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Reforma electoral y revocación de mandato: burla burguesa

 

 

Por: Federico Piña Arce

 

La prensa burguesa, los analistas que ahí escriben, los partidos de la burguesía, todos se involucraron en los últimos meses en un juego de malabares tratando de demostrar que en México existe la democracia, es más, la democracia participativa, como le encanta llamar a la socialdemocracia a la perversión electoral.

El cretinismo parlamentario, cómo llamaba Marx en el 18 brumario a los esfuerzos de la burguesía y sus partidos para simular una democracia hueca que sólo servía a los intereses del capital, es lo que predomina en esta coyuntura.

Poco importa si fueron 15, 20 o 30 millones de votos, los trabajadores sabemos que esos simulacros en nada nos benefician, sólo es un espacio para engañar, para mantener el control ideológico sobre las masas trabajadoras, pero que sólo benefician a los capitalistas.

Entretenido el pueblo en la farsa de la “revocación de mandato”, así como las innumerables “ocurrencias” presidenciales, las grandes fortunas siguen creciendo, mientras la inflación, el encarecimiento de la vida diaria, la escasez de alimentos y medicinas es el pan de cada de día de los trabajadores los dueños de las fábricas, los grandes conglomerados y los servicios financieros siguen acumulando riqueza a costa del trabajo de millones.

Por ejemplo, las empresas siderúrgicas como Grupo Collado, Altos Hornos de México, Industrias CH, Autlán o Ternium, por mencionar algunas, obtuvieron durante el año pasado ventas por más de 17 mil millones de dólares, es decir, más del 70 por ciento que lo que obtuvieron en 2020.

Sin embargo, en esas empresas, como todas, se siguen las políticas de la patronal, ocultar ganancias para negar aumentos, prestaciones, mejoras en las condiciones de vida de los obreros y sus familias.

Por el contrario, a pesar de estas ganancias exorbitantes, los monopolios anuncian recortes de personal, niegan la contratación colectiva, persiguen a la organización independiente de los trabajadores y todo apoyado desde las instancias gubernamentales. Desde el gobierno se cuida, se tutela que la tasa de ganancia de las empresas, del capital no se vea disminuida.

Con esto queda demostrado una vez más que este gobierno, que anuncia ser un gobierno “del pueblo” y que está “transformando al país”, es una farsa, mentira y un burdo engaño, la verdad es que es un gobierno burgués más que está al servicio de los dueños de las empresas, del capital, los monopolios y de la oligarquía financiera.

Después de la farsa de la supuesta “revocación de mandato”, el gobierno burgués de AMLO se apresta a continuar con la estrategia de “pan y circo” para terminar de transformar el ciclo de producción capitalista, limpiándolo de corrupción, aceitando la maquinaria estatal para que siga siendo útil en la tarea de acumular capital y reducir los embates de la crisis que se avecina ya.

La reforma electoral, que mediáticamente ha sido revestida como una auténticamente democrática, es en realidad un distractor, una farsa para tener entretenidos a los analistas, a la prensa burguesa y continuar con el control ideológico de la burguesía sobre los trabajadores.

A los comunistas no nos interesa que los consejeros electorales sean electos, elegidos por los partidos o puestos por el Presidente, lo que nos interesa es que el proceso electoral se abra para que la clase obrera, sus organizaciones y su partido comunista puedan participar sin ninguna cortapisa.

La única reforma electoral que le interesa al pueblo trabajador, que es el verdadero factor de democracia, no al supuesto “pueblo” que invoca a cada rato AMLO, es una reforma en dónde se cancelen los “requisitos” leoninos que sólo inhiben la participación de los partidos de clase, por supuesto de los partidos de la clase obrera.

Estamos por una reforma electoral sin requisitos, una que permita la libre participación de todos los partidos y las organizaciones sociales, una que permita que la voz de los obreros, los campesinos, los obreros agrícolas se pueda expresar y que sean los propios trabajadores que elijan a sus auténticos representantes. ¡Basta de elecciones en manos de la burguesía!, ¡queremos una reforma electoral que no ponga requisitos de ningún tipo a las organizaciones obreras, de los trabajadores!

Esa es la reforma electoral por la que luchamos, luchamos por los derechos de registro de nuestro Partido Comunista de México, sin obligación de dar nombres y direcciones de los obreros y los trabajadores miembros, una reforma electoral que permita que los trabajadores tengan auténticos candidatos, una reforma popular, no la reforma de la burguesía, su gobierno y sus partidos.

 

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