la práctica, en sus espacios informativos y de opinión, se han convertido en meros reproductores y justificadores ideológicos y políticos de las acciones oficialistas.
Lenin afirmaba en su teoría acerca del carácter de clase que tenía el estado, que cuando una clase social o un grupo asume el poder y se erige en un sector hegemónico o trata de serlo, pretende imponer no solo sus intereses económicos y políticos sino también sus valores, sus juicios, sus conceptos acerca del mundo, la vida, la sociedad, la ética, la religión, es decir, trata siempre de establecer, como válidas y aceptables para todos, sus concepciones ideológicas particulares y esto es precisamente lo que está sucediendo en este momento por parte del gobierno actual.
La primera parte de esta estrategia fue la publicación de una lista de periodistas que discrepan diaria y abiertamente de las medidas políticas y sociales que toma el Presidente y en la que incluyen a Raymundo Riva Palacios, Carlos Loret de Mola, Mario Maldonado, Salvador García Soto, Héctor de Mauleón, que colaboran principalmente en las páginas de El Universal, pero desde luego hay otros, muchos más en otros órganos de prensa , de radio y de televisión como Ciro Gómez Leyva y Joaquín López Dóriga, que también están siendo considerados y tratados como enemigos del gobierno contra los cuales se está tratando enderezar una ofensiva para acallarlos en el menor tiempo posible. En el momento de redactar este breve comentario, se difundió la información de que el SAT está investigando acerca del grado de cumplimiento de sus obligaciones fiscales.
Soy un lector permanente de sus artículos y no es posible concluir que todos sean de orientación derechista pues en los gobiernos anteriores también mantuvieron una actitud similar a esta frente a los gobiernos en turno y aunque tuvieran esa filiación política, este no es, no debe ser, un motivo para su persecución política, para lanzar contra ellos al SAT, a la UIF y a los demás órganos represivos del estado pues su trabajo está amparado por la Constitución que consagra del derecho a la libre expresión de las ideas.
Esto posible, y justificable, que se tengan discrepancias políticas con ellos, como es mi caso particular, pero no se puede permitir que la fuerza del gobierno trate de intimidarlos y suprimirlos de los medios de comunicación masiva pues sostengo la tesis que a estos periodistas se les debe combatir con ideas, juicios, datos, argumentos sólidos y no con descalificaciones mecánicas o automáticas, sobre todo de naturaleza mediática, las cuales incluso pueden llegar hasta el atentado personal y la violencia física pues en México existe un larga lista de periodistas asesinados, quedando en la más completa impunidad estos lamentables hechos.
Por ejemplo, el periodista Raymundo Riva Palacio es un gran profesional pues en sus artículos aparecen muchos datos concretos y específicos, incluso información reservada, proveniente de los círculos oficiales, una sólida y amplia fundamentación acerca de lo que dice y afirma y en consecuencia debe ser enfrentado de la misma forma, con esa misma o superior calidad argumentativa, con lo que se enriquecería el debate político nacional.
Morena no tiene cuadros políticos ni periodísticos de elevado nivel, siendo el más destacado de ellos don Epigmenio Ibarra, que se dedica básicamente a elaborar programas de televisión y que desde luego no tiene capacidad política, intelectual o ideológica para hacer frente al resto de los periodistas que en su mayor parte mantienen una actitud opositora y disidente ante el actual gobierno.
Otro intelectual que defiende a la denominada cuarta transformación es el conocido historiador Lorenzo Meyer, y que también publica en El Universal, quien hasta hora no ha explicado la importancia o la repercusión de las medidas tomadas por el Presidente que tengan la trascendencia o que por lo menos vayan en esta dirección, es decir, que se acerquen a la calidad de las grandes transformaciones, la Independencia, la Reforma y la Revolución de 1910, estas sí históricas, por su profundidad y resultados, que ha tenido nuestra nación en su devenir.
Un comentario en “La posible cancelación del incipiente debate político nacional”