La influencia de la Revolución Socialista de Octubre en la Juventud
Contribución de los Colectivos de Jóvenes Comunistas (CJC) de España
Presentada en el Seminario Internacional de la FMJD “La Influencia de la Gran Revolución de Octubre” ,
efectuado en México, en el marco del II Congreso de la Federación de Jóvenes Comunistas.
Estimados camaradas, amigos y amigas.
En primer lugar en nombre de la dirección de los CJC nos gustaría agradecer a los organizadores por la invitación que nos han extendido a este seminario internacional, en especial a los camaradas de la FJC por su magnifica hospitalidad. Para los comunistas de nuestro país es de especial interés poder compartir experiencias y vivencias con los jóvenes de todo el mundo, en especial del continente latinoamericano, debido a los acontecimientos candentes que están sucediendo en esta región.
En lo que respecta a la temática del seminario, quisiéramos empezar señalando que bajo nuestro criterio la Revolución Socialista de Octubre supuso un punto de inflexión, no solo para la Juventud, sino para el conjunto de la Humanidad.
Gracias a la Revolución de Octubre la Humanidad pudo palpar en sus propias carnes lo que durante siglos se había ido conjeturando: una sociedad libre de explotación del hombre por el hombre. La Revolución de Octubre mostró en la práctica como una sociedad distinta era realmente posible, una sociedad donde el centro de todo fuera la plena satisfacción de las necesidades crecientes de todos los miembros de la sociedad, así como impulsar su desarrollo integral y multifacético.
En este sentido la toma del poder por parte de la clase obrera en 1917 abrió una nueva etapa histórica, la época de transición del capitalismo al socialismo. Nos referimos a esto como etapa histórica, es decir, consideramos que actualmente las condiciones materiales existentes abren paso al transito hacia la nueva sociedad socialista-comunista. El triunfo de la contrarrevolución en la URSS y los países del Este no niega este hecho, es más, nos gustaría remarcar que ningún momento de la historia una formación socio-económica dio el paso a una nueva de forma lineal, sin contradicciones ni retrocesos temporales. El propio transito del feudalismo al capitalismos confirma esta tesis y los retrocesos temporales en la época de las revoluciones burguesas no lograron parar la tendencia histórica a la abolición del feudalismo.
En lo concreto en lo relativo a la juventud, la Revolución de Octubre demostró la superioridad del socialismo-comunismo en cuanto a los derechos juveniles se refiere. Se podría organizar un único seminario monotemático sobre los derechos que garantizó el nuevo Estado socialista a la juventud, en cualquier caso por sintetizar los resumiremos en 3 ejes:
– Derechos laborales: el régimen soviético garantizó buenos salarios así como la participación de la juventud trabajadora en los órganos de poder soviético, junto con el resto de la clase obrera (tanto en sus centros de trabajo como en las demás instituciones políticas). La juventud disfrutaba de pleno empleo por lo que la agonía y la inseguridad de poder quedar sin trabajo en cualquier momento (y por lo tanto sin recursos para su propia manutención) no existía. Además, las y los jóvenes que iban a terminar sus estudios ya tenían firmado su primer contrato en el sector que le correspondiese. De la misma forma en el caso de que la empresa donde trabajan tuviese que cerrar o reducir la plantilla, era ésta quien tenía la responsabilidad de buscarle otro centro similar donde continuar con su actividad laboral.
– Derechos estudiantiles: El conjunto del estudiantado tenía garantizado el acceso a la educación a todos los niveles de forma gratuita y de calidad, incluyendo todos los materiales necesarios para ejercer los estudios. Además de que el estudiantado participaba de forma efectiva en la toma de decisiones en los distintos centros de estudios (conjuntamente con el resto de personal académico y de servicios), la educación se basaba en la ciencia más moderna, donde el desarrollo humano integral era el centro de la educación y no los intereses de las grandes empresas como sucede en nuestros respectivos países. El Estado socialista garantizaba infraestructura y tecnología punta al conjunto del estudiantado ya que se les consideraba la arcilla fundamental del futuro de la sociedad.
– Ocio, cultura y otros: Sin querer entrar en grandes detalles, el Gobierno obrero y campesino garantizaba la sanidad, el deporte y el acceso a la cultura de forma gratuita y efectiva. Existían numerosos círculos de interés para que la juventud pudiese realizar sus actividades preferidas. Existían numerosos clubes de ocio, imprentas públicas y un largo etcétera donde la juventud podía difundir sus inquietudes y dar rienda suelta a su creatividad. Algo totalmente impensable en nuestra sociedad, donde la rentabilidad de los monopolios es la que regula las pocas actividades culturales y de ocio para la juventud.
En definitiva, la Revolución de Octubre demostró en la práctica que las reivindicaciones concretas que hacemos las y los jóvenes en nuestros países, no son una utopía y son realizables, que el poder obrero y la economía planificada son capaces de todo esto y mucho más. La única traba existente son los estrechos límites de la sociedad capitalista contemporánea.
En este sentido los CJC consideramos que tenemos que tener los pies en la tierra y que hemos de plantear reivindicaciones concretas a nuestra juventud, basadas en los justos sentimientos y legítimas preocupaciones que sentimos las y los jóvenes. Pero en ese mismo sentido, como organizaciones revolucionarias tenemos que ser capaces de hacer ver que todas las reivindicaciones y luchas parciales que llevamos a cabo solo podrán realizarse de forma permanente fuera de los límites del capitalismo. Tenemos que hacer comprender a toda la juventud que cada conquista parcial ha de integrarse en la batalla general contra el capitalismo. Por eso consideramos justa la afirmación de Lenin en la que mencionaba que:
“Debemos recordar que la lucha reivindicativa contra el Gobierno y la conquista de ciertas concesiones no son otra cosa que pequeñas escaramuzas con el adversario, ligeras refriegas en las avanzadillas, y que la batalla decisiva está por venir.”
A nivel organizativo la Revolución de Octubre también nos dejó un rico legado. De ésta aprendimos que las y los jóvenes revolucionarios hemos de ser organizadores y agitadores juveniles. Por esta razón una de nuestras tareas es organizar a toda la juventud en sus respectivas trincheras, integrando así, a la juventud en el ejercito político del proletariado. Para los CJC esto significa en la practica la necesidad de organizar a la juventud trabajadora en sus centros de trabajo, al estudiantado en sus centros de estudios y al conjunto de la juventud de extracción popular en sus barrios. Esta es la única garantía de alcanzar todas las reivindicaciones anteriormente mencionadas.
Por último, en el plano internacional la Revolución de Octubre nos mostró como nuestra situación juvenil, al igual que el del conjunto de la clase obrera, es similar en todos los países capitalistas y que las tendencias a empeorar nuestras condiciones de vida y trabajo son similares.
De ahí surge la necesidad de educar a la juventud en los valores del internacionalismo proletario en constante lucha contra las concepciones nacionalistas, chovinistas o social-chovinistas, vengan desde las trincheras del enemigo o de las filas de los “supuestos amigos”. En esta tarea los bolcheviques fueron intransigentes y consideramos que nosotros así debemos de proceder.
La historia nos muestra como los monopolios promueven la guerra para velar por sus propios intereses y acostumbran a utilizar a la juventud como carne de cañón en sus conflagraciones militares. En este sentido consideramos que tenemos que preparar y educar a nuestros jóvenes para afrontar las luchas que están por venir, principalmente a raíz de las crecientes tensiones y contradicciones inter-imperialistas.
Así pues creemos imprescindible concebir al enemigo tal y como es, para no enviar a la juventud a luchar bajo pabellón ajeno.
Esto significa clarificar que el imperialismo, es el capitalismo de los monopolios. Es decir que el imperialismo es el capitalismo en su desarrollo contemporáneo y que por lo tanto no se basa en la potencia que “ataque primero” o que más belicosa se muestre en la palestra internacional. Al mismo tiempo, y eso es lo verdaderamente difícil, hay que ser capaces, como hizo Lenin, de utilizar las contradicciones inter-imperialistas para colocarnos en mejores condiciones de asestar el golpe definitivo a los gobiernos burgueses.
Consideramos que la experiencia de la Primera Guerra Mundial muestra bien claro como bajo determinadas circunstancias de presión el oportunismo actúa como comparsa del imperialismo y alienta el espíritu social-chovinista, alejándose de los nobles principios internacionalistas.
De esta forma pensamos que es importante hacer ver al conjunto de la juventud que los monopolios son el enemigo principal, ya que son éstos los que niegan todos los derechos a costa de sus insultantes beneficios. En coherencia con esto, la juventud no puede caer presa de los intereses de una determinada potencia imperialista u otra sino que ha de combatir a la burguesía y al poder de los monopolios sean nacionales o extranjeros.
En definitiva orientación revolucionaria, organización de masas y claridad ideológica bajo los principios del internacionalismo proletario son los elementos claves que harán gozar a la juventud de un futuro en una nueva sociedad libre de explotación y opresión. Haciendo realidad la afirmación de Engels de que esto constituirá el verdadero “salto desde el reino de la necesidad al reino de la libertad”.
Muchas gracias.
3 comentario en “La influencia de la Revolución Socialista de Octubre en la Juventud”