Sobre la política en el transporte público por parte de la 4T en Baja California
Comité Regional del
Partido Comunista de México
en Baja California
En Baja California el gobierno de Marina del Pilar Ávila Olmeda (Morena-PT-PVEM) está monopolizando el transporte público en el estado, y en especial en Tijuana. Este proceso se perfiló en el periodo de su antecesor, y rival, Jaime Bonilla Valdez. Y para lo cual se despojará de su patrimonio familiar a permisionarios o pequeños propietarios; y expulsará de sus fuentes de empleo a centenas de trabajadores. En conjunto les reservan la coerción y la estafa, la precariedad y el desempleo. ¡Rechazamos este proyecto de la plutocracia!
¿Estarán de acuerdo la clase obrera y los trabajadores con que el presupuesto público –escaso y subutilizado en salud, educación y seguridad social– sea transferido por centenas de millones de pesos al monopolio regional Grupo Empresarial Mar de Cortez
, encabezado por Adolfo Hernández Hurtado y otros, e integrado al menos por 12 consorcios y 3 divisiones empresariales? La burguesía, por conducto de Morena y aliados, expolia y roba al pueblo en su pretensión de conformar y capitalizar un monopolio, de dotarlo con la infraestructura y la flotilla vehicular para los proyectos Comunder, Cimabús y Corredor Agua Caliente.
Como PCM hemos sostenido que la 4T es la continuidad del Poder de los monopolios, antes gestionado fundamentalmente por PRI, PAN y PRD. Los hechos que denunciamos confirman tal caracterización. Lo que sucede no es nuevo. Andrés Manuel López Obrador, como Jefe de Gobierno de la Ciudad de México (2000-2005), continúo la monopolización del transporte público en la capital, iniciada con la arbitraria extinción de
Ruta 100 (1996). En la actualidad los resultados son: 7 mil trabajadores sindicalizados sin liquidación tras 27 años del ataque a su fuente de trabajo; la precarización de los trabajadores y el despojo continuo a permisionarios; y sobre todo el fortalecimiento de Mobility ADO en la capital y todo el país… y con fusiones y adquisiciones en Costa Rica y España.
El capitalismo es un modo de producción podrido hasta el tuétano. Es riqueza ilimitada para la burguesía; y ruina para la clase obrera, los trabajadores, los sectores populares y determinadas capas de pequeños propietarios. La naturaleza irremediable del capitalismo es evidente en el poder despótico que una minoría se confiere a sí misma. Es inaceptable que la Gobernadora del Estado tenga prerrogativa exclusiva sobre la vida y el futuro de millones de personas en el transporte público, de acuerdo a las leyes y disposiciones publicadas en el Periódico Oficial del Estado de BC al 11 de agosto del presente.
En el último acuerdo del Instituto de Movilidad Sustentable del Estado (IMOS) se anuncia que al pretendido despojo a permisionarios de los gremios rojo y negro
, en Tijuana, se sumará el intento por destruir sus agrupaciones –mediante el traslado de sus permisos y unidades a otras rutas– y el proyecto para despojar, reducir o liquidar otros gremios de permisionarios, así como extender también el ataque a otro sector de trabajadores del volante.
Hacia delante queda la perspectiva de la unidad entre el mayor número de gremios de permisionarios, su unión con los trabajadores y la alianza anticapitalista, anti monopolista.
El capitalismo es un sistema antipopular, imposible de redimir. Todas las fuerzas políticas de la burguesía hoy en día son un coro unánime en pro de los monopolios capitalistas. Las medidas de monopolización al transporte público no mejorarán el servicio, no ha sido así en ningún lado. Éstas significan: destruir la riqueza acumulada para así favorecer la acumulación de capital y altas tasas de ganancia para monopolios cobijados por el Estado; perpetuar las enfermedades sociales, las largas esperas, los traslados penosos y caros para millones de trabajadores; e imponer a todos los asalariados de
Verde y Crema el yugo brutal del sindicalismo mafia propio de la 4T, señalado múltiples veces por asesinato o vínculos con el crimen organizado, y representado por organizaciones como la CATEM.
En el socialismo, a diferencia de lo que hoy sucede bajo el dominio de la burguesía, la constante entre el pueblo será la cooperación y no la estrangulación política y económica que distingue al reino contemporáneo de la gran propiedad privada del capitalista colectivo. Los sectores populares y los pequeños o medianos propietarios serán auxiliados e integrados a un desarrollo social común bajo el objetivo de satisfacer las necesidades populares.