Por: Alexander B.

Sé que la balanza de la justicia parece inclinarse del lado del poder burgués, que los nombres y las caras de los que lucharon se empiezan a olvidar y que los nombres de los monstruos amantes de la tiranía pasan cómodamente a la huella de la historia humana.

Pero también sé que hay inquietud en la juventud, y que hay algunos que prefieren ir en contra que permanecer de rodillas, a ellos les llaman optimistas porque contra todo pronóstico del triunfo imperial capitalista creen que se puede generar un cambio a partir de la regeneración.

No es inútil creer que si nadamos contra corriente encontraremos un nuevo mundo.

Tal mundo sería más justo, porque todo sería para todos, y donde ser mujer no sea un pecado o estudiante un crimen, o ser trabajador un favor a los patrones y donde pensar no será un delito.

Y sé que nos van a decir que si tanto odiamos el sistema dejemos de formar parte de él, pero también ellos y ustedes que forman parte de él y no dicen ni hacen nada. Seremos interrogados y señalados por intentar abrir los ojos de aquellos que siguen dormidos con una banda en los ojos que no les permite ver la realidad.

Habremos de recibir como respuesta indiferencia e ignorancia, pero no nos detendremos ni desalentaremos porque por cada vez que un hombre se sintió con el derecho explotar a un trabajador, una mujer a discriminar y llamar a otra mujer indígena, un policía a violar y golpear a una estudiante, un político a robar y mentir al pueblo, para nosotros será aliento de revuelta y aun con lágrimas en los ojos y las alas rotas saldremos a intentar cambiar las cosas.

Hoy podría parecer un sueño, mañana una realidad, al siguiente algo imposible, pero todos los días se nos irán uniendo más corazones que al igual que nosotros respirarán insurrección. Porque por cada vez que uno de nosotros fue oprimido, dos se levantarán y las voces tendrán unión, y nuestros camaradas desaparecidos, estarán entre nosotros en la lucha.

Entonces se empezará a creer que las cosas pueden ir mejorando, pero no podemos confiar en que los problemas del pueblo de México desaparecerán.

Habremos de organizarnos, y de estar unidos, de formarnos, ser hombres y mujeres completos, consientes de nuestra verdad y activos políticos. Amantes de la justicia.

No será nuestra responsabilidad sembrar semilla de rebeldía en mentes dormidas, será nuestra obligación, y viviremos para sembrar. La batalla será difícil, tomará años, se ganará o se morirá, pero siempre en aras de la libertad.

Sembrar revuelta, para echar raíz en la libertad, crecer en la justicia y florecer en la unión.

Seremos perseguidos y tratados como criminales, nos intentaran callar silenciar; porque seremos la primera amenaza a los intereses de los parásitos políticos.

Nos llamaran locos, soñadores, positivos, criminales…

Creerán que nos ahogamos en logros pequeños de izquierda progresista, pero seguiremos ahí de frente, frente a frente.

Y ellos se preguntarán:

¿Quiénes son ellos? que frente al autoritarismo se plantan como árboles y dicen ¡NO!

¿Quiénes son ellos? que mientras todos dicen “si” ellos dicen ¡NO!

¿Quiénes son ellos? quienes se proclaman ¡REVOLUCIÓN!