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Entendiendo la disputa antimigrante de Texas

 

Por: Abdel García

Gran cobertura se ha hecho sobre la disputa entre el gobernador de Texas, Greg Abbott, y el presidente Biden sobre la política migratoria del gobierno federal estadounidense, durante el inicio del 2024.

La guardia nacional de Texas ha intentado tomar en sus manos el control de la frontera con México para detener lo que el gobernador caracteriza como una “invasión” de migrantes buscando entrar al país como refugiados o de forma ilegal. Fue una escalada en el conflicto político entre los dos bandos de la burguesía estadounidense, siguiendo décadas de persecución en contra de migrantes, las campañas electorales xenófobas de Trump y leyes estatales promulgadas en Texas en los últimos años que unilateralmente han comenzado a otorgar facultades de control migratorio a las fuerzas policiacas y militares locales. Para muchas plumas y medios la disputa se había discutido únicamente dentro de la perspectiva político-electoral de la cuestión migratoria y las repercusiones constitucionales dentro de la legalidad burguesa. Algunos sensacionalistas hasta han llegado al punto de plantear la duda de una guerra civil en los EE. UU., pero es perceptible la carencia de una comprensión materialista del origen de esta contención entre distintos intereses de la burguesía.

Teniendo como dado las causas de la migración actual creadas por el capitalismo, aún más, en su fase imperialista; no menospreciando la influencia significativa de aspectos socio-culturales y político-electorales, frente a las elecciones del 2024; y un entendimiento del estado capitalista como administrador pactado de la migración (la mano de obra importada) en función de las necesidades y ganancias de la burguesía; es sumamente importante tener una comprensión primordial de la base económica que produce y condiciona los demás elementos. Es igual de necesario no caer en el error de percibir con total cinismo las disputas intra burguesas e ignorar los sectores en conflicto, en contradicción, dentro de la misma clase burguesa. Nos confrontamos entonces con la pregunta: ¿por qué existe esta diferencia en política? Demócratas y Republicanos han históricamente hostigado y esquilmado por igual a la mayoría de los migrantes que llegan a sus fronteras y costas, pero también el grado de resistencia a y segmentación de la migración se han distinguido por los intereses que representan respectivamente.

Al contrastar la política y retorica entre los gobiernos de Biden y Trump entendemos que la diferencia entre los dos no es la opción entre la absoluta libertad de movimiento o la de fronteras herméticamente selladas. A la vez, no se puede negar la blandeza relativa de Biden al no mantener las deportaciones en proporción al aumento de llegadas y haber, hasta tiempos recientes, facilitado las entradas de migrantes. Para elucidar las distinciones se enfocará sobre Texas para este análisis, ya que ha surgido como la vanguardia de la reacción en este caso y el apoyo político, moral y material de otros estados republicanos, no fronterizos, pueden ser influenciados más por otras consideraciones políticas inmediatas. Será comparando a California y Texas como se evidenciarán los matices burgueses en la base económica de la lucha de clases. Dos estados fronterizos con poblaciones migrantes altas, comparables en tamaño y poderío económico, pero distintos en ciertas particularidades de su economía política.

Texas es el segundo estado con mayor población migrante (5,092,132 personas), después de California, comprendiendo el 17.2% en 2021 de su población (datos de la Oficina del Censo de EE. UU.), una cantidad que sin duda ha aumentado desde entonces.

La población migrante representa aproximadamente el 23% de la fuerza laboral de Texas, casi un cuarto. Con 8% de la fuerza laboral compuesta por migrantes indocumentados. El número de trabajadores migrantes para el 2018, en Texas, se concentraban es las siguientes industrias: Construcción (517,957), Manufactura (361,818), Cuidado de salud y asistencia social (353,961), Alojamiento y servicios de comida (336,864), Comercio al por menor (332,182). Los migrantes representaban, como porcentaje de trabajadores, niveles altos en las siguientes categorías de ocupación: Mantenimiento y limpieza de edificios y terrenos (46%), Construcción y extracción (42%), Agricultura, pesca y silvicultura (39%), Producción (32%), Computo y matemática (27%). (Análisis de los datos PUMS de 1 año de la Encuesta sobre la Comunidad Estadounidense de 2018 de la Oficina del Censo de EE. UU. realizado por el Consejo Estadounidense de Inmigración.) Para el 2019 los trabajadores indocumentados estarían concentrados en el sector agrícola (33%), construcción (27%) y Mantenimiento y limpieza de edificios y terrenos (24%), como porcentajes de la fuerza laboral total en esos sectores. (Análisis de FWD.us de los datos de la Encuesta sobre la Comunidad Estadounidense de 2019) Estas distribuciones sectoriales son similares en California y a datos nacionales.

La economía texana se caracteriza por salarios promedios bajos, en comparación con una mayoría de los EE. UU. continental, particularmente en los sectores con mayores concentraciones de trabajo migrante. En California, los salarios a promedio son algunos de los más altos en la unión americana, pero esto se compensa por el alto costo de vida, es decir, se requiere un mayor pago para reproducir la mano de obra. Los dos estados mantienen tasas de desempleo por encima del promedio nacional (3.7%), Texas con el 4.0% y California con el 5.1% de desempleo. Considerando que esta tasa no contempla la población desertora del mercado laboral, migrantes indocumentados recién llegados o la intensidad/duración del desempleo. Texas es también reconocido por su sindicalismo totalmente defenestrado, con una tasa de representación sindical únicamente del 5.4% en comparación a California que cuenta con una tasa mucho más elevada del 16.9%. (“Empleo y desempleo estatal” Oficina de Estadísticas Laborales de EE. UU.) Se puede comenzar a entender ya desde aquí la mayor receptividad de migrantes que tiene la California demócrata a diferencia de Texas.

Aumentando la reserva de trabajo permite a California contrarrestar los salarios y tasa de sindicalización elevada. Y son esos relativamente altos salarios que permitiría al estado dorado tolerar, o hasta necesitar, mayores niveles de desempleo para abaratar el trabajo.

También se habrá de considerar cuestiones sectoriales, siendo las diferencias en la industria agrícola como principal atractor de la mano de obra migrante ilegal un tópico a analizar. La agricultura emplea un número comparable de personas, 408,506 en Texas y un promedio de 418,258 personas en California en el 2017, pero en Texas aportó $186.1 mil millones de USD (~9.1% de su Producto Interno Bruto (PIB)) mientras en California aportó $51.3 mil millones de USD (~2.5% de su PIB). La agricultura con relación a su valor es menos intensiva en mano de obra en Texas. Naturalmente es así debido a la dominación de frutas, nueces y vegetales en la agricultura Californiana, que tienden a ser más pesadas en mano de obra, mientras la agricultura en Texas es dominada por la ganadería y el algodón. Otras diferencias son los sectores con mayor crecimiento de cada estado, eso determina hacia donde se dirigirá la fuerza de trabajo y qué tipo de trabajo se requiere. La Agencia de Desarrollo Laboral de California proyecta algunos de los sectores con el mayor crecimiento son el de ocio y hospitalidad y relacionados con la preparación y el servicio de alimentos. Ambos cuentan con altas concentraciones de trabajadores migrantes y además de la agricultura son accesibles a migrantes indocumentados. Por otro lado, el Departamento de Desarrollo Económico de Texas le apuesta a los sectores tecnológicos y manufacturas avanzadas. Esto en el contexto de una migración interna de personas y capitales hacia Texas, particularmente desde California. 165 empresas estadounidenses se han mudado a Texas entre el 2020 a enero del 2024, Tesla y empresas tecnológicas destacan entre ellas. Y siendo el segundo estado, después de California, en recibir inversiones extranjeras, principalmente de empresas energéticas (Shell, BP, Iberdrola, entre varios otros), manufactureras (Samsung, Foxconn, Siemens, Mitsubishi, Toyota y más) y el “destacado” pan Bimbo. Con respecto a las personas, desde el 2018 la migración interna hacia Texas ha superado a la migración internacional siendo su mayoría Californianos con estudios universitarios, basado en datos de la Reserva Federal de Dallas.

Teniendo toda esta información en cuenta se comprende ahora con más claridad la lógica y diferenciación entre las posturas de los republicanos de Texas y los demócratas como en California. Abbott simplemente está velando por los intereses colectivos futuros de la burguesía en su ambiente particular. Al parecer el aumento reciente en la indisposición Texana hacia los migrantes centro y sur americanos llegando en masa a sus fronteras puede ser porque no requiere de mano de obra no calificada, no pueden asumir los costos sociales y económicos de abaratar aún más el trabajo en la construcción, manufactura, agricultura, etc.

Lo que la burguesía en Texas demanda es mano de obra estudiada y tecnificada. Ahora, no se deja de lado como la persecución de estos recientes migrantes alimenta o por lo menos mantiene las ganancias de las empresas de la construcción y agricultura, algunos de los financiadores más importantes del gobernador Greg Abbott. Atan los trabajadores indocumentados a su patrón bajo las amenazas de deportación para percibir salarios miserables y condiciones infrahumanas. Tampoco se puede ignorar como son utilizados los trabajadores extranjeros como chivos expiatorios en la demagogia de los partidos burgueses para fomentar antagonismos dentro de la misma clase obrera. Pero son los grados de diferencia que demuestran las necesidades de tal o cual fracción de la burguesía que determina cómo desea regular el ejército de reserva de trabajo. Mientras en Texas suprimen y regulan el movimiento del factor trabajo a favor de destacamentos más especializados, los demócratas lo hacen con sus propias consideraciones llamando a una reforma migratoria que en todo sentido práctico es el llamado al libre derecho de explotar. Represivo o no, con o sin violencia, toda política migratoria bajo el capitalismo es antimigrante, antiobrera y antipopular porque se ejerce a conveniencia de la clase explotadora, en beneficio de sus ganancias.

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