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Algunas lecciones de la gestión gubernamental de Obrador-Sheinbaum

Pável Blanco Cabrera

Cumplimos con la honrosa tarea de intentar explicar a los lectores de Tribuna Popular, el órgano del Comité Central del Partido Comunista de Venezuela el análisis que hace el Partido Comunista de México de la gestión socialdemócrata de López Obrador (2018-2024) que se prolonga con el sexenio de Claudia Sheinbaum (2024-2030).

La primera cuestión que colocamos es que se trata de gobiernos inscritos en el desarrollo del capitalismo, que programáticamente y en los hechos hacen el máximo esfuerzo para preservarlo, estabilizarlo en periodo de crisis social, reforzar sus mecanismos de dominación para asegurar la maximización de las ganancias, la explotación y la rentabilidad de los monopolios. Hace unos años en el PCM llegamos a la conclusión de que la línea planteada continentalmente a las fuerzas revolucionarias, de trabajar por amplias alianzas antineoliberales conduce a un pantano, pues es un sinsentido colocar que la derrota de la gestión neoliberal del capitalismo con otras formas de gestionarlo dará paso a las soluciones de los grandes problemas que enfrenta la clase obrera, los campesinos pobres, los pueblos originarios, la mujer trabajadora, los migrantes. Por más de 25 años el Progresismo como forma de gestión aparentemente distinta de las políticas neoliberales se inscribió disciplinadamente en la lógica del modo de producción capitalista, y la retórica del “socialismo del siglo XXI” fue parte de una estrategia demagógica para establecer la percepción de que se estaba construyendo otra sociedad, pero al pasar años y décadas la realidad se muestra con dureza: la inmensa mayoría es explotada y la minoría explotadora se apropia de la riqueza socialmente producida.

Es así que desde la campaña electoral del 2018 evaluamos que de ganar López Obrador su sexenio se caracterizaría por una dirección antiobrera y antipopular, y cada acto presidencial lo confirmó con creces:

-En estos seis años el capitalismo en México conquistó una mejor posición dentro del sistema imperialista desplazando a Australia, Corea del Sur y España. Fue un gobierno de grandes ganancias para los monopolios; en cambio para los trabajadores, a pesar de aumentos salariales (siempre abajo del poder adquisitivo y con una carestía galopante) las condiciones de vida son miserables. Tampoco se dio marcha atrás a la reforma laboral antiobrera del 2012.

-Obrador y su corriente política agitaron demagógicamente la bandera de la soberanía, pero participaron con enjundia en la renegociación del TLCAN que exigió Trump, dando como resultado el TMEC, un acuerdo interimperialista favorable a los monopolios de EEUU, Canadá y México y lesivo a los trabajadores de los tres países. La diferencia cualitativa del TMEC con el TLCAN la confesó Obrador, una alianza económica para vencer a la creciente economía capitalista de China.

-Otra expresión antiobrera fue la política antiinmigrante, nunca vista, y funcional a los dictados de la Casa Blanca (Lo mismo con Trump como con Biden). Y no es una exageración la afirmación de que la Guardia Nacional es una extensión de la Border Patrol.

-De la misma gravedad fue el proceso de militarización del país. Fue el Gobierno de Lázaro Cárdenas el que tomó medidas para que el lugar del Ejército fueran los cuarteles, para evitar las asonadas y golpes que ocurrían en los 20s y 30s del Siglo XX. El Ejército mexicano es responsable de crímenes de Estado, como el asesinato en Tlatelolco, y más recientemente el de Ayotzinapa.

-Las medidas privatizadoras previas fueron intocables; lo mismo que las contrarreformas para anular las conquistas agrarias del zapatismo y el villismo en la Revolución Mexicana.

-Después de 35 años de políticas de ajuste y de choque, de privatizaciones de crecimiento de la pobreza y la pobreza extrema en el país la lucha de clases venía aumentando y la capacidad del Estado para contener la lucha disminuía. Obrador reforzó el Estado, restableció mecanismos de control de las masas que antes usó el PRI: los programas sociales como formas de control político, el control de los medios de comunicación, el corporativismo sindical, campesino y popular, la cooptación de buena parte de la izquierda, el paramilitarismo. Etc.

Al terminar Obrador recibió el reconocimiento de la asociación de banqueros y del conjunto de la oligarquía.

Sheinbaum dará continuidad a eso, con lo que llama el capitalismo consciente, el Segundo Piso de la 4T. Busca atraer a los capitales con el neashoring para sustituir a China como proveedor de mercancías de toda Norteamérica. Viene pues una fase de ataque a los trabajadores.

Sorprende que después de enunciar estos rasgos se piense que en México gobierna la izquierda, que se viven transformaciones, porqué no es así-

En ese contexto los comunistas trabajamos para un reagrupamiento obrero, sindical y social que pueda avanzar en una dirección antimonopolista y anticapitalista. Es posible…y es necesario.

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