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El crecimiento de la desigualdad social, evidencia del fracaso de la Cuarta Transformación

Foto tomada de internet

 

 

Por: Marco Vinicio Dávila Juárez

 

A principios del mes de abril del 2019, en una de las conferencias presidenciales conocidas como “las mañaneras”, se escuchó en boca del propio presidente López Obrador, una tesis que bien puede considerarse la de un revisionista. <<Pocos tienen mucho y muchos tienen poco, casi nada; ¿por qué? por la corrupción, aquí no aplica, del todo, de que hay una clase, la burguesía, que se queda con las ganancias por la explotación de la clase trabajadora, lo que se conoce como Teoría Marxista, de que se va acumulando el capital por la explotación que se lleva a cabo por parte de una clase, en contra del proletariado. No es del todo cierto en el caso de México, o no aplica de manera estricta esta teoría, que estudiamos cuando estábamos en la preparatoria o en la universidad, sobre todo en ciencias sociales, en México, la desigualdad se ha producido fundamentalmente por la corrupción>>.

Con tal explicación el presidente intentó dos cosas, por una parte, descalificar la posición más crítica a su gobierno, la posición de los marxistas-leninistas, de los comunistas; por la otra, justificar “teóricamente” la parte dogmática de la filosofía y la política de la Cuarta Transformación: la lucha contra la corrupción.

Aceptando sin conceder –como dicen los abogados– que la corrupción es el origen de la desigualdad social que vivimos en el país, como lo expresa el presidente en la cita antes mencionada, los datos que a continuación presentamos demostrarían que la política económica y social de la Cuarta Transformación es un total y rotundo fracaso. Ya que los últimos datos estadísticos, la lista de los más ricos de México, algunos también son de los más ricos del mundo, y las cifras del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (CONEVAL), muestran un crecimiento significativo de la desigualdad social en nuestro país.

A pesar de todas las modificaciones metodológicas que instrumenta el gobierno para encubrir la realidad, tal cual la vivimos los trabajadores y nuestras familias, sigue siendo imposible de ocultar oficialmente, los niveles de pobreza que azotan al país.

Refiriéndonos únicamente a las estadísticas sobre el tema laboral, porque es ahí, donde nace la relación inversamente proporcional entre los más ricos dueños de los monopolios y los trabajadores más pobres del país, y del mundo, porque México no es una excepción donde no apliquen las leyes del desarrollo capitalista propuestas por los clásicos del Marxismo-leninismo. Por tanto, de su peso cae la tesis revisionista de López Obrador, en un doble sentido; Como el fracaso de su política anticorrupción, y como prueba de que sí es la explotación de la clase proletaria, que crea de manera social la riqueza de la que se apropia de manera privada la burguesía monopolista.

Las cifras oficiales, aquí sólo un botón de muestra, señalan que la pobreza laboral, que es el porcentaje de la población que trabaja, cuyo ingreso producto de su trabajo es menor al valor de la canasta básica; aumentó 3.8% en todo el país durante el primer trimestre del 2021, en comparación con el mismo periodo del 2020. Según el propio CONEVAL esto se explica porque mientras el ingreso laboral real ha tenido una disminución anual del 4.8%, en tanto el valor en dinero de la canasta alimentaria ha aumentado entre un 3.7% y un 4.0% en las zonas urbanas y rurales respectivamente. Esta condición de pobreza es altamente notoria en todo el país, sin distinción geográfica aparente, incluye así, la CDMX, Quintana Roo y Baja California Sur.

“La disminución del ingreso laboral real promedio se concentra en el primer y segundo quintil de ingreso, con disminuciones del 40.8% y 11.5%, respectivamente, mientras que en el 20.0% de la población con mayores ingresos (quinto quintil) esta disminución es de 1.5%. Esto se tradujo en un aumento de la desigualdad del ingreso laboral que, medido a partir del coeficiente de Gini, el cual pasó de 0.490 a 0.512 en el mismo periodo.”

“En el primer trimestre 2021, el ingreso laboral real promedio de la población ocupada a nivel nacional fue de $4,456.58 al mes. El ingreso laboral mensual de los hombres ocupados durante este periodo fue $4,787.40 y el de las mujeres, $3,930.86. Lo que indica una brecha entre los ingresos laborales en este trimestre de $856.54.”

“Por otra parte, el ingreso laboral real de los ocupados indígenas fue de $2,173.14, menos de la mitad del ingreso laboral real de los ocupados no indígenas ($4,619.90); es decir, una brecha de $2,446.76”. [i]

El Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social, justifica el aumento de personas con ingreso inferior a la línea de pobreza y el aumento de personas con ingreso inferior a la línea de pobreza extrema, a los efectos de la crisis sanitaria provocados por la pandemia de Covid-19, pero no puede ocultar que el principal efecto de la crisis se da en torno al mundo laboral: “A pesar de una ligera disminución en el porcentaje de población en pobreza laboral, este sigue siendo mayor en septiembre 2020 (44.5%), comparado con el porcentaje del mes de abril 2020 (35.7%). Además, se identificó un aumento de 3.4% a 5.2% en la desocupación registrada entre el primer y el tercer trimestre de 2020. También destaca que, aunque la tasa de informalidad se redujo entre abril y septiembre 2020 (de 56.1% a 54.2%), la tasa de subocupación tuvo un aumento considerable, pasando de 8.5 a 17 puntos porcentuales. Finalmente, entre marzo y diciembre de 2020 se registró la pérdida de 709,211 empleos inscritos en el Instituto Mexicano del Seguro Social.”[ii]

Por otra parte, casi simultáneamente, diversos medios periodísticos anunciaron el aburrido top ten de los multimillonarios de México, lo de aburrido es porque en los últimos 30 años no hay cambios abruptos en ese rublo, siguen siendo los mismos personajes que comenzaron a amasar sus grandes fortunas al amparo de las privatizaciones y de una política antilaboral, antiobrera y antipopular, que se consolida, al igual que las fortunas de estos millonarios, sexenio tras sexenio, incluido el actual.

Según diversas fuentes consultadas, en los últimos diez años, este es el quién es quién de los más ricos del país, este es otro botón de muestra, ponemos sólo los cuatro más ricos, como ejemplo.

A partir del 2010  Carlos Slim, favorecido por Carlos Salinas con la privatización de TELMEX, mantenía una fortuna de 53.5 mil millones de dólares (mmd); seguido por Ricardo Salinas Pliego, beneficiado con la privatización de IMEVISION, con una fortuna de 10.1 mmd; Germán Larrea, favorecido con la privatización de mineras como la histórica mina de Cananea, entre otras, aparece con una fortuna de 9.7 mmd; Alberto Bailleres, igualmente favorecido con minas e industrias del ramo metalúrgico, tiene una fortuna de 8.3 mmd. En el 2011, Carlos Slim da un salto y aparece con una fortuna de 74 mmd. En el 2012, la fortuna de Carlos Slim tiene un “ligero” descenso, siendo de 69 mmd. En el 2013, Slim se recupera y aparece con una fortuna de 73 mmd; Alberto Bailleres, aparece en segundo lugar con 18.2 mmd; Germán Larrea, es tercero con 16.7 mmd y Ricardo Salinas desciende al cuarto lugar con 9.9 mmd. En el 2015, Carlos Slim se mantiene primero con 77.1 mmd; Germán Larrea, segundo con 13.9 mmd; Alberto Bailleres, desciende al tercero con 10.4 mmd; Ricardo Salinas, continua con pérdidas, pero se mantiene cuarto con 8 mmd. En el 2018, Carlos Slim desciende en el ranking mundial, pero se mantiene primero en México con 54.5 mmd; Germán Larrea es segundo 17.3 mmd; Alberto Bailleres, sigue en tercero, pero su fortuna aumenta a 10.7 mmd; Ricardo Salinas se mantiene con pérdidas, pero conserva el cuarto sitio, aunque empatado con Eva Gonda de Rivera, en 7.1 mmd; por si no conocen a Eva Gonda, es la CEO de Grupo Femsa. En 2019, ya en el sexenio que combate a la corrupción como fuente de la desigualdad social, Carlos Slim, se mantiene en primer lugar con 64 mmd; Germán Larrea, segundo con 13.3 mmd; Ricardo Salinas, remonta un lugar y sube a la tercera, con 11.1 mmd; mientras que Alberto Bailleres sigue cuarto pero su fortuna aumenta a 7.4 mmd. Para el 2020, Carlos Slim, con todo y pérdidas sigue primero, con 52.1 mmd; Ricardo Salinas, sube al segundo con 11.7 mmd; Germán Larrea, baja al tercero con una fortuna “disminuida” de 11 mmd; en tanto Alberto Bailleres, es cuarto con 6.4 mmd. Y finalmente, en el 2021, Carlos Slim, se mantiene en primer lugar con una fortuna de 55.9 mmd; Germán Larrea, sube otra vez al segundo con 27.1 mmd; Ricardo Salinas, baja al tercero, pero su fortuna crece hasta 12.5 mmd; y, Alberto Bailleres, aunque se mantiene en cuarto su fortuna también ha crecido hasta 10.4 mmd.

Y, ¿de dónde surge esta disparidad en la desigualdad social?, si en estos casi tres años de gobierno de la 4T, el presidente ha sacado varias veces la bandera blanca de que se acabó la corrupción; por qué si como él dice, ya se acabó la corrupción, la brecha de la desigualdad social sigue ampliándose, contradiciendo precisamente su afirmación revisionista. Sólo hay una explicación, la desigualdad social surge de la explotación de una clase sobre otra, donde el gobierno, presente, y los pasados, garantizan dicha explotación con toda la fuerza del Estado.

Los nombres de estos y muchos otros millonarios son ampliamente conocidos desde el sexenio de Carlos Salinas de Gortari, han sido protagonistas y favorecidos, en mayor o menor medida, en los siguientes sexenios, en el de Ernesto Zedillo, el de Vicente Fox, en el de Felipe Calderón y en el de Enrique Peña Nieto, como lo son ahora del actual presidente de México. De hecho, podemos afirmar que ellos son “la mano que mece la cuna”, “el verdadero poder tras el trono”.

En conclusión, recordando aquí las palabras de Marx, en su Prólogo a la Contribución a la Critica de la Economía Política, no importa cómo se ve López Obrador a sí mismo, ni cómo caracterice al periodo en que él gobierna, su sexenio, al igual que los anteriores, sigue favoreciendo la acumulación capitalista, sigue profundizando la contradicción fundamental de la época, la contradicción del capital y el trabajo.

Es, por tanto, la nuestra, una época de transformaciones profundas, a condición de que la clase obrera y sus aliados, los sectores populares comprendan también eso y se sacudan el lastre de la demagogia impuesto por la socialdemocracia gobernante.

Nosotros, tenemos mucho trabajo por delante.

 

 

 

[i] https://www.coneval.org.mx/Medicion/Paginas/ITLP-IS_resultados_a_nivel_nacional.aspx

[ii] https://www.coneval.org.mx/SalaPrensa/Comunicadosprensa/Documents/2021/COMUNICADO_01_IEPDS_2020.pdf

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