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La Inflación Erosiona El Poder Adquisitivo De La Clase Trabajadora

 

 

Por: Héctor Ramírez Cuéllar

 

Según el más reciente informe del INEGI, la tasa de inflación se mantiene en 7.28 %, la más alta registrada en los últimos treinta años, la cual se está manifestando sobre todo y en primer lugar en los aumentos de los combustibles, como el petróleo y sus derivados, el gas natural, las materias primas, las legumbres, la carne de pollo, los cereales y en general se están afectando todas las cadenas de valor. Se precisó en este comunicado, que se trata de un fenómeno de carácter mundial, producido en gran medida por la guerra de Ucrania, la cual se está reflejando en una serie de incrementos en los combustibles y se manifiesta en la mayoría de los países del mundo, sobre todo en las naciones de Europa Occidental y en los Estados Unidos.

Los dirigentes del Fondo Monetario Internacional, asumiendo una posición realista, han confirmado que se trata de una oleada inflacionaria global, que amenaza con echar abajo las expectativas de recuperación económica que se tenían en la mayoría de los países, anunciando que ya preparan una serie de préstamos a varios gobiernos. Es decir, todavía no salen muchas acciones de la crisis surgida por el coronavirus y ya se está entrando a otra crisis generando por el conflicto entre Rusia y la OTAN, que se manifiesta en Ucrania.

Por su parte, en los países de Europa Occidental están aumentando los precios de los bienes y servicios a causa de los incrementos que se han presentado en el petróleo y al gas natural y a la gran dependencia que tiene con respecto a las importaciones provenientes de Rusia. En los Estados Unidos también está ocurriendo un fenómeno similar, al grado de que se afirma que la inflación y sus efectos destructores están impactando en los ingresos de los ciudadanos norteamericanos y que esto representa el principal reto para la administración de Joe Biden que podría perder las elecciones intermedias que tendrán verificativo en el próximo mes de noviembre, en torno a las cuales se anuncia un retorno del Trumpismo del Partido Republicano.

En México, desde la perspectiva oficial, que está totalmente divorciada de la realidad económica y social, “todo está bien”, según lo anunció el Presidente Andrés Manuel López Obrador en su intervención en la Convención Nacional Bancaria, celebrada en el puerto de Acapulco, en donde afirmó que “todas las variables” de la economía nacional estaban funcionando en forma adecuada, que no había motivo de preocupación y que adelante, que no modificaría las reglas gubernamentales que se han puesto en práctica a favor de los grandes grupos financieros.

En rigor, lo único que preocupa al gobierno y a sus cancerberos ideológicos y periodísticos es que se obtengan un gran respaldo popular en la próxima consulta sobre la revocación del mandato del Presidente y el anuncio que se ha hecho es que se prepara una entrega masiva de dinero a los padres de familia, posiblemente para comprarles los votos del 10 de abril. México, según la ideología dominante, está protegido por San Francisco de Asís y probablemente también por la Virgen de Guadalupe, pero ahora, ante la crisis desatada por la guerra de Ucrania deberíamos solicitar el apoyo y la concurrencia de todos los santos de la corte celestial, según las retrógradas concepciones idealistas y burguesas imperantes que “santifican” la vida nacional.

Pero la realidad económica y social existe independientemente de nuestras posiciones políticas y ella indica en forma clara y evidente que están aumentando los precios de los combustibles, de las materias primas, de las legumbres y los cereales, del pan y de las tortillas, de las tarifas del sector público, se está incrementando el desabastó de medicamentos en el mercado privado, que los alimentos suben cada día en los mercados públicos y que la población trabajadora está desesperada, ya que sus ingresos se han hecho añicos y nada indica que esta situación catastrófica mejorará en los próximos meses.

México no es una ínsula protegida por seres milagrosos, dirigida por un ser providencial infalible si no depende casi totalmente de los Estados Unidos de Norteamérica de tal manera que si en esta nación se ha disparado la inflación y se ha reducido el crecimiento económico, estos fenómenos se están reflejando, necesariamente, en la economía nacional y de que los efectos de la guerra que está en curso nos afectarán, ya que, la mayoría de las cadenas de valor de alcance internacional están en un proceso de afectación, cuyos dimensiones y profundidad en este momento aún no se pueden precisar si no se irán presentando en forma tangible y medible en los próximos meses, según avancen los acontecimientos internacionales.

Ahora mismo se puede constatar que los aumentos en los precios del petróleo a nivel mundial, los cuales ingresan a la Secretaria de Hacienda, no reflejan ningún auge realista y objetivo, si no solo son simples transferencias de ingresos, ya que se están erogando por la vía del respaldo a los precios de las gasolinas, subsidiando de esta manera la elevada dependencia que tenemos en esta materia. Lo que ingresa por un conducto, sale como un egreso, por otro, sin que el gobierno haya logrado aumentar la inversión productiva en la industria o en la agricultura, sin que pueda intentar siquiera resolver las distorsiones monopólicas que generan la inflación interna.

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