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La primera rectora y la lucha de los universitarios en la UAEM

 

En días recientes fue electa Viridiana Haydeé León Hernández, como la primera mujer rectora de la Universidad Autónoma del Estado de Morelos (UAEM), desde sus 70 años de fundación. El hecho ha generado una alta expectativa entre los sectores académicos y feministas, por considerar que es un avance democrático e histórico hacia el empoderamiento de las mujeres. Sin embargo, es necesario un análisis con perspectiva de clase, desde el enfoque de los intereses de los trabajadores y estudiantes universitarios, que los despierte y oriente en sus próximas batallas luego de un letargo periodo de seis años de desmovilización, apatía y desesperanza derivado las promesas incumplidas de la nueva socialdemocracia Obradorista y su continuidad con rostro de mujer.

 

En la última década la UAEM vivó una de sus más grandes crisis financieras derivado del cúmulo de las corruptas administraciones centrales, aunado a las políticas de abandono a las Universidades públicas mediante recortes a sus presupuestos, demanda de aumento de matrícula, austeridad y clientelismo electoral de los gobiernos federales y estatales. El caso de la administración de Alejandro Vera Jiménez (2012-2018), es ejemplo, un proyecto socialcristiano, de una Universidad socialmente responsable con el pueblo, terminó en actos de corrupción más grande de la historia en la llamada Estafa Maestra y nepotismo al interior de la universidad. La administración de Gustavo Urquiza Beltrán (2012-2023), fue todo lo contrario; la tecnocracia. Una gestión encargada de entregar a la Universidad a los empresarios, a través de los planes de estudio, tanto de licenciaturas como de posgrado, bajo el proyecto de la excelencia académica, es decir, convertir a las universidades públicas en mano de obra calificada para las empresas. Una gestión dócil ante los gobiernos estatales y federales para subsistir con pírrcos presupuestos para acabar con el déficit histórico de la Universidad, pero con un nulo crecimiento de matrícula y graves estancamientos salariales y contractuales para los trabajadores.

 

Durante los últimos 20 años en la UAEM, en el Sindicato Independiente de Trabajadores Académicos de la UAEM (SITAUEM) se enquistó un grupo de docentes encabezados por Mario Cortés Montes, dirigente con más de 15 años como secretario general, que lejos promover la democracia sindical, hacer crecer la plantilla de docentes y obtener mejoras sustanciales, tanto salariales como contractuales; ha mermado la participación real de los trabajadores mediante prácticas porriles, métodos gasnteriles y acuerdos entre los partidos burgueses al exterior de la universidad, además de promover la conciliación de clases que pone en desventaja el interés de la mayoría de los docentes al interés de grupo frente a la rectoría. Un grupo sindical cada vez más injerencista en las decisiones del Consejo Universitario, máxima autoridad colegiada de la UAEM, un grupo sindical cada vez más deformado, que ejerce actos de nepotismo en vacantes clave de la Universidad, que protege a profesores acosadores y promueve el chantaje mediante favores.

 

En el caso del Sindicato de Trabajadores Administrativos de la UAEM (Stauaem) adolece de inercias que actualmente padece el conjunto del movimiento obrero en México, como son: un dirección sindical con conocimiento y experiencia desde el enfoque de la lucha sindical clasista, la formación de cuadros sindicales, una base sindical participativa, con responsabilidad y con el interés de asumirse como dirigente, los métodos de organización y discusión bajo la tradición de la clase obrera, es decir, las asambleas bien conducidas, intervenciones reguladas con tiempos prudentes para la discusión, la votación y cumplimiento de acuerdos, donde la minoría se sujeta a las decisiones de la mayoría, ejercer la huelga de manera contundente y bien organizada. El democratícismo y el asambleísmo no son métodos de la clase obrera. Hasta ahora el asambleísmo, lejos de crear mayor participación de los trabajadores administrativos; por el contrario, ha generado apatía, discusiones sin sentido y ha minado su unidad en la acción. Estos elementos son básicos pero necesarios para ser más contundentes en la lucha como trabajadores administrativos, tanto en cada negociación frente a la rectoría, como para ver que más allá de la Universidad, hay más sindicatos hermanos que igualmente, luchan por los mismos intereses de la clase obrera en su conjunto y con los que es necesario vincularse para lograr victorias de las próximas batallas.

 

Para el caso de la lucha estudiantil en la UAEM, es necesario recordar que la actual Federación de Estudiantes Universitarios de Morelos (FEUM) no representa en los hechos, ni al 10 por ciento de la matrícula de 42 mil estudiantes de preparatorias, licenciaturas y posgrado. Como sabemos, la FEUM es un instrumento corporativo del sector estudiantil, que han utilizado tanto los rectores, y hoy cada vez más el grupo de Mario Cortés para controlar y movilizar al estudiantado con diversos fines, ninguno a favor de los intereses de las y los estudiantes. Las dirigencias de las FEUM son pasarelas de supuestos dirigentes juveniles de los partidos burgueses, quienes bajo el ordenamiento legal, que les otorga la Ley Orgánica de la UAEM a la FEUM como única organización estudiantil reconocida, violentan la autonomía universitaria al ser los primeros en abrirle las puertas de la Universidad a los partidos burgueses. Los resultados de esta política estudiantil de la FEUM ha sido el encarecimiento de la vida universitaria, aumento de los servicios en unidades académicas en trámites, certificados, títulos, diplomados, aumentos en las tarifas del transporte, deserción escolar, apatía, alto consumo de alcohol y drogas, que dejan a las y los estudiantes fuera de combate.

En este contexto, Viridiana León Hernández llegó a la rectoría. Independientemente de su trayectoria académica y administrativa en la UAEM, Viridiana fue la candidata más idónea para darle continuidad al proyecto tecnócrata de la Universidad. Años atrás Viridiana se perfiló con un liderazgo de la mano del sector industrial empresarial, logró posicionar su imagen como una mujer líder, con capacidad de interlocución y generadora de consensos, acuerdos y alianzas con los principales poderes dentro de la Universidad; la rectoría, el grupo sindical de Mario Cortés y las asociaciones empresariales. En resumen, Viridiana León perfila un proyecto universitario de lógica de gerencial de empresa, eficiencia en los recursos económicos, austeridad para ciertas áreas y dependencias universitarias, cuantificar la productividad de los procesos según las leyes del mercado, profundizar la relación universidad empresas y crear una aparente imagen de sustentabilidad; es decir, hacer sostenible la crisis financiera de la UAEM. Una Universidad supeditada a resolver las necesidades de las empresas y no las necesidades de las familias trabajadoras. Dicho proyecto se choca y se contrapone, a muy corto plazo, con los intereses económicos, salariales y contractuales de los trabajadores universitarios. Igualmente, el proyecto de Viridiana León se contrapone con el desarrollo de un movimiento estudiantil combativo, democrático e independiente del poder de la rectoría que comienza a resurgir derivado de las condiciones de crisis económica que vivimos.

 

En conclusión, la UAEM no está aislada de la situación de crisis económica, encarecimiento de la vida, la pérdida del poder adquisitivo de los salarios, la violencia estructural, la militarización, la inflación y la pérdida de derechos laborales de los trabajadores de México y el mundo. Las contradicciones sociales y el choque de intereses de la lucha de clases, dentro y fuera de la Universidad se agudizan. La relativa “estabilidad, paz social y desmovilización” de los trabajadores y estudiantes está por cambiar. Los comunistas estamos listos para darle una salida organizada a todo el acumulado de indignación que de forma legítima pero espontánea se ha manifestado en los últimos meses pero que será la tendencia hacia la insumisión del próximo periodo tanto en la UAEM como en todo país.

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