Por: Editorial

Jesús Santrich, fue un comunista y revolucionario colombiano, alguna vez conocido como Seuxis Pausias Hernández Solarte por sus familiares y amigos. Nació en 1967 en una familia de profesores en el caribe colombiano. Estudiante de Ciencias Sociales en la Universidad del Atlántico, desde joven ingreso a la Juventud Comunista Colombiana y participó en las luchas estudiantiles y populares de su departamento. Después del genocidio cometido por el Estado colombiano en contra la Unión Patriótica (UP) en 1984, en la cual participa el Partido Comunista, Santrich ingresó a las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia – Ejército del Pueblo (FARC-EP) retomando como nombre el de un compañero estudiantil asesinado por la policía. Dentro de las FARC-EP destacó como cuadro político militar, particularmente en las tareas de propaganda. A partir de la VIII Conferencia de las FARC-EP en 1993, Santrich fue parte de la dirección de la Cadena de Radio Bolivariana “Voz de la Resistencia” que emitía desde las montañas colombianas la guerrilla. Desde ahí impulsó con gran fuerza el trabajo artístico y cultural de las FARC-EP, logrando grandes éxitos políticos. Además de empuñar con gran destreza el fusil, Jesús supo utilizar con gran agudeza la pluma y el pincel, dejando además de su ejemplo de lucha varios textos como “Versos Insurgentes”, “Cuentos y diez relatos Tayronas” y “La segunda Marquetalia, la lucha sigue”, este último escrito junto con Iván Márquez.

Formó parte de la dirección político militar del Bloque Caribe y del Estado Mayor de las FARC-EP. Como gran cuadro comunista su participación fue de gran relevancia en las negociaciones de la Habana para poder llegar a una solución política al conflicto armado colombiano. Como Marulanda y Alfonso Cano, Santrich fue un fiel combatiente de la paz, pero no de la paz de los sepulcros, sino de la paz con justicia social, la paz de una nueva Colombia sin explotación. Debido a su firmeza revolucionaria, el imperialismo norteamericano siempre lo tuvo como un enemigo a eliminar. Por esa razón, la CIA, el Departamento de Estado norteamericano y la justicia colombiana crearon un montaje judicial para aprisionarlo y extraditarlo. Debido a la pérfida actuación del Estado colombiano, que traicionó los acuerdos de paz de la Habana, y de aquellos que callaron y aceptaron esta traición; Jesús Santrich por segunda vez se vio obligado a internarse a la selva, y junto a cientos de guerrilleros y combatientes retomaron las armas, como FARC-EP Nueva Marquetalia. Vivió, luchó y murió como revolucionario, luchando por una Nueva Colombia, libre de la explotación y el capitalismo.

“Quienes por su pueblo muere, como pueblo eternamente vivirán”