Buscar por

El mito empresarial de Jeff Bezos

 

Por: Víctor Manuel Martínez

Jeff Bezos se da a conocer como el hombre más rico del mundo en medio de una pandemia que ha afectado a los trabajadores y hasta los pequeños comerciantes. Ahora, la supuesta “mentalidad de tiburón”, nos pinta a Jeff como la figura envidiable y a seguir para sobresalir en la vida.

La revista Forbes lo describe como un hombre “visionario”, “que no sabe estarse quieto” y “sigue sus instintos que crea su suerte y se prepara para sacarle mayor provecho”.  El portal digital “El CEO”, tiene un artículo en la sección de Liderazgo, escrito el 3 de febrero del 2021 con el título “¿Cómo Jeff Bezos cambió el mundo empresarial y convirtió a Amazon en el gigante que es?”, aquí, el articulista al responder esta pregunta nos dice: “Bezos desarrolló un espíritu de liderazgo distintivo que consiste en innovar constantemente una filosofía sobre la que a menudo reflexiona en sus cartas a inversionistas y participantes en eventos y entrevistas”.

The Wall Street Journal destaca cinco puntos clave para “entender” el éxito de Bezos: 1) menos decisiones, pero de mayor calidad, 2) Obsesionarse con los clientes, 3) Aceptar el fracaso, 4) Hacer valer las reuniones, 5) ignorar al mercado de valores. En fin, las revistas para empresarios lo toman de ejemplo para crecer. Sin embargo, esto dista mucho de la realidad.

Lo cierto es que Jeff Bezos, como cualquier capitalista, se ha enriquecido mediante el trabajo de sus empleados, ya sean estos intelectuales o manuales. Así es la dinámica del capitalismo. Los trabajadores de Amazon sufren una fuerte presión en su empleo; si los trabajadores bajan la velocidad de escaneado de sus productos, ellos pueden ser despedidos, la intensidad de trabajo es alta, los trabajadores tienen que laborar ininterrumpidamente, ya que el sistema espera determinado número de registros de productos por minuto, si no se llega a ese número, entonces se entiende que el trabajador no está laborando al ritmo deseado y es expuesto.

Muchos trabajadores del gigante tecnológico se ven en la necesidad de orinar en botellas de plástico en su mismo puesto de trabajo, parece absurdo esto en el “primer mundo” y en siglo XXI, pero es así, esto ya ha sido reconocido por la misma compañía.

También está el lamentable caso del fallecimiento de uno de sus trabajadores quien sufrió un paro cardiaco. Este empleado pasó 20 minutos desmayado sin recibir ninguna ayuda. El hermano del fallecido declara: “¿Cómo se puede no ver a un hombre de 1.9 metros de altura, tirado en el suelo y no ayudarlo en 20 minutos? Un par de días antes colocó el producto equivocado en el contenedor equivocado y, en dos minutos, la gerencia lo vio en la cámara y bajó para hablar con él al respecto”.

Los recolectores tienen que caminar hasta 11 horas seguidas, lo que provoca un desgaste de los pies y dolor en ellos. Toda esta fatiga no sólo es física, también mental, estar haciendo la misma operación por horas y por días causa una fatiga en la mente extrema, así pues, la concentración disminuye, lo que ha colocado a los trabajadores de Amazon como los trabajadores que sufren accidentes laborales más que otras empresas.

Los almacenistas de Amazon en promedio, sufren 65 lesiones por cada 1000 empleados, además, la empresa ha impedido que los trabajadores se organicen en un sindicato, por lo que son despedidos o amenazados si pretenden ir a huelga o hacer paro de labores. La explotación en todo el esplendor del siglo XXI está en Amazon.

Pero los trabajadores no se han quedado de brazos cruzados, pese a las amenazas ya ha habido agitación obrera. Se han registrado huelgas de trabajadores de Amazon en España, Reino Unido, Estados Unidos, Italia, Alemania… ¡Sí! En el “primer mundo” los supuestos logros y promesas del capitalismo han sido un fracaso en esos países.

Estos trabajadores demandan mejoras laborales, la formación de un sindicato, aumentos salariales, contrato colectivo, regulación de la jornada laboral, etcétera, hasta se puede decir que son las mismas demandas laborales del siglo XIX, lo que indica que la explotación se ha recrudecido ante la desorganización de los trabajadores.

Este es sólo un ejemplo de cómo la precariedad se ha agravado día con día. Ahora nos toca a los trabajadores organizarnos a diario, seguir el ejemplo de las luchas sindicales, las huelgas y las revueltas con que se ganaron la seguridad social, la jornada de 8 horas, las jubilaciones y demás condiciones de trabajo que hoy nos están arrancando patrones.

 

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *