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Sobre la sucesión Presidencial del 2024

 


Recientemente, en la Ciudad de México, sesionó durante dos días el Pleno del Comité Central del Partido Comunista de México. Éste Pleno abordó en su agenda varios puntos sobre la lucha de clases internacional y nacional, así como el rol del PCM y el movimiento de masas de orientación clasista.
Uno de los puntos más importantes de la Sesión Plenaria, fue presentar conclusiones iniciales sobre la cuestión de la sucesión presidencial en 2024. Se efectuó un balance de las propuestas programáticas del movimiento por la Cuarta Transformación y del Frente Amplio por México, así como de sus candidatos.
El movimiento por la Cuarta Transformación que agrupa al Movimiento de Regeneración Nacional (MORENA), el partido en el gobierno, al Partido del Trabajo y al Partido Verde Ecologista de México tiene como principal dirección la continuidad de la gestión gubernamental del actual presidente López Obrador. Como se ha evidenciado en estos 5 años, pese a su mascarada asistencialista y populista, esta administración ha sido antiobrera y antipopular, comprometida con el capital y ejecutora del poder de los monopolios. En este sexenio la burguesía aumentó sus ganancias y la posición de México dentro del sistema imperialista mejoró, desplazando a España, por ejemplo, en la lista del PIB mundial; con el T-MEC y los avances para un acuerdo comercial más profundo con la Unión Europea se consolida el ascenso de los monopolios en la economía regional, continental y mundial. Lucrando con la esperanza de un cambio, con la voluntad de transformación de sus electores, Obrador sacó adelante medidas que anteriormente se habían rechazado, como la militarización, la imposición de megaproyectos capitalistas en el sureste basados en el despojo de tierras y territorios a los pueblos indígenas, destrucción de la naturaleza, y beneficios para los empresarios del turismo, el transporte, la hostelería. La burguesía está satisfecha con la junta que hoy administra el Estado, y por tanto no tiene obstáculo para que la socialdemocracia continúe en el gobierno federal para el periodo 2024-2030, a pesar de la miseria en que viven la mayoría de los mexicanos, de la pauperización constante de las condiciones de vida de la clase obrera; a pesar de la inseguridad, el crimen, la violencia, que enluta a los hogares de nuestro país. En un periodo marcado por las turbulencias en la economía, aceleradas por la guerra imperialista, donde una nueva crisis económica del sistema capitalista está en el horizonte, la clase dominante hace la elección que la socialdemocracia es el mejor garante para evitar inestabilidades y acentuación del conflicto socioclasista, y para imponer ataques a la fuerza de trabajo desvalorizándola, protegiendo la rentabilidad del capital.
La campaña interna del bloque socialdemócrata tiene como único objetivo demostrar quién de los precandidatos es más leal a Obrador y por tanto a una política de choque contra los trabajadores, pueblos indígenas, sectores populares y la mujer y juventud trabajadora. Entre los dos principales candidatos, la Doctora Claudia Sheinbaum y el ex Canciller Marcelo Ebrard, hay también una trayectoria consecuente a favor del poder de los monopolios; Ebrard, por ejemplo, pactó con Pompeo –quien representaba a la Administración Trump- los acuerdos antiinmigrantes de nefastas consecuencias, por propia convicción; Claudia Sheinbaum, favoreció desde el Gobierno de la Ciudad de México a la industria inmobiliaria, de la construcción, a los monopolios informativos. No cabe duda que por eso, y muchas cosas más, cualquiera de ellos contará con el plácet del capital.
Por tanto, el Comité Central del Partido Comunista de México considera que no existe ninguna base para apoyar a los candidatos de ese bloque burgués, y que además cuenta con muchos elementos para sustentar una confrontación de clase con quien resulte candidato del obradorismo. Sheinbaum o Ebrard tendrán en el Partido Comunista un adversario de clase.
En el caso del llamado Frente Amplio de México, sus componentes son antiguas expresiones del interés antiobrero y antipopular: los desprestigiados partidos tradicionales de la burguesía y la socialdemocracia, PRI, PAN y PRD, marcados por la corrupción, las privatizaciones, las grandes represiones. Por supuesto que se orientan programáticamente a disputarle a la socialdemocracia el beneplácito de los monopolios; pero su gran desprestigio los inviabiliza. Su apuesta es recuperar la credibilidad presentándose como abanderados de la lucha contra la restauración del autoritarismo. La candidata Xóchitl Gálvez, además de expresar los intereses de la burguesía, clase social a la que pertenece, ideológicamente es la expresión de fuerzas reaccionarias con fachada liberal.
El Partido Comunista de México considera como segunda conclusión que el FAM y su candidata expresan posiciones antagónicas a los trabajadores, que es nuestro deber chocar política y programáticamente con el PRI, PAN y PRD.
En anteriores procesos electorales el Partido Comunista llamó a la abstención e incluso al boicot electoral; siempre lo hicimos basados en el análisis concreto de la realidad concreta. Partiendo del principio que nos legó la Internacional Comunista, de que no somos ni abstencionistas por principio, ni partidarios de las elecciones en todas las circunstancias, analizamos cada proceso tomando en cuenta las cambiantes circunstancias. El Comité Central propondrá a la V Conferencia Política Nacional del PCM, la participación activa en el proceso electoral del 2024, a pesar de que las restricciones democráticas, que denunciamos, impiden que el PCM se presente legalmente a las elecciones como Partido Político con registro electoral.
Nuestra tercera conclusión es que con su propio programa y candidatura el Partido Comunista deberá presentarse en las elecciones federales del 2024. El Partido Comunista de México expresa una alternativa a los grandes problemas de los trabajadores, de los explotados y oprimidos de México, en la economía y las condiciones de vida de los que trabajan, es decir la inmensa mayoría, respuestas que solo se pueden dar desde el poder obrero y popular, la planificación de la economía, la expropiación de las fortunas de los capitalistas, el encarcelamiento de los criminales y corruptos, la afectación de los intereses de los monopolios en beneficio popular; la reivindicación de la soberanía nacional de una república de los trabajadores, la convocatoria a una Constituyente, la disolución de todos los mecanismos represivos, así como la salud pública con base en evitar que la política sea fuente de enriquecimiento, por lo cual anularemos las prerrogativas a los partidos burgueses y las millonarias dietas de parlamentarios y funcionarios estatales; la defensa de la naturaleza es por supuesto una prioridad. La educación pública, los servicios de salud, los derechos laborales, las jubilaciones dignas, la vivienda popular y el combate a fondo a todos los problemas sociales solo tienen la solución radical de un poder obrero y popular con que el Partido Comunista está comprometido.
Invitamos a las fuerzas independientes que no se han sometido al obradorismo, a todos aquellas expresiones anticapitalistas, a los que se encuentran en pie de lucha contra el Gobierno Federal, contra la explotación, la precarización, la defensa de la educación y la salud públicas, en defensa de los territorios, a analizar conjuntamente la posibilidad de avanzar en una perspectiva, autónoma, clasista, anticapitalista y antimonopolista, en las próximas elecciones y en el próximo periodo de la lucha de clases.

 

¡Proletarios de todos los países, uníos!

 

 

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