Muerte de trabajador en el Centro Cultural Tijuana
Corresponsal de El Machete en Baja California
El jueves 25 de julio falleció en el Centro Cultural Tijuana (Cecut), en el desempeño de funciones laborales, el Ingeniero José Alberto Ramos Castillo, Gerente de Informática de la institución por 20 años. José Alberto cayó del tercer nivel del museo El Cubo, de 4500 m2, en donde “instalaba internet” para la inauguración de una exposición de artes visuales.
El Cecut, a través de sus medios oficiales, presentó el hecho como situación fortuita, como si no se tratara de un acontecimiento trágico ocurrido en sus instalaciones y en horario de trabajo: “con profunda pena el Centro Cultural Tijuana lamenta el sensible deceso de un entrañable compañero y amigo, fundador de la Gerencia de Informática.”
El Cecut ha guardado absoluto silencio sobre las circunstancias en las cuales sucedió el fallecimiento, reservándose toda información al respecto. La esencia de la postura institucional, que es a su vez la del gobierno federal al tratarse de una paraestatal, también fue compartida por la mayoría de los medios de comunicación, con honrosas excepciones.
El Machete entrevistó a Juan Alfredo Valles Arzate, quien laboró en el Centro durante 13 años y fue despedido de manera injustificada y sin indemnización al inicio del gobierno de López Obrador: “lo que es posible saber es que el Ingeniero se encontraba solo en las alturas, después de las 5:30 de la tarde, sin poder contar con su personal de apoyo”.
“La muerte de José puede calificarse como asesinato laboral, no como un accidente. Alguien y algo lo colocó en la situación de riesgo que resultó mortal. Se trataba de una persona que caminaba con dificultad y por ende utilizaba bastón. Este tipo de crímenes pasan por el desprecio a la vida de los trabajadores, pero también por la precariedad, la austeridad y la arbitrariedad derivada de los actuales usos, costumbres y criterios patronales”.
Agrega: “la principal autoridad patronal del Centro, Vianka Galia Robles Santana, ha gobernado con mano dura en los últimos cinco años. Bajo su dirección ocurren atropellos y abusos. Decenas de despidos, por ejemplo, al inicio de su gestión, y casi un centenar más tras la pandemia. Lo que rige en la 4T es la demagogia, la hipocresía y la impunidad”.
¿Cómo puede ocurrir que trabajadores no se inconformen ante injusticias como ésta? Pesa sobre ellos el control del sindicalismo de protección y la tiranía patronal. Pero también, lamentablemente, la noción en ellos mismos de que es “normal” y “admisible” que vivan los peores abusos, riesgos y consecuencias. Y como únicas respuestas: resignación, resiliencia.
La falta de seguridad en los centros de trabajo, la vida diaria en éstos bajo la ley que cada capitalista o patrón decida sin importar el papel mojado que realmente hoy en día son las normas laborales en beneficio de la clase trabajadora, es una nefasta situación y una trampa mortal que solo la clase trabajadora puede deshacer con su propia lucha organizada.
El telón de fondo de la muerte del Ingeniero José Alberto Ramos Castillo en Cecut es la explotación laboral contra los trabajadores al servicio del Estado. Y que, en las elecciones para ratificar o no el contrato colectivo de trabajo en Cecut, se renovó el gobierno del organismo corporativo, de protección patronal: el sindicato “Patrimonio de Trabajadores y Empleados de Industria”, FOSIM. Mientras las y los trabajadores de la cultura no velen ni hagan valer sus derechos por sí mismos, la explotación y sus consecuencias se agravarán.