Da comienzo la “Operación Gramsci”
Da comienzo la “Operación Gramsci”
José Antonio Egido
Sociólogo Marxista-Leninista, militante del PCPE
(Texto aparecido en El machete No.1 pp. 52-57)
Es el segundo capítulo del libro: ¡Manos fuera del camarada Antonio Gramsci!
Es el Partido que Gramsci contribuyó a crear y del que fue su máximo dirigente de 1924 a 1926, el Partido Comunista Italiano (PCI), el primero en dar comienzo la sinuosa tarea de manipulación de su contenido político y teórico. En 1944 su máximo dirigente y viejo camarada pero también viejo rival político de Gramsci, Palmiro Togliatti, impone el “Giro de Salerno” que marca el abandono del objetivo de la toma revolucionaria del poder, el desarme de las poderosas milicias antifascistas, el reconocimiento de la democracia burguesa, la continuidad del Estado y el dialogo con el Vaticano y la Iglesia católica. Togliatti promueve la amnistía para los fascistas que siguen ocupando cargos en la policía y órganos represivos, magistratura y fuerzas armadas mientras los tribunales encarcelan a los antifascistas. El 3 de octubre de 1944 Togliatti pronuncia un discurso en Florencia en el que se produce la primera manipulación conocida del pensamiento de Gramsci. Es el inicio de lo que el biógrafo de Togliatti Giorgio Bocca llama “la operación Gramsci” que sigue plenamente vigente manipulando el pensamiento del comunista sardo. Apoyándose en el firme apoyo leninista que dio Gramsci a la unidad entre obreros y campesinos, Togliatti extiende este principio a la unidad con las masas campesinas católicas, lo que en términos políticos significa la defensa del concordato firmado entre el Vaticano y el estado italiano y la unidad con la Democracia Cristiana, heredera del Partido Popular1 que Gramsci llamo a derrotar y no a establecer ningún tipo de alianza con el.
Togliatti se esmera en presentarse como el camarada más íntimo y cercano a Antonio a quien conoce desde 1912 pero oculta las diferencias políticas que separaron a ambos y que se reflejaron en varios momentos a lo largo de los años:
-En agosto de 1920 Gramsci se separa de Togliatti y se niega a entrar en la fracción comunista eleccionista de la sección socialista de Turín y crea un pequeño grupo de “educación comunista”2
-El 18 de mayo de 1923 le dice por carta a Togliatti que su comentario sobre el reciente congreso del PSI no le ha gustado y que eres un “comunista que se mira en un espejo: en lugar de disgregar el PSI tu comentario tiende a reforzarlo”3
-Gramsci debio librar un paciente trabajo para que Togliatti rompiese con Bordiga según señala el investigador Hugues Portelli 4
-En enero 1924 Gramsci rechazo un manifiesto preparado por Bordiga que había sido firmado por Togliatti.
-El 26 de octubre de 1926 escribe una carta a Togliatti para quejarse con mal humor de la interpretación sesgada que está haciendo de la carta que ha dirigido a los camaradas soviéticos en relación a la lucha surgida en el seno de su dirección donde se manifiestan serias discrepancias personales. Le dice que “tu manera de razonar me ha dado una impresión penosísima…tu observación es floja y carece de valor…Todo tu razonamiento está viciado de “burocratismo”. 5
-El biógrafo de Togliatti, Bocca, señala que entre ambos hubo una ruptura total que duro los 11 años de encarcelamiento de Antonio en que no dirigió ni una sola línea a Palmiro.
Las fuerzas marxistas leninistas y gramscianas del Partido se oponen y critican lo que no es otra cosa más que una “vergonzosa capitulación frente a la burguesía y la traición a la teoría y práctica de la Tercer internacional” en acertadas palabras del Circulo Lenin italiano6. . En particular la Brigada Garibaldi dirigida por el Comité de Liberación de la Alta Italia (CLNAI) y dirigentes de primer nivel como Secchia y Soccimarro quien votara afirmativamente en contra de su propia opinión para no romper la unidad del Partido. Es el inicio de abandono de las tesis leninistas y gramscianas. Togliatti ocupa el cargo de vicepresidente de la Republica desde abril de 1944 pero la burguesía encarnada por el presidente De Gasperi lo expulsa en mayo de 1947 bajo presión del gobierno norteamericano que es quien toma el control político y militar del país a partir de 1945. Cuando en setiembre de 1947 se reúne en la ciudad de Sklarka Poreba, Polonia Popular, el Kominforn, es decir, la Conferencia de los Partidos Comunistas en el poder del este europeo junto a los grandes Partidos Comunistas de Francia e Italia, el secretario del CC soviético Andrei Zdanov critica duramente la capitulación de los comunistas italianos. Les acusa de haber sustituido la línea revolucionaria por “la recomendación del Evangelio de ofrecer la otra mejilla y bendecir a quien nos golpeó…No se trata de hacer un pequeño cambio en la línea política del PCI sino de cambiar de política…Luchar por establecer el sistema de la Democracia Popular”. Togliatti no se atreve a dar la cara directamente para justificar su claudicación pero recomienda a sus delegados defenderse así:”Si os reprochan que no hemos sabido tomar el poder o que nos han echado del gobierno…decidles que no podíamos transformar Italia en una segunda Grecia”. En realidad el PCI y la clase obrera podían haber hecho una gran Revolución como la que soño Gramsci en 1920. Durante los primeros días de abril de 1945 la clase obrera y las masas toman el poder y las fábricas, disponen de 300 mil partisanos fuertemente armados, la ciudad de Trieste la han tomado los partisanos comunistas yugoslavos quienes han liberado todo el país, el Ejército Rojo soviético ocupa Austria. En 1946 el PCI conquista electoralmente las alcaldías de Turín, Genova, Venecia, Bolonia, Florencia, Livorno, Pisa, Reggio Emilia, Modena y otras ciudades. En las elecciones a la Asamblea constituyente la alianza de comunistas y socialistas alcanza un 42 %. Los comunistas controlan el 58 % de los puestos dirigentes del sindicato CGIL y el 63 % de la federación de obreros metalúrgicos. El diario del partido vende 340.000 ejemplares. Dirige la Asociación Nacional de Partisanos con 200.000 afiliados. Si el PCI hubiese abierto un frente revolucionario en Italia, la revolución socialista griega hubiese posiblemente triunfado. La traición de Togliatti es de dimensiones históricas. En 1950 Stalin sabe que la línea reformista de Togliatti es un problema que puede hundir el PCI leninista e intenta retirarlo de su dirección proponiéndole que salga de Italia para asumir la dirección del Kominforn7. Este se niega enérgicamente evidenciándose de manera inequívoca que Togliatti no es un “estalinista” sino un reformista y un renegado. Tras las elecciones de 1953 Togliatti impone un nuevo giro derechista. En su plan es fundamental eliminar al verdadero sucesor de Gramsci, el hombre fuerte del Partido, verdadero leninista formado en la lucha obrera, en L’Ordine Nuovo, en la Internacional Comunista en Moscú, en las prisiones fascistas y en la dirección de la lucha armada, el poderoso Secretario de Organizacion Pietro Secchia. En 1925 conqueta brevemente con la extrema izquierda de Bordiga para apoyar rápidamente a la línea leninista representada por Gramsci. Bajo su dirección, el PCI alcanza el máximo de número de afiliados de su historia, 2 millones trescientos mil para el VI Congreso en 1948. Togliatti consigue quitar el cargo a Seqquia y se lo entrega a su leal Giorgio Amendola, un abierto socialdemócrata quien de 1954 a 1956 destruye el viejo partido obrero bolchevique antifascista y anticapitalista y construye uno nuevo, pequeño burgués y con base territorial. El XX Congreso del PCUS en 1956 refuerza esta tendencia reformista. Togliatti lo acoge con entusiasmo porque ratifica su propia línea reformista. Dice “el giro del XX Congreso [del PCUS] no fue para nosotros ni un abrirnos los ojos, ni una sorpresa; sin, sobre todo, la confirmación y un estímulo eficaz para andar hacia delante”8. ” . Pocos meses después, en diciembre del mismo año, el VIII Congreso del PCI sanciona su integración plena en la democracia burguesa y en el orden capitalista, aceptando su Constitución y su organización política. Secchia es sacado de la dirección y será marginado en el PCI. Togliatti se rodea de sus fieles Amendola, Piajetta, Longo e Ingrao para socialdemocratizar el Partido.
Togliatti supervisa personalmente en 1948 el inicio de la edicion de la obra de Gramsci escrita en la cárcel, que es la más sujeta a interpretaciones dadas las condiciones en que fue escrita, los Cuadernos de la Cárcel, por parte de la editorial Einaudi. Ademas corta, clasifica y publica el material según temas para quitarle su unidad interna. Los textos bolcheviques claros de Gramsci no tienen interés para la dirección del PCI y tardaran en ser publicados. En 1954 se publican los escritos en el periodo 1919-1920 y los del periodo 1921-1926 lo serán a partir de 1966. En 1959 el PCI togliatizado realiza un gran coloquio sobre Gramsci para incorporar al partido la lectura parcial del legado teórico y político del sardo que le conviene. Los conceptos de hegemonía, bloque histórico y reforma intelectual y moral se integran fuera de la voluntad gramsciana de ruptura revolucionaria con el capitalismo. En 1967 en Cagliari el PCI organiza otro coloquio para integrar a Gramsci como “gran figura” de la cultura italiana como si se tratase de un Miguel Angel o un Dante.
El 4 de julio de 1948 Togliatti frena la insurrección revolucionaria que estaba a punto de producirse a un atentado fascista que el mismo sufrió. Empieza a tomar distancias de la Unión Soviética de Lenin y Stalin, a la que tanto había apoyado Gramsci, al proclamar el llamado principio del “policentrismo” en las relaciones en el Movimiento Comunista Internacional (MCI), es decir la negativa de considerar a la URSS y a su partido comunista como el núcleo central tanto del campo socialista como del MCI, merito que había conquistado por haber protagonizado la Revolución socialista de 1917, la construcción exitosa del socialismo económico, la creación de la Internacional Comunista, la victoria sobre el fascismo y la solidaridad activa con las revoluciones del Mundo. El soviético Jruschov premia el antisovietismo de Togliatti bautizando una importante ciudad rusa con su nombre al fallecer este en 1964. Los verdaderos bolcheviques hubiesen puesto el nombre de Gramsci a una ciudad, altísima montaña o gran fábrica.
En 1968 el PCI condena la intervención militar del Pacto de Varsovia contra el gobierno liquidador de Alexander Dubcek que salva el socialismo en Checoslovaquia por 20 años más. Quien fuera secretario general Enrico Berlinguer entre 1972 y 1984 proclama el “eurocomunismo”, declara que los principios marxistas leninistas están obsoletos y acepta la pertenencia de Italia a la alianza imperialista OTAN llegando al extremo inusitado de considerarla un “paraguas protector” de la seguridad. La única fuerza que amenazaba a la seguridad italiana era la propia OTAN que había construido una red clandestina de grupos terroristas llamada “Gladio” que sirvió de base a los grupos fascistas que ensangrentaron el país en los años 70. Simultáneamente el PCI multiplica sus críticas de marcado tono antisoviético al campo socialista y condena enérgicamente la intervención internacionalista de la URSS en 1979 para salvar la “Revolución de Abril” y al gobierno progresista en Afganistán. Las provocaciones del PCI fueron respondidas por el Secretario de Ideología del PCUS Boris Ponomariov en su libro publicado en 1978 La doctrina viva y eficiente del marxismo leninismo (respuesta a sus críticas). ). El PCI culmina su abandono de toda idea marxista y gramsciana al proclamar el“compromiso histórico” como alianza con la burguesía católica para reforzar el sistema parlamentario burgués. El único en oponerse a esta degeneración fue el viejo compañero de Gramsci Umberto Terracini sin ningún éxito. El PCI contribuye a la promulgación de las leyes de emergencia basadas en las leyes del fascismo para combatir a los grupos armados de izquierda y apoya los gobiernos burgueses en nombre de la “lucha antiterrorista”. El secretario general que sustituye a Berlinguer en 1988, Alessandro Natta, reconoce que su concepción de partido ya no es la de Gramsci. Ciertamente el PCI pequeño burgués, revisionista y antisoviético no era hacía mucho tiempo, al menos desde 1944-45, el de Gramsci y Ordine Nuovo, las prisiones fascistas y la Brigada Garibaldi.
En su XX Congreso en febrero de 1991 en Rimini el grupo de dirigentes en torno a Aquille Ochetto y Giorgio Napolitano, quienes en el pasado habían asimismo manipulado la obra de Gramsci, declaran muerto al histórico PCI creado en 1921 y dan lugar al socialdemocratizado “Partido democrático de la izquierda” (PDS).
Este camino no conducirá a la “democracia avanzada” que prometia Togliatti sino a la victoria electoral de la extrema derecha racista, corrupta e imperialista encarnada por Berlusconi y los fascistas Fini, Gasparri y La Russa y a la incorporación entusiasta de Italia a las guerras criminales emprendidas por la OTAN a finales del siglo XX y comienzos del XXI contra la Republica Sprska de Bosnia-Herzegovina, la Republica de Krajina en Croacia, la República Federal de Yugoslavia, Afganistán, Somalia, Yemen, Iraq y la Yamahiriya Libia. El eurocomunismo hace del otrora fuerte comunismo italiano construido por grandes luchas obreras y por grandes dirigentes (independientemente de sus errores) como los napolitanos Amadeo Bordiga y Grieco, el sardo Antonio Gramsci, Angelo Tasca, Umberto Terracini, Palmiro Togliatti, Luigi Longo, Mauro Soccimarro, Pietro Secchia y otros, una serie de partidos minoritarios, débiles y divididos excluidos del parlamento de lo que se aprovecha la gran burguesía explotadora y nostálgica del fascismo que mete al pais en una crisis sin precedentes. Como dice el comunista napolitano Amedeo Curatoli, a partir del VIII Congreso dirigido por Togliatti se ha producido el “verdadero drama del comunismo italiano…que en vez de conducir al socialismo ha producido la catástrofe moral e ideológica” de antiguos dirigentes del PCI que se han convertido en “inmundos insectos acomodados en las filas de la élite política de la burguesía monopolista italiana” 9.
La Red de los Comunistas italianos reconoce que las últimas décadas han sido devastadoras para la cultura política de los comunistas italianos. La crisis política…ha producido un individualismo difuso, una competición personal y un arribismo indecente que ha desmontando, paso a paso, un patrimonio único en el Occidente capitalista, el del movimiento obrero, del PCI y del movimiento de los años 70.
Sin respeto por el contenido incuestionablemente leninista de la obra de Gramsci, el historiador e ideólogo oficial del PCI Luciano Gruppi en su artículo de 1963 “Il concetto d’egemonia” es de los primeros en contraponer el concepto gramsciano-leninista de “hegemonia” con su real significado de dictadura del proletariado, esto es de poder obrero en un Estado de nuevo tipo, socialista. A partir del VIII Congreso jrushovizado, el PCI emplea el concepto de “hegemonía” para negar toda voluntad de tomar revolucionariamente el poder. Amedeo Curatoli acusa a los teoricos de la linea reformista impulsada por Togliatti, los Natoli, Spriano, Platone, Gerratana, Gullo y Gruppi de operar una “falsificacion cinica” de las posiciones leninista de Gramsci para acomodarlas a la linea de renuncia reformista del PCI.
Es tan descarada la manipulación cometida de la vida y obra de Gramsci por los revisionistas italianos que el intelectual liberal Norberto Bobbio, buen conocedor de ambas, no tiene mas remedio que elevar su grito de protesta:”Si es verdad, creo que lo es, que Gramsci fue un pensador revolucionario y que el partido comunista practica hoy una política reformista, me parece que el problema sobre el que se nos ha invitado a discutir gana en claridad una reformulado como sugería. A saber: ¿es posible (o licito) servirse de un escritor revolucionario para justificar una política reformista?” 10.
Los revisionistas y eurocomunistas que debilitan y destruyen los Partidos Comunistas en Italia, Gran Bretaña, Brasil, México, Honduras, Haití, España, Bélgica y otros países se apropian indebidamente de Gramsci. Para el eurocomunista español José María Laso hay que abandonar el objetivo de la toma del poder y dejar de considerar la Revolución de Octubre como referencia 11: ya “no cabe plantearse únicamente, como en el Octubre soviético, el ataque frontal a la trinchera estatal”, escribe. Para ellos se trata únicamente de reformar el Estado burgués.
Después del mencionado XX Congreso del PCUS que condena a Stalin, se desata una ofensiva anticomunista que toma, entre otros, a Gramsci como blanco. Académicos burgueses le adjudican la paternidad de un supuesto “marxismo abierto”. Como dice un profesor norteamericano, estas interpretaciones no solo distorsionan la teoría revolucionaria de Gramsci sino que niegan su contribución a la tradición marxista 12 y, añadimos nosotros, marxista leninista. El sociólogo Fougeyrollas reconoce que parte de la obra de Gramsci es utilizada por intelectuales que intentan sobre todo destruir el marxismo y el movimiento de masas. Ya desde 1957 se publican este tipo de interpretaciones de derecha13 que tuvieron una replica por parte de los comunistas italianos Carlo Salmari y Mario Spinella en la introducción a su antología de textos de Gramsci publicada en 1963 por Editori Riuniti en Roma. Sin embargo desde entonces Gramsci es objeto de enorme interés por académicos burgueses interesados en la tergiversación de los textos marxistas.
Es difícil no ver al imperialismo vinculado a la tarea de falsificación de la obra y pensamiento de Gramsci frente a este hecho: en 1973 el departamento de Sociología de la Universidad de Washington realiza un seminario de 6 meses sobre Gramsci en el que participan 25 profesores, graduados y estudiantes. El resultado es un Gramsci anti leninista, anticomunista, antisoviético, contrario a la revolución socialista y partidario de reformas culturales que hagan más “humano” el capitalismo. No tenemos las pruebas pero ya sabemos gracias al extraordinario estudio de France Stonor Flaunders14 del interés de la CIA en combatir la gigantesca influencia del Marxismo y del Comunismo en las ciencias sociales, el arte, la filosofía, el cine, la literatura, la ciencia e incluso en las corrientes religiosas15 en todo el Mundo. La CIA invirtió fondos abundantes, sobornos y presiones para que intelectuales de izquierda se sumasen a la cruzada ideológica contra el comunismo. La manipulación graciana corresponde a la lucha de clases en el terreno de la ideología. La tarea del profesor norteamericano Carl Boggs de falsificar a Gramsci aparece evidente en esta cita de su autoría: “busco derribar las deformaciones elitistas y autoritarias del “modelo jacobino” (vale decir, lo que ahora es definido como leninismo clásico)”16. El mentiroso Boggs intenta hacer del hombre de Lenin en Italia un enemigo del leninismo aprovechándose de la desinformación de los lectores y estudiantes. Es paradójico que la burocracia universitaria se haya lanzado a una tarea infinita de interpretar, evaluar, juzgar, conjugar, analizar, desmenuzar, digerir, manosear y manipular a un autor como Gramsci quien no tenía el menor respeto por el academicismo burgués. Ocurre lo mismo con revistas científicas desconectadas por completo de la lucha de clases como la New Left Review cuyo dirigente Perry Anderson está muy orgulloso de haber introducido el vocabulario de los Cuadernos en Gran Bretana. En México un autodenominado “Centro de estudios sociales Antonio Gramsci” presidido por un profesor de la Universidades Autónoma y Autonoma Metropolitana se dedica a estudiar cuestiones tan poco revolucionarias como Kant y Dios y la tan manida modernidad. Les dijo Gramsci a todos estos señores profesores ajenos a toda vinculación con la lucha proletaria revolucionaria que “la universidad no ejerce ninguna función unificadora”17. Congresos, coloquios, seminarios, cátedras y debates se organizan regularmente y los señores profesores emplean a Gramsci como tema de estudio en los trabajos que les permiten ascender en sus carreras académicas y embolsarse becas, salarios, bolsas de viaje, bonos, pagos diversos, publicar artículos y libros y otros privilegios. Se realizan regularmente congresos de “estudios gramscianos”, se conmemoran con toda pompa aniversarios de la muerte de Gramsci, etc.
NOTAS
1 Adriana Chaia, “ll Piano inclinato”, prólogo al ensayo del gran historiador marxista leninista este alemán Kurt Gossweiler La
(ir)resistibile ascensa al potere di Hitler, Zambon Editore, 2009
- Antonio Gramsci, Cuadernos de la Cárcel, Universidad Autónoma de Puebla, 1999, p.
- Carta de Gramsci a Palmiro Togliatti de mayo 1923 http://www.marxists.org/francais/gramsci/works/1923/05/gramsci_19260518.
htm
- Hugues Portelli “Gramsci et la pensée politique italienne contemporaine”, revista Temps Modernes, 1978, Paris. P. 401.
- Carta integra publicada en el libro de Maria Antonieta Macchiocchi en sus páginas 356,357 y 358.
- En su ponencia presentada al Seminario Comunista Internacional de Bruselas en mayo de 2000 titulada “L’actualite du patrimoine
theorique de l’Internationale Communiste dans la lutte pour le socialismo”, http://www.icsbrussels.org/ICS/2000/2000fr/
Seminaire/italie.html
- Dato tomado del articulo de Marc Lazar “Les Partis Communistes italien et francais et l’apres Staline”, Vingtieme Siecle, 1990,
numero 28.
- Entrevista en Rinascita de 1964 disponible en http://www.marxists.org/espanol/togliatti/rinas.htm
- Amedeo Curatoli, “ La cinica strumentalizzazione riformista di Antonio Gramsci”, http://www.resistenze.org/sito/te/pe/dt/pedtba13- 008098.htm ,
- Entrevista con Bobbio publicada en el libro colectivo Gramsci y el eurocomunismo, Materiales, Barcelona, 1978, p.51.
- Jose Maria Laso Prieto, “Perspectiva Actual de Labriola, Gramsci y Togliatti”, Revista de Ciencias Sociales, numero 27, noviembre
1978, Madrid.
- Carl Boggs El marxismo de Gramsci, Premia Editora, México, 1978, p. 33.
- Carlo Marzani, The open marxism of Antonio Gramsci, Cameron Associates, Nueva York, 1957; Gwyn Williams, “Gramsci’s concept of Egemoni” Journal of the History of Ideas, octubre-diciembre 1960; H.Stuart Hugues, Consciousness and Society, Vintage Books, Nueva York, 1958.
- Frances Stonor Flaunder, La CIA y la guerra fría cultural, 2001, Barcelona, Editorial Debate.
- El comunismo ha ejercido una atracción tan poderosa a lo largo del siglo XX que ha reclutado militantes hasta en las familias de los piadosos religiosos musulmanes chiíes en el sur de Irak, ha penetrado en los seminarios católicos y en las generaciones de jóvenes sacerdotes e incluso de algún obispo progresista, entre los budistas y otras corrientes.
- El marxismo de Gramsci, op.cit., p. 19.
- Antología, pagina 381.