Contribución del (PCTE) al XXIII Encuentro Internacional de Partidos Comunistas y Obreros
Estimados camaradas,
Vivimos tiempos de agudización de las contradicciones inherentes al capitalismo. Durante
algunos años, muchos promovieron la ilusión de que el capitalismo podía crecer
indefinidamente y repartir equitativamente la riqueza. La crisis del año 2008 derrumbó las
esperanzas de los defensores del capitalismo. Desde entonces, los capitalistas han
acelerado sus planes para incrementar la extracción de plusvalía en las empresas, pero
también para favorecer la rentabilidad del capital a través del Estado capitalista.
Nuestro Partido ha estado avisando durante años a la clase obrera en España de que la
crisis del 2008 sería seguida por un período de crecimiento en el que la extracción de
plusvalía no cesaría, pues es inherente al capitalismo. Al crecimiento tenía que sucederle,
necesariamente, otra crisis. Esta crisis iba a ser más devastadora que la anterior. No podía
ser de otra manera, pues los Gobiernos capitalistas aplicaron desde 2008 gravísimas
medidas antiobreras y antipopulares para favorecer la rentabilidad capitalista.
La siguiente gran crisis de sobreacumulación capitalista se preparaba ya en 2017. A pesar
de ello, los sucesivos Gobiernos capitalistas cultivaron una vez más la ilusión del crecimiento
económico eterno. Lo hicieron con la complicidad de las fuerzas del oportunismo.
La pandemia mundial de la COVID-19 aceleró el desarrollo de la crisis capitalista, pero no la
creó. Durante la pandemia, los Gobiernos capitalistas tuvieron que cerrar las empresas,
confinar a la población. Pero no lo hicieron para proteger la salud de la clase obrera, sino
para evitar el colapso del sistema sanitario que sistemáticamente han privatizado a lo largo
de los últimos años. Durante meses, los Gobiernos capitalistas practicaron medidas de
control social que en el futuro serán empleadas contra nuestra clase. Al mismo tiempo que
lo hacían, obligaban en España a los trabajadores de numerosos sectores no esenciales a
trabajar.
Las medidas de restricción contra la grave pandemia de la COVID-19 fueron utilizadas contra
las movilizaciones obreras. De esta manera, los Gobiernos capitalistas permitían
aglomeraciones en los centros comerciales o el transporte público pero, al mismo tiempo,
limitaban derechos fundamentales como el derecho a manifestación o a huelga. En España,
importantes huelgas como la de la empresa Nissan en Barcelona sufrieron una dura
represión en forma de multas.
Frente a la utilización política de estas medidas restrictivas sólo se escucharon dos voces: la
voz de la reacción, de la ultraderecha, y la voz del Partido Comunista. La ultraderecha negaba la pandemia y ridiculizaba las medidas desde una óptica liberal, reaccionaria. El
PCTE reconocía la gravedad de la pandemia, el esfuerzo de los sanitarios, la necesidad de
adoptar medidas de protección de la salud, especialmente en los centros de trabajo, pero
también alertaba sobre la utilización represiva de las medidas sanitarias en las huelgas y
manifestaciones.
Desde el final de la pandemia, los medios de comunicación en España y el Gobierno de
coalición socialdemócrata han repetido reiteradamente el discurso del crecimiento. Se
enfatizan las previsiones de crecimiento del PIB. No obstante, se oculta que el crecimiento
experimentado hasta ahora no ha sido otra cosa que la recuperación del nivel previo a 2020.
Además, se aprecia una ralentización constante del crecimiento.
El crecimiento del PIB español hasta ahora se ha basado en una inversión masiva de dinero
público. Este gasto público se ha hecho incumpliendo los límites de gasto y de
endeudamiento que impone la Unión Europea. Se trata de una política planificada por todos
los gobiernos burgueses en Europa, no de una política específica de la socialdemocracia.
Todas las ayudas que ha dado el Gobierno socialdemócrata en España buscaban garantizar
el consumo para que se pudiese cerrar el ciclo de rotación del capital. Eran formas
encubiertas de favorecer los intereses de los capitalistas a través del Estado.
Mientras tanto, el Gobierno socialdemócrata preparaba las condiciones para que los
capitalistas puedan explotar mejor a la clase obrera cuando finalicen las ayudas públicas. Ha
introducido nuevos tipos en el Código penal. Ha aumentado el dinero para la policía. Ha
introducido una reforma laboral que condena a los trabajadores a alternar períodos de
suspensión de contrato con períodos de actividad. Ha aumentado los años de cotización
para las pensiones.
Muchas de estas medidas han sido introducidas con la complicidad de los sindicatos
mayoritarios. Estos sindicatos están fuertemente influenciados por la socialdemocracia.
Promueven un discurso favorable al Gobierno socialdemócrata y a la patronal. La reforma
laboral y las medidas del Gobierno son favorables a los intereses de los capitalistas, siguen
la línea indicada por la Unión Europea. Esto es así a pesar de que puedan contener medidas
que momentáneamente alivian la dura situación de la clase obrera.
El PCTE ha sido en España la única fuerza política que ha denunciado abiertamente la
reforma laboral del Gobierno socialdemócrata. Hemos denunciado que la última reforma
laboral significa la implantación en España de la política conocida como flexiseguridad, que
supone una mayor explotación de la clase obrera.
El estallido de la guerra en Ucrania ha supuesto un punto de inflexión para el Movimiento
Comunista Internacional. Algunos partidos se han alineado con la OTAN, algunos con Rusia.
Esto también ha sucedido en nuestro país.
El Gobierno socialdemócrata hospedó una Cumbre de la OTAN en Madrid en junio de 2022.
En esta cumbre se preparó un nuevo Planteamiento Estratégico de la OTAN que señala a Rusia y a China como los principales competidores capitalistas del bloque Estados UnidosUnión Europea y acerca al mundo a la posibilidad de una guerra imperialista generalizada.
La Cumbre de la OTAN en Madrid fue denunciada públicamente por el PCTE. Se organizó
una manifestación en la que el PCTE preparó un cortejo grande y combativo. Dicho cortejo
contaba con la presencia de camaradas del KKE, demostrando que, frente a sus guerras
nosotros contraponemos el internacionalismo proletario. La manifestación fue duramente
controlada por la policía que, en los días anteriores, sumió Madrid en un ambiente represivo.
No obstante, también hemos denunciado reiteradamente el papel de la Rusia capitalista en
la guerra de Ucrania. Hemos señalado la guerra de Ucrania como una guerra interimperialista, por el control de los mercados, los recursos y las rutas de transporte en la zona.
Hemos combatido a quienes tratan de romantizar la Rusia capitalista, haciéndola pasar por
una fuerza antiimperialista.
Una correcta caracterización del fascismo es también de gran importancia. En nuestro país,
como sucede en otros países europeos, la ultraderecha está en crecimiento. Esta fuerza
política supone la conformación de un frente de masas para organizaciones fascistas y
ultrareaccionarias, pero no es en sí misma fascista.
En las últimas elecciones generales en España, en julio de este año, un Gobierno
socialdemócrata muy desgastado recuperó la bandera del antifascismo para ganar votos.
Infundió miedo a la clase obrera. Le dijo que Vox y la ultraderecha eran fascistas y que su
victoria en las elecciones suponía volver a la época de Franco. La realidad demuestra que la
ultraderecha no es fascismo, pero también que la socialdemocracia no puede combatir al
fascismo, y que incluso la decepción por las expectativas no cumplidas que generan sobre
la clase obrera pueden servir de caldo de cultivo del mismo.
Afortunadamente, hubo trabajadores que no sucumbieron a los falsos dilemas y el PCTE
aumentó su número de votos.
Para terminar, es fundamental mencionar el drástico empeoramiento de las condiciones de
vida que se ha dado en el último año y medio en nuestro país, como en el resto de la Unión
Europea, con incrementos brutales de los precios de todos los productos en España, y
especialmente de los productos básicos. La harina, el aceite, los huevos, la gasolina.
El Gobierno socialdemócrata ha respondido reduciendo impuestos y ayudando a las
empresas con dinero público. Al mismo tiempo, los sindicatos mayoritarios han pactado
reiteradamente en las empresas y en los sectores laborales convenios colectivos
perjudiciales para la clase obrera. Perjudiciales porque suponen, generalmente, subidas
salariales inferiores a la inflación.
El PCTE ha llevado a cabo durante este año, y sigue llevando a cabo, una campaña en los
barrios obreros y en las empresas para denunciar la carestía de la vida, explicando que el
origen de la carestía de la vida es el capitalismo mismo. También la guerra de Ucrania, que
es una guerra por negocios, encarece el precio de los productos. Al mismo tiempo, denunciamos que todas las subidas salariales por debajo de la inflación suponen, de facto,
rebajas en el precio de nuestra fuerza de trabajo. La clase obrera es cada vez más pobre.
Así pues, el PCTE se prepara para intensificar su confrontación con el oportunismo y
desvelar el carácter capitalista del Gobierno actual. Pero también de los Gobiernos futuros.
Trasladamos a los centros de trabajo y a los barrios obreros la idea de que la clase obrera
debe confiar sólo en sus propias fuerzas, organizarse y luchar por la Revolución Socialista.
Partido Comunista de los Trabajadores de España (PCTE)
Octubre de 2023