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Cárdenas Y López Obrador

 

Por: Héctor Ramírez Cuéllar

 

El ingeniero Cuauhtémoc Cárdenas ha sido atacado una vez más por el Presidente Andrés Manuel López Obrador, afirmando que se expresa ya como adversario político suyo, que está en abierta coincidencia con las fuerzas de la derecha y el conservadurismo, al referirse al documento publicado por el movimiento MEXICO LECTIVO, que integra a personalidades que tienen diferentes orientaciones ideológicas y que expresan la necesidad de que se unifiquen las fuerzas políticas progresistas para evitar que el país sea dominado por un solo hombre. Para ellos, el principal peligro que existe en la actualidad consiste en que pudiera entronizarse un régimen político autocrático, que estuviera en la posibilidad de cancelar o limitar las libertades políticas fundamentales, una vez que se hubieran desmantelado el INE, el Tribunal y los demás órganos electorales, cuyo propósito es evidente según lo estipulado por el llamado Plan B que es violatorio de la Constitución en todas sus partes.

Mientras López Obrador, atacó a Cárdenas empleando, como siempre, adjetivos calificativos que por conocidos ya no se deben publicar, ya que, los conoce suficientemente la opinión de los ciudadanos, Cárdenas, en esta ocasión, no formuló ninguna valoración sobre el actual régimen político y solo se deslindó de la nueva agrupación, aduciendo que no había sido invitado a la ceremonia en la que se dio a conocer el citado documento. Es necesario precisar que México lectivo no es una entidad de orientación derechista, sino entre los firmantes e impulsores figuran personalidades que han tenido, a través de los cargos y responsabilidades que han ocupado, diferentes posiciones políticas, algunas de ellas progresistas, sin que se pueda afirmar tampoco que hayan sido o sean de izquierda, ni siquiera de la izquierda moderada.

El Presidente reiteró, una vez más, que él es el poseedor de la verdad política, que él es el único que puede señalar el camino que debe seguir el pueblo, que no admite ninguna crítica ni disidencia alguna, ya que, solo existen dos campos perfectamente definidos, el que él encabeza y dirige en forma única e inapelable y los que le formulan objeciones, que se ubican globalmente en el campo de la derecha y del conservadurismo, es decir, México está dividido en dos grandes sectores, los que están con él los que están contra él. No existe un término medio, no existe la derecha ni la izquierda, sino solo los que están con él y los que están contra su movimiento y contra su gobierno. Si Cárdenas ha censurado algunos aspectos de la política nacional, entonces se ubica, en forma automática, en el terreno de la derecha y, por lo tanto, su actitud política es condenable, concluye este silogismo aberrante.

Cárdenas ha sido un crítico fundamental del gobierno del presidente López Obrador, en reiteradas ocasiones ha afirmado que no se está impulsando ninguna transformación económica, social y política profunda, que no existe inversión pública de carácter productivo que permita hacer crecer la economía nacional, que no se ha creado el número de empleos que requiere el país, que se carece de un programa nacional de reactivación de las fuerzas productivas, que no se ha elevado de una manera sustancial la salud y la educación, que prevalece la improvisación en casi todas las acciones gubernamentales y que no se ha mejorado el nivel de vida de los obreros y de los campesinos.

Coincido en todos los juicios que formula Cárdenas respecto del régimen lópezobradorista: nadie puede definir lo que es o constituye la llamada cuarta transformación, los fenómenos de la corrupción siguen existiendo, los programas sociales solo han mejorado levemente el consumo de las familias más pobres, pero estas siguen viviendo en los niveles de marginación y de abandono de siempre, se han beneficiado sobre todo a cuatro grupos empresariales que están encabezados por amigos del Presidente, la mayor parte de los contratos de obras y servicios se han entregado en forma directa y discrecional a los particulares, la economía nacional depende casi totalmente de la economía de los Estados Unidos, el programa de combate a la inflación ha fracasado y se han violado sistemáticamente las leyes electorales, por parte de los funcionarios gubernamentales, lo cual ha ayudado al fortalecimiento político de Morena, entre otras.

En términos generales, el actual régimen político sigue aplicando las políticas neoliberales, ya que, ha permitido que la economía nacional siga funcionando bajo los parámetros del libre mercado, mientras la intervención del estado en la economía nacional sigue siendo muy reducida, no participan en las decisiones políticas y administrativas los obreros y los campesinos, ya que, todas las decisiones públicas las toma y ejecuta el titular del Ejecutivo, no existe ninguna autocrítica con respecto de los graves errores cometidos y se injuria a insultar a todos los grupos y ciudadanos que expresan alguna opinión diferente o contraria al gobierno federal y Morena es tan solo un instrumento dócil en manos del Presidente.

Muchas de las objeciones que formuló Cárdenas a las administraciones emanados del PRI, sobre todo a partir del periodo de Carlos Salinas de Gortari, se pueden enderezar contra el gobierno de la cuarta transformación, ya que, por ejemplo, no existe una línea divisoria entre gobierno y partido gobernante, Morena opera como si fuera un partido de estado, en el seno de esa organización burocrática no se respeta la participación y la voluntad de sus miembros, el levantamiento de las encuestas es una simulación que solo pretende otorgar una cierta legitimidad a los candidatos que son designados para competir en los procesos electorales. Mario Delgado y el Comité Ejecutivo solo cumplen las órdenes que les da el Presidente y se marginan totalmente a los morenistas de tendencias revolucionarias que luchan porque Morena sea un auténtico partido político. En este contexto, durante el pasado Congreso Nacional se abolió la definición que consideraba a Morena como una agrupación de izquierda y, por lo tanto, ya no se debe considerar formando parte de este campo político.

Cárdenas ha afirmado en reiteradas ocasiones que no pretende crear un nuevo partido, que solo está interesado en formar grupos de trabajo que estudien los grandes problemas nacionales y que propongan soluciones teóricas que pudieran ser aceptadas o cumplidas por las organizaciones existentes. A él le preocupan sobre todo los aspectos de carácter programático, pero es muy difícil llevarlos a la práctica política si no existe un partido o conjunto de partidos que los impulse para hacerlos una realidad económica y social. La orientación política de los cambios que propone es de carácter progresista, sobre todo si tomamos en cuenta la orientación neoliberal del gobierno actual, su naturaleza autocrática, pero no son de izquierda tampoco, ya que, no postula la realización de modificaciones radicales en la estructura actual de dominación capitalista deformada y dependiente.

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