Buscar por

Entre la hoz y el martillo – Preparados para las luchas que vienen

 

 

 

Por: Pável Blanco Cabrera

 

Concluyó el VII Congreso del Partido Comunista de México, y con él se completa la readquisición de las características revolucionarias de los comunistas mexicanos. Existe un Partido revolucionario de la clase obrera que lucha por el socialismo, y que tiene  una visión científica y moderna de todos los asuntos.

La composición del partido es proletaria y un promedio de edad es de jóvenes, y en los últimos años crece también el número de mujeres comunistas.

Un partido firme en los principios del marxismo-leninismo, que no pierde el norte en las encrucijadas y virajes históricos como pasa ahora con la guerra imperialista, en que otrora revolucionarios pasan al campo del socialpatriotismo o a levantar las banderas de uno u otro grupo imperialista.

Es verdad que por un largo periodo de la historia de México el partido comunista dejó de actuar, pero ahora regresa justo a tiempo frente a las tormentas que se asoman: la primera, los antagonismos interimperialistas, la guerra imperialista, y la disyuntiva abierta ante la barbarie del capital, y única salida, es decir el socialismo-comunismo. La segunda, la crisis del Estado mexicano, y de la clase dominante, aunque hoy parece firme y consolidado. Pero es una apariencia la estabilidad de la burguesía, pues hay cuestiones incontrolables por la anarquía de la producción capitalista y los choques entre capital y trabajo son inevitables.

Un punto en el que venimos insistiendo es el de los antagonismos interburgueses en la vida política nacional. Pero esos antagonismos también se viven dentro del partido en el poder, que es MORENA y del aparato de gobierno, y por tanto será feroz y cruenta la disputa por la sucesión presidencial. Obrador parece haber abandonado la idea de la reelección, y todo indica que optará por el modelo de Plutarco Elías Calles, pero en lugar de aquella tragedia hoy con la farsa de un minimaximato, es decir seguir gobernando a través de un tercero, y Sheinbaum parecer ser la elegida por el dedazo presidencial.

Lo que está en juego es muchísimo. Y por eso debemos abolir la figura presidencial, pero mientras exista, es una monarquía sexenal, pues el Presidente de la República es depositario del poder absoluto y los otros poderes formales, el legislativo y el judicial, son inexistentes. Por tal ejercicio del poder en sucesiones presidenciales anteriores se llegó al magnicidio. Hoy estamos ante el inicio de confrontaciones, no entre MORENA y la alianza PAN, PRI y PRD, sino entre los candidatos del partido de Obrador, en los que el pueblo puede pagar una cuota de sufrimiento.

Son manifestaciones de la crisis política, en un momento marcado por la inestabilidad económica de la crisis capitalista y la guerra, y también del agotamiento del círculo vicioso de neoliberalismo-socialdemocracia/progresismo.

Va a desatarse el conflicto social y se agudizará. Para esas luchas por venir estamos preparados.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *