Entre la hoz y el martillo. Sobre las elecciones en EEUU
Por segunda ocasión Trump llega a la Presidencia de EEUU, después de vencer a Kamala Harris, y previamente todos los intentos para descarrilar su candidatura a través de procesos legales.
Las relaciones con EEUU son probablemente las más importantes para México en el terreno diplomático, político y económico. Somos países vecinos enlazados por razones de intercambio comercial y económico, por el asunto una fuerte comunidad de más de 20 millones de mexicanos residiendo y laborando allá. Y también por problemas comunes como los flujos migratorios y el narcotráfico. La interdependencia entre los dos países se intensificó después de que en 1994 entrara en vigor el TLCAN, renombrado TMEC en 2019.
Históricamente no ha sido una buena vecindad. En su afán expansionista a través de una intervención militar EEUU despojó a México de más de la mitad de su territorio en 1847, entre ello Texas y California, que es por si sola una gran economía mundial. No fue la única agresión, pues durante la Revolución Mexicana desembarcaron en Veracruz tropas yanquis para incidir a favor de la fracción constitucionalista y en contra de la Soberana Convención Nacional Revolucionaria de Villa y Zapata; también tropas yanquis lanzaron expediciones contra Villa en el norte de México. Pasado el tiempo EEUU siempre busca intervenir políticamente en México, influyendo en las esferas del poder burgués, llegando a tener dos hombres que estaban en su nómina en la Presidencia, los Litempo Díaz Ordaz y Echeverría Álvarez. Legales o ilegales tienen en el país agentes de la DEA, la CIA, e incluso grupos operativos armados. Más allá de la utilización retórica de la soberanía en los últimos 80 años todos los gobiernos han colaborado con los intereses de EEUU, es decir el PRI, el PAN y hoy MORENA. A pesar de que el PRI y MORENA hayan tenido ciertas posiciones independientes con relación a la Revolución Cubana, en general han acordado con la Casa Blanca en asuntos cruciales, y las pruebas más recientes son el TMEC, la cuestión migratoria, la alianza económica-política contra China, y la llamada Seguridad Nacional que impone a América Latina el Comando Sur de los EEUU, rechazada antes con el nombre de Iniciativa Mérida, pero que el Gobierno de Obrador logró implementar a través de la militarización del país.
¿Podemos esperar algún cambio con Sheinbaum y Trump como contrapartes? Pensamos que no, que muy seguramente a través de la ronda de negociaciones del TMEC acordadas para 2025 las relaciones mantendrán armonía, a pesar de las presiones en un sentido u otro de Trump, y a pesar de los recursos retóricos de la Presidenta de México. Las declaraciones de Ebrard y Juan Ramón de la Fuente expresan el interés de los monopolios de México: continuidad del T-MEC y neashoring. Es importante decir que con Trump o con Kamala Harris no existiría ninguna diferencia cualitativa en la relación entre México y los EEUU.
Claramente los comunistas tenemos otra posición. Consideramos un asunto esencial romper con el TMEC y todo acuerdo que regule o esté por encima de la soberanía y los intereses de los trabajadores de México. Nos oponemos a la presencia de agentes de EEUU en México, a cualquier operativo policial de ellos aquí, y a cualquier colaboración o ejercicio conjunto entre los militares de ambos países. Nos oponemos a la extradición y consideramos que todo criminal debe ser juzgado y condenado en nuestro país. Al mismo tiempo pensamos que es posible una política de amistad y colaboración entre los trabajadores y pueblos de ambos países y con la migración multinacional. Claro no pensamos que eso pueda hacerse en el México capitalista, cualquiera sea la forma de gestión que tenga la Presidencia.
Otro asunto del proceso electoral en EEUU tiene que ver con la discusión de la estrategia y la táctica de los comunistas. Para derrotar a Trump, y en general a los republicanos, el PC de los EEUU (CPUSA) lleva años hablando de concentrar fuerzas contra la ultraderecha, lo que en la práctica significa respaldar al Partido Demócrata versus el Partido Republicano. En la campaña de Hillary Clinton contra Trump , esa línea contó con el apoyo de varios partidos comunistas en el Mundo, que es también la política que practican en sus países: apoyar al mal menor. El contraste hoy es lo que el camarada Eliseo Vagenas describió en un artículo en Rizospastis recientemente: “Hemos llegado a la estación manicomio”, y es que un llamado “Partido Comunista Americano” ACP, un engendro mediático para generar confusión, expresa que es Trump el mal menor; ajeno al marxismo-leninismo, proclamando el magacomunismo, el “socialismo patriótico o americano”, parte de la anticomunista Plataforma Antiimperialista Mundial, este grupo que además dispone de recursos para su actuación, nos demuestra otra vestimenta del oportunismo. Y ambos CPUSA y ACP, ponen en evidencia la trágica situación del movimiento comunista en EEUU. En favor de la lucha de los trabajadores de EEUU y de México, es necesario revertir esa situación. Hoy más que nunca, en EEUU hace falta un verdadero Partido Comunista, y afortunadamente hay fuerzas marxistas-leninistas que trabajan en esa dirección.
Columna publicada en el número 20 de El Machete, diciembre 2024.