Características De La Reforma Laboral,  Cuarta Entrega.

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Por: Héctor Ramírez Cuéllar

 

Las negociaciones en torno al Tratado de Libre Comercio, sostenidas entre los representantes de los gobiernos de los Estados Unidos, Canadá y México, constituyeron una oportunidad para homologar, unificar, las legislaciones laborales de los tres países a efecto de adecuarse a las nuevas circunstancias económicas y políticas internacionales, a la dinámica que tenía el sistema capitalista, para erradicar los obstáculos a que se habían enfrentado las empresas particulares y para establecer nuevas relaciones industriales y sociales con las organizaciones sindicales.

Debemos recordar que el Presidente Trump abandonó varios acuerdos importantes como el relativo al cambio climático, se enfrentó incluso a sus aliados en Europa Occidental y de la OTAN y trató de favorecer en todo y por todo a las compañías norteamericanas, instaladas en su territorio, para evitar o por lo menos suavizar la competencia a   la que se enfrentaban con empresas del exterior, tratando de perjudicar de una manera directa a México. Se fomentó, así, el proteccionismo, rechazando de una manera clara las tesis y la práctica del libre comercio.

El segundo aspecto relevantes fue el de crear las condiciones para que las compañías que estaba amparadas por el TMEC tuvieran mecanismos  y espacios adecuados para sostener y aumentar la tasa de ganancia, sacrificando los ingresos y los derechos de los trabajadores, estableciendo normas que hicieron más flexibles tanto la contratación  de mano de obra,  como su despido e implantando un nuevo tipo de corporativismo sindical, el de carácter empresarial, distinto al que habíamos tenido durante muchos años, pues se trató que los intereses económicos  sociales de los trabajadores se identificaran plenamente con los intereses de las capitalistas para evitar el estallido de huelgas y de paros y la elevación de los salarios que  le quitaran competitividad a las corporaciones yanquis.

En este punto esencial el proyecto laboral del TMEC contó con el respaldo político de la Americana Federation of Labor (AFL) que siempre había preconizado, desde los tiempos de Samuel Gompers, que había plena coordinación entre las organizaciones de los trabajadores y las grandes empresas norteamericanas,  ya que tenían propósitos compartidos, se decía, sobre todo en  su competencia con las compañías europeas y japonesas, anulando por completo la lucha de clases entre el capital y el trabajo y entrando a una colaboración estrecha entre los llamados factores de la producción.

¿Cuáles son los aspectos principales de la nueva política laboral que se  aplica de una manera trasnacional y que pretende incidir en la nueva guerra que se tiene con la República Popular China, en el marco de una recomposición de la correlación de fuerzas económicas y políticas a nivel mundial, en donde está incluido México?

Uno de los  ideólogos  del capitalismo en esta etapa es Benjamín Coriat quien ha redactado varios estudios en contra del fordismo y el taylorismo y a tratado de otorgar un carácter universal a las experiencias técnicas, sociales, administrativas y políticas que se han producido en  las últimas décadas en Japón.

Corat propone en su libro, Repensar el Trabajo: 1. Impulsar la productividad de las empresas sobre la base de incorporar, con una gran intensidad, tecnologías, para lograr obtener más plusvalor en los productos finales, 2, formar obreros multifuncionales, es decir, que puedan hacer varias operaciones a la vez, alejándose de la especialización tradicional  en el capitalismo, 3, eliminar los sindicatos obreros los cuales serían sustituidos por “sindicatos empresariales”, es decir, que los trabajadores hicieron suyas, como si fueran copropietarios de esas compañías, los objetivos de los capitalistas y así impulsarlos a  aumentar la tasa de ganancias, 4, instalar en las compañías,  en el plano interno, sistemas muy flexibles que permitan a los patrones cambiar de adscripción a los obreros con una gran rapidez, 5 eliminar el estallido de huelgas y de paros, estableciendo acuerdos internos con los trabajadores, 6, vincular al monto y el pago de los salarios a la productividad de cada uno de los obreros, 7 planificar todas las actividades y las funciones internas de las compañías, 8, aumentar la producción sin incrementar el personal con el fin de abatir costos.

Además, Coriat postula mejorar la realineación en los puestos de las cadenas productivas  y que se establezcan “jaulas” para que los obreros aumentan su productividad mediante el otorgamiento de una serie de incentivos, mejorar la  calidad de los productos y las mercancías, contratar y   despedir obreros como una facultad unilateral de los empleadores, reducir el tiempo de entrega de las mercancías, cooperar con el capital en lugar de enfrentarlo, establecer la subcontratación para subir  la producción, determinar los salarios en función  de la  antigüedad de los trabajadores, disminuir el “personal innecesario”,  capacitar la mano de obra en función de las  necesidades  de las empresas, entre otros puntos.

De una manera sintética, es fácil concluir que las nuevas relaciones industriales que se manejan tienen la finalidad  central de ampliar y fortalecer a  las empresas de los tres países signatarios del TMEC, a costa de eliminar a las organizaciones obreras cuyos dirigentes tengan una elevada conciencia de clase y que realmente luchen por la defensa de los intereses de los  trabajadores, pues la lucha de clases ya la declararon extinta, ya es un rumor pernicioso  del pasado, una actitud  nostálgica con respecto a otras luchas de otros tiempos: ahora los dirigentes obreros deberán ser gestores o coadministradores, que deberán funcionar  de una manera conjunta, con los funcionarios y ejecutivos  de la empresa, en las cuales la dependencia  principal sería ya no el sindicato sino la Oficina Técnica de Contratación, encabezada por un individuo que desde luego sería nombrado por los directores y los gerentes.