La Ciencia Soviética Conferencia de científicos mexicanos sobre la URSS
Presentación del folleto
La crisis del movimiento comunista internacional que subsiste hasta el día de hoy, tiene su fundamente en la debilidad ideológica de muchos partidos comunistas que han abandonado el marxismo-leninismo como teoría y cosmovisión de la clase obrera y han pasado a un eclecticismo que incorpora concepciones ideológicas contrarias al materialismo histórico y dialéctico. Este fenómeno de descomposición ideológica se agravó con el triunfo de la contrarrevolución en la URSS.
Por tanto, como parte de la lucha ideológica contra el oportunismo y el revisionismo, además de la labor de los comunistas en el movimiento obrero, se deben recuperar los principios marxistas-leninistas para abordar fenómenos sociales como el desarrollo técnico. Cabe señalar que esto implica una disputa con la ideología burguesa, pues la filosofía de la ciencia que hoy domina en los países capitalistas responde a concepciones idealistas, y de hecho, el constante surgimiento de “novedosas” teorías filosóficas en este campo, es la prueba del fracaso del idealismo en que se fundamentan.
El tema de la concepción filosófica con la que los científicos se aproximan a la ciencia no es una cuestión únicamente académica, sino que tiene una dimensión política que Lenin destacó en su artículo “Sobre el significado del materialismo militante”, donde afirmaba que los comunista deben ser conscientes de que la revolución no se puede llevar a cabo por los revolucionarios solos, y por tanto se debe implementar una política para trabajar con la clase obrera pero también con aquellos sectores de intelectuales que sin ser comunistas tenían ideas materialistas: “nuestro deber indiscutible es el de atraer a todos los partidarios del materialismo consecuente y combativo al trabajo común, a la lucha contra la reacción filosófica y los prejuicios filosóficos de la llamada ‘sociedad instruida’”.
La reflexión de Lenin apuntaba a la necesidad de que los comunistas trabajemos sistemáticamente para ganarnos a los sectores avanzados de la intelectualidad y los trabajadores de la ciencia con los que se coincide en el objetivo común de defender el materialismo, a esto se refería con el materialismo militante, y añadía: “[…] no es de menor importancia, sino quizá de mayor aún, para la labor que el materialismo militante debe realizar, la alianza con los representantes de las ciencias naturales modernas que tiendan al materialismo y no teman defenderlo ni predicarlo contra las vacilaciones filosóficas en boga, que se inclinan hacia el idealismo y el escepticismo, predominantes en la llamada ‘sociedad instruida’”.
Las palabras de Lenin guardan gran vigencia frente a la diversidad de “filosofías de la ciencia” que hoy se cultivan en las universidades, casi todas contrarias a la concepción materialista dialéctica de la realidad, y algunas revestidas de un hipercriticismo con el que aparentan radicales y hasta críticas del capitalismo. Un elemento común de estas filosofías es negar la posibilidad del conocimiento científico y la relativización de la verdad, algunas tienden a negar la existencia de elementos comunes al conjunto de las ciencias y niegan que exista un método científico. Lo dañino que son estas filosofías para la sociedad se comprueba con el sustento que dan a fenómenos como el movimiento anti vacunas, la negación del cambio climático o el cuestionamiento de la medicina moderna por ser “occidental”.
Por tanto, los comunistas debemos defender y difundir la concepción materialista de la realidad y vincularnos con los trabajadores de la ciencia, a quienes además hay que organizarlos políticamente explicándoles que la construcción socialista en la URSS es el ejemplo de que la ciencia sólo se puede desarrollar plenamente con un Estado obrero que organiza el desarrollo científico con base en la planificación económica para poder resolver las necesidades inmediatas y futuras de los trabajadores.
Los comunistas también debemos defender la idea de que la ciencia no dañina o enemiga de la sociedad, explicando que el verdadero problema es en manos de qué clase social están los desarrollos científicos y tecnológicos, pues en una sociedad capitalista movida por el interés de la máxima ganancia de los monopolios, la ciencia no estará disponible para la sociedad en su conjunto sino para enriquecer a los empresarios; pero en el socialismo la ciencia responde a los intereses de todos los trabajadores y con esta premisa se planifica el desarrollo científico.
Así pues, el presente folleto de la colección “Testimonios del socialismo” tiene como objetivo dialogar con los trabajadores de la ciencia y los pensadores de orientación materialista, y dotar a los militantes de un material útil para ejercer el materialismo militante, por medio de darles a conocer una serie de conferencias que tres científicos mexicanos impartieron sobre la ciencia en la Unión Soviética. Esta es una forma de explicar a los trabajadores de la ciencia que si están interesado en el bienestar social, en el acceso de la sociedad a la ciencia y en la utilización de la ciencia para el mejoramiento de las condiciones de vida de todos los trabajadores, su bando es el de los comunistas.
Esperamos que el presente folleto despierte el interés de los científicos el materialismo dialéctico, filosofía en la que se funda la acción de los comunistas rumbo a la construcción de un mundo organizado de forma científica, el mundo del socialismo.
Ángel Chávez