ANTE LA CERRAZÓN, LA HUELGA ES LA ÚNICA OPCIÓN
Lev M. Velázquez Barriga,Doctor en pedagogía crítica
La oleada masiva de recientes movilizaciones en la CNTE tienen como causa y consecuencia al mismo tiempo, mutua y lateralmente, el resurgimiento de la primavera magisterial, dentro y en las periferias del espacio histórico de la organización nacida en 1979. Diversas colectividades y territorialidades emergentes rompieron el cerco informativo y los controles políticos del sindicalismo patronal para lanzarse a la calle ante nuevos agravios al régimen de seguridad social.
Un ingrediente añadido a este caldo de cultivo de la rebelión son las juventudes que ingresaron posteriormente a la privatización pensionaria de 2007, que no conocieron el sistema social de derechos, no tuvieron opción de elegir el décimo transitorio para salvaguardar su futuro y cargan con el peso de la individualización de los ahorros para el retiro. Estas generaciones están interactuando muy activamente en canales comunicativos digitales, imprimen un carácter novedoso a las formas tradicionales de lucha y se organizan en redes horizontales que escapan a la personalización y el hiper liderazgo de las dirigencias comunes en la resistencia magisterial.
Otro elemento que debemos tener en cuenta, es que los brotes emergentes surgieron precisamente donde ya hubo elecciones abiertas con la bandera de la democratización del SNTE, pero no encontraron en esas nuevas direcciones sindicales canales para la defensa de sus derechos, justamente porque no son democráticas. Frente a tal escenario, el senador morenista Alfonso Cepeda intenta, fallidamente, construir la legitimidad del sindicalismo patronal a la sombra del obradorismo y de la aceptación social de la presidenta; pero, en su papel de mercenarios electorales no han logrado desplazar la interlocución y la hegemonía de los maestros movilizados para representar sus demandas.
La agenda del charrismo, publicitada como cortina de humo para aparentar estar contra las cuentas individuales o la UMA, es absolutamente inverosímil y contradictoria, toda vez que Cepeda, en su calidad de presidente de la comisión de seguridad en la cámara alta no ha presentado una sola iniciativa que elimine ninguna de las dos; en el mismo sentido, fue obvia su participación en la intentona gubernamental del titular del ISSSTE para imponer un doble gravamen a los trabajadores del Estado, so pretexto de resarcir la corrupción en este instituto a cargo de los empleados públicos.
Los anteriores elementos, aunados al vencimiento de los tiempos reglamentarios para que Cepeda esté al frente del sindicato y al mismo tiempo se desempeñe como legislador, los coloca ante una crisis de representación, cuya fisura es el momento clave para que la CNTE y los movimientos emergentes convoquen al desconocimiento de las dirigencias pro patronales, promuevan acciones que transiten de la narrativa histórica por la democratización del SNTE a los hechos concretos para construir en lo inmediato las representaciones legítimas de base; pero, en el mediano plazo el instrumento político necesario que dispute la dirección formal del sindicato nacional.
Por otro lado, a pesar de que no hay impedimentos legislativos para que el bloque partidista del oficialismo proceda a realizar cambios fundamentales a la Carta Magna, tal es el caso de la reforma al poder judicial, en la agenda del primer y segundo piso de la cuarta transformación, los trabajadores no han sido prioridad más allá de los programas compensatorios, de administración de la precariedad y la pobreza, fondeados con austeridad neoliberal en las instituciones públicas. La cancelación por completo de la carrera meritocrática para devolver a los maestros al Artículo 123° o el regreso de las pensiones solidarias y públicas, no forman parte de lo que debería ser el proyecto de restitución y fortalecimiento de los derechos sociales constitucionales, a cargo de un gobierno que se jacta de haber abandonado el neoliberalismo.
Sin embargo, las alianzas estratégicas de la cuarta transformación con los sectores de la oligarquía económica dicen lo contrario. No sólo están impulsando redes de gobernanza empresarial para el desarrollo de megaproyectos de infraestructura y relocalización de los centros de producción, también lo están haciendo para coordinar el sistema educativo nacional con los representantes de las cámaras de la industria del consumo y en especial de los alimentos procesados, con el relanzamiento de la prueba pisa para retomar las directrices mercantilistas de la OCDE, a través de la intromisión filantrocapitalista de Google, Lego, Varkey Foundations o de universidades privadas promotoras del gerencialismo educativo, como la Anáhuac.
El impedimento central de la cuarta transformación para restaurar el régimen solidario de pensiones, no son los programas compensatorios como busca confundir la derecha, sino las alianzas gubernamentales que también se han fortalecido con la oligarquía bancaria, a quienes han hecho ganar como nunca en la historia. Las AFOREs o administradoras privadas de fondos para el retiro representan el 20% del Producto Interno Bruto y representarán el 40% en 15 años, según sus propios cálculos. Cuando la presidenta de la república refiere que no hay fondos para sostener las demandas de la CNTE, en realidad está diciendo sí hay, pero los tiene la banca y no tenemos intención de quitarles la mina de oro ni tampoco de proponer más impuestos para los multimillonarios, porque antes de los pobres, está el bienestar de la burguesía.
En este contexto, los alcances de la reciente etapa de movilización, que tiene su común detonador en el descontento generalizado de los trabajadores contra las leyes del ISSSTE 2007, 2025 y de la Unidad de Medida y Actualización (UMA) de 2017, dependerá: 1) de la composición integradora y convocante de su programa de lucha; 2) la capacidad de información, agitación y organización del movimiento en los tiempos políticos propios para salir íntegros y victoriosos; 3) de su inteligencia colectiva y experiencia social para articular un bloque unitario de protestas de gran escala.
Para consolidar el programa de lucha, un primer elemento que permitió comprender la complejidad de la demanda central de abrogación a la ley del ISSSTE, es la relación multicausal que explica el problema empobrecedor de la vida del trabajador en retiro: tabla de jubilación por edad ascendente; individualización/bancarización/privatización del sistema de ahorro; y, el achicamiento del monto percibido en UMAs, no en salarios mínimos.
Entonces, se concluyó que lo anterior no se resuelve sustancialmente con la cancelación de la iniciativa de la Ley 2025 porque deja intacto el régimen anterior, ni con la emisión del decreto para congelar la edad de jubilación porque no regresa al derecho de retiro por años laborados, tampoco con el fondo de pensiones de bienestar que es limitado, selectivo, se accede una vez cumplidos los 65 años de edad y esto todavía depende de la disponibilidad de recursos, algo sumamente engañoso.
No significa que no haya avances, pero sí que son insuficientes. Se trata de logros inmediatos adjudicables a la organización del magisterio; por ejemplo, el fondo de bienestar se decretó en el periodo de AMLO, posteriormente a que se levantara el plantón del año anterior; los decretos para la tabla de quitas y las condonaciones a las deudas hipotecarias que se volvieron impagables así como la posibilidad de construir vivienda por parte del FOVISSSTE para no entregar los créditos a los mercaderes inmobiliarios, son producto de esta última jornada de movilización.
Sin embargo, la demanda general de abrogación de la Ley del ISSSTE, no logra tocar los regímenes pensionarios descentralizados de los trabajadores al servicio del Estado, donde hay miles de maestros y personal de apoyo a la educación, movilizados incluso, que están fuera de los radares en las temáticas de las mesas nacionales de negociación y que deberían estar presentes en una plataforma integral que los incluya. En este caso, pero habría que ubicar otros, todo beneficio arrancado por medio de la lucha para los trabajadores federalizados, debería ser aplicable también para los que son descentralizados, siempre que sea progresivo y no regresivo, con respecto a los derechos establecidos en los sistemas de las entidades estatales.
El anuncio del paro magisterial y la huelga nacional, son ya un emplazamiento político al Estado, que además convoca y coloca en el escenario mediático las demandas centrales; pero, el anuncio como tal no materializa la huelga. Esta se construye, al menos con tres acciones permanentes:
- A) Información que agite, propicie una lectura crítica de la realidad y construya consenso social comunicando con sencillez las razones de la lucha. Para que la huelga general, efectivamente se lleve a cabo, vale la pena preguntarnos propositivamente ¿Ya tenemos materiales audiovisuales y documentos informativos para este fin? ¿Contamos con las brigadas informativas/organizativas al interior de los estados y en el país para agitar la huelga? ¿Están programadas las asambleas informativas con las familias en nuestros centros de trabajo?
- B) Organización de estructuras de coordinación para la huelga general, redes de comunicación con los otros sectores sociales, sistemas asamblearios para la toma de decisiones con las organizaciones adherentes, diagnósticos de participación, fondos de resistencia. ¿Nuestras secciones sindicales de la CNTE ya están convocando a los espacios de diálogo intersectoriales? ¿Tenemos una planificación de asambleas delegacionales, regionales, sectoriales y estatales para construir las condiciones de la huelga? ¿Contamos con los resultados de las consultas para un diagnóstico de quiénes van a participar de cada sector y dónde hay que fortalecer el trabajo político? ¿Están listos los fondos de resistencia para sostenernos en la pelea a mediano y largo plazo?
- C) El plan de movilización para la huelga general se construye en acciones territoriales efectivas, a base de diálogos, consensos, espacios de articulación social y popular, un programa de lucha incluyente y una jornada unitaria de movilizaciones ¿Concretamente, con qué instrumentos jurídicos y políticos se librará la batalla por la seguridad social, el salario, el trabajo y la democracia sindical? ¿Cuáles serán las acciones de presión de gran escala mediática, política y económica? ¿Dónde será el territorio organizativo, logístico y de presión para el despliegue de las acciones del movimiento social?
La huelga nacional ya nada la detiene, pero hay que fortalecerla y hacerla contundente. ¡Es ahora o nunca! ¡Es la oligarquía o somos nosotros!