110 años de la Unión de Estibadores del Puerto de Veracruz
Por: Marco Vinicio Dávila
El 11 de junio de 1991, el entonces diputado federal – y a la postre firmante del Llamamiento del 20 de noviembre de 1994, con que reinicia la actividad de los comunistas en nuestro país –, Héctor Colío Galindo pedía la palabra en el Congreso de la Unión para denunciar la arbitraria acción inconstitucional con la que el entonces presidente de México, Carlos Salinas, había decretado la requisa que intentaba barrer de la vida económica del puerto de Veracruz a los sindicatos portuarios y a los trabajadores afiliados a los mismos, desapareciendo sus contratos colectivos con el manido argumento de que los sindicatos obstaculizaban el desarrollo portuario. Queda claro que, para el gobierno, eran los sindicatos la razón de la requisa que el camarada Colío Galindo llamó desde la tribuna en la Cámara de Diputados “una injustificada e ilegal acción del Poder Ejecutivo, que pretende poner en manos privadas y extranjeras la estratégica operación de nuestras actividades portuarias.” Advirtió entonces que “la tarea de depuración y democratización de los sindicatos corresponde única y exclusivamente a los trabajadores, todo esto ajeno a la intromisión de patrones y funcionarios que corrompen y prostituyen la organización sindical como formas de neutralización y sometimiento laboral”, según consta en la versión estenográfica de la sesión de la Cámara de Diputados en la fecha referida. Y concluyó, antes de proponer la integración de una Comisión plural de diputados que se traslade al puerto de Veracruz para realizar una profunda investigación sobre las violaciones a los derechos constitucionales de los trabajadores, que el verdadero trasfondo de la requisa era poner los puertos del país a tono con las exigencias del TLCAN que se estaba negociando en ese entonces.
Desde aquel año y hasta la fecha, los trabajadores afiliados a la Unión de Estibadores y Jornaleros del Puerto de Veracruz no han dejado de pelear ni un solo día por recuperar su fuente de empleo, su contrato colectivo de trabajo y su radio de acción, además de los activos sindicales incautados también de forma ilegal. De tal manera que en algún momento de su lucha, los estibadores organizados lograron contactar con el camarada Héctor Colío, con quien se entrevistaron para intercambiar puntos de vista que pudieran hacer más efectiva la lucha de la UEJPV. Es así como el camarada Colío se acerca a la CSUM y a la ANADT, donde actúan varios cuadros comunistas, con la Unión de Estibadores.
La idea de resaltar estos hechos justamente cuando se cumplen 110 años de la fundación de la Unión de Estibadores, un 11 de julio de 1911 como Sociedad Cooperativa que en 1933 se transformó en sindicato gremial para defender los intereses de los obreros afiliados, es porque la relación política, de lucha y trabajo organizativo que se da entre los comunistas y la Unión de Estibadores no es nueva: tiene una data muy antigua, casi desde el momento mismo que comenzó la actividad de la Sección Mexicana de la Internacional Comunista en 1921, por lo menos así lo consignan las páginas de El Machete, órgano del Partido Comunista de México; donde es posible seguir el desarrollo de la actividad y las posiciones de la Unión de Estibadores en unidad con todas las fuerzas obreras y populares que actuaban en el puerto y a sus alrededores, donde también estaban los comunistas. Lo mismo luchando contra el oportunismo de la CROM que trataba de dividir a los alijadores de Tampico, que sumando esfuerzos con el movimiento inquilinario que trascendió la ciudad para convertirse en un movimiento nacional, enarbolando la bandera de la lucha de clases contra los abusos de la patronal.
El aniversario fue recordado, aun en medio de la pandemia, con medidas de seguridad e higiene, con un sencillo encuentro de los compañeros más veteranos de la Unión, el sábado 10 de julio en el local sindical, donde la actual directiva dirigió un saludo a todos los agremiados, los llamó a seguir unidos y en disposición de combate.