Capitalismo Vs Conservación de la Biodiversidad. El tablero de ajedrez
Capitalismo Vs Conservación de la Biodiversidad. El tablero de ajedrez
Pavel Valdés Pérez, Militante del PCM
Ponencia presentada en el marco del 3° Congreso Internacional sobre el Aprovechamiento y la Conservación de la Biodiversidad
Universidad Autónoma Chapingo, Estado de México, a 5 de Octubre de 2016.
El tema Capitalismo vs Conservación de la Biodiversidad invariablemente me remite a la metáfora del ajedrez, el tablero, las piezas y su gama casi infinita de posibilidades.
Se estima en fabulas y leyendas que la creación de este juego, data de la antigua India, en donde un rey deprimido solicitó a su corte un diseño que le alegrara.
Sisa el sabio diseñó un tablero de 64 casillas y piezas de diversas jerarquías y 2 clases sociales, el sistema de juego épico fue del agrado del rey y a cambio, ofreció a Sisa pagarle de la forma que deseara. Sisa pidió que como pago se le diera por la primera casilla un grano de trigo, dos por la segunda casilla, cuatro por la tercera y así sucesivamente hasta llegar a la casilla 64.
El rey aceptó, sin embargo, la dificultad se encontró cuando los calculistas del rey se percataron que debían reunir más de 18 trillones de granos de trigo, para dar una idea, en la época actual el reunir esa cantidad de granos ocuparía la producción de trigo de todo el mundo y se tardaría en reunir cerca de 2,000 años.
El ajedrez como metáfora de la sobreproducción del sistema de producción capitalista facilita dimensionar por su característica de potenciación. Por ejemplo, a partir del momento en que los dos jugadores hacen su primera movida, cada uno tiene a su disposición 400 posiciones posibles de jugar. Ahora, después de que cada jugador hace dos movidas, cada jugador tendrá la posibilidad de más de 72 mil posiciones diferentes, hay 9 millones de posiciones diferentes posibles después de que cada jugador hace tres movidas y habrá más de 288 billones de posiciones diferentes posibles al mover 4 veces.
Pensando que un juego ordinario puede tener 40 movimientos, más o menos, por jugador, el número de posiciones diferentes posibles es mucho más grande que el número de electrones en el universo conocido. El ajedrez es una metáfora del capitalismo en su dinámica de sobreproducción por un lado, mientras que por otro, en el ejercicio de la lucha de clases que prevalece en donde se privilegia el valor de cambio sobre el valor de uso y la generación de plusvalía sobre el valor del trabajo.
En la biodiversidad el capitalismo ha generado potenciaciones de magnitud devastadoras.
Tenemos como homo sapiens sapiens 140 mil años y de vivir en el capitalismo por más unos 200 años y en el neoliberalismo menos de 78 años.
En los últimos 60 millones de años el crecimiento de nuevas especies había sido más rápido que la desaparición de otras formas de vida, sin embargo, estrechamente relacionado a nuestro sistema de vida, en menos de 200 años, este proceso se ha invertido. La velocidad de extinción desde el capitalismo y ahora el neoliberalismo ha aumentado, y el nivel de extinción ha alcanzado entre 1.000 y 10.000 veces más rápido que el de los últimos 60 millones de años.
Cuando desarrollamos la agricultura, hace 11 mil años, en todo el mundo había únicamente 6 millones de personas, actualmente hay más de 7 mil millones de personas, pero recordando el tablero de ajedrez de 1950 al año 2000 el crecimiento fue aproximadamente del 141%. Es decir, como en las casillas de ajedrez hay una potenciación de población.
No obstante, este crecimiento de la población viene acompañado de un particular modo de vida basado en el capital y en el privilegio constante del consumo y la producción que privilegia el valor de cambio sobre el valor de uso.
En los 50 años en que se duplicó la población, el número de animales invertebrados ha disminuido en más del 50%, 40% de los anfibios están amenazados y 17% de las especies de pájaros están en peligro. Hace unos 10 mil años la mitad de la superficie del planeta estaba cubierta por bosques, mientras que hoy son deforestadas 14 millones de hectáreas anualmente en el mundo. La importancia de esto radica en que la cubierta forestal del planeta es donde el nivel de diversidad biológica es más alto. Por otra parte, los pantanos más ricos en especies también se redujeron a la mitad durante el siglo XX.
Se estima que a este ritmo que el 15% de las especies animales y el 37% de las especies de plantas podrían desaparecer en 2050.
Sostengo, sin duda, que prevalece una correlación entre el sistema de producción capitalista y el exterminio de la biodiversidad, que hay una enorme contradicción fundamental entre la conservación de la biodiversidad y el sistema de producción capitalista.
Vivimos en un planeta de crisis; crisis ambiental, crisis alimentaria, crisis económica, crisis política, etcétera. Por ejemplo, en octubre de 2008 la crisis económica, llamada la “crisis de los países desarrollados” surgió como consecuencia del aumento de precios en las materias primas, especialmente el del petróleo. Este incremento tiene una relevante correlación con la crisis ecológica y de los recursos naturales no renovables, el impacto trajo consigo el aumento en los costos de alimentos; y como consecuencia de esto, un mayor impacto en la crisis alimentaria, los precios de los alimentos incrementaron 76% en menos de dos años; 115 millones de personas pasaron a sufrir hambre crónica. Hoy viven en el mundo más de 1000 millones de personas hambrientas; 24 mil personas mueren al día de hambre en el mundo y casi 900 millones subsisten subalimentadas.
Sin embargo, hay una insistencia radical de ignorar esta realidad y correlacionarla con la degradación ecosistémica generada por la explotación de los recursos por el sistema de producción capitalista. Debemos tener claro que no habrá conservación de la biodiversidad efectiva mientras se mantenga el sistema de producción capitalista, es un despropósito las herramientas actuales de la conservación mientras se sostengan la dinámica de potenciación de la producción y el consumo, y el privilegio del valor de cambio sobre el valor de uso al que se someten los recursos naturales está exterminando la biodiversidad planetaria de forma irreversible.
La potenciación de este sistema de producción capitalista es insostenible, antisustentable y criminal. El capitalismo es y ha sido el principal actor en el exterminio de la biodiversidad planetaria, las acciones de conservación, restauración y recuperación de los ecosistemas y la vida dentro del capitalismo son escasas y condicionadas a planes y programas que no ceden en atender las causas de la deforestación o el exterminio de la flora y la fauna, así cómo los ecosistemas acuáticos, marinos, terrestres, forestales, matorrales, desiertos y microbianos.
Hoy el cambio climático se capitaliza como bandera para redirigir fondos y presupuestos a simulaciones de conservación, en donde con una mano autorizan y con la otra administran los grandes monopolios que exterminan la biodiversidad. Uno de los casos más próximos y relevantes es el maíz mexicano, que está en lucha cultural, social y económica por su subsistencia, los embates de Monsanto y diversas empresas aliadas al Estado mexicano, comercian semillas transgénicas, fertilizantes y plaguicidas que asesinan la tierra y a diversas especies entre ellas, el hombre.
Desde los tiempos del aprovechamiento hasta los de la explotación de los hidrocarburos, siempre han existido alternativas energéticas a la demanda de los pueblos y naciones, sin embargo, la propiedad privada de los medios de producción y la voracidad por la generación de plusvalía han retrasado la participación de estas tecnologías hasta el borde de la extinción. Cada vez hay más sistemas y procesos que funcionan a través de las energías renovables, pero, en el capitalismo es imposible que una transición energética se dé en pleno, los ahorros de las renovables contra el despilfarro y la acumulación que representan los hidrocarburos, combinados con el poder en manos de la burguesía así nos lo han demostrado por más de 100 años.
En el último siglo la temperatura de la tierra aumentó entre 0’3 y 0’6º centígrados. Para los próximos 100 años se calcula un aumento de entre 1’5º a 5’5º centígrados. Tales cambios provocarán desastres descomunales, como sequías y deshielo de los polos, inundaciones de las costas marítimas, en las cuales vive el 60% de la población mundial, esto generaría millones de emigrantes y de víctimas.
Cada minuto que pasa se está condenando a las futuras generaciones a no disfrutar de amplios segmentos de la biodiversidad, además de que su reto de subsistencia será superior, ya que el capitalismo no piensa en ellos y no hay espacio en sus bolsillos y políticas para ellos, la simulación capitalista es una trampa de la que debemos despertar, no hay conservación en el capitalismo, los indicadores de conservación son cada vez más maquillaje que realidad, son cada vez más engaños sobre los que se busca erigir nuevas industrias y sistemas de explotación “verdes” maximizando riquezas con la mínima inversión posible.
Al persistir el privilegio del valor de cambio sobre el valor de uso, la naturaleza pierde, lo que el capitalismo ve como materias primas con poco valor de cambio, son transformados bajo sistemas de explotación de los trabajadores, los pueblos y la biodiversidad, en mercancías con alto valor de cambio sin considerar los serios impactos que representan.
La conservación de la biodiversidad y el capitalismo son una contradicción irreconciliable, no hay acuerdo entre ellos, ya que mientras uno busca recuperar, restaurar y conservar la vida, el otro busca explotarla y depredarla a beneficio de la clase burguesa, igual que en un tablero de ajedrez.
No hay conservación de la biodiversidad en el capitalismo y no la habrá, el único camino posible para la persistencia de la biodiversidad en la que está integrada la nuestra, es a través de la construcción del socialismo.
Los ecosistemas y la biodiversidad en general, no sólo deben administrarse, gestionarse, protegerse, conservarse y restaurarse, los ecosistemas y las amenazas globales ambientales están correlacionadas directamente con el sistema de producción capitalista, el mejor combate al cambio climático, será el combate frontal al capitalismo. No conseguiremos nada a favor de la vida gestionando efectos, debemos destruir las causas. Muchas veces se ha documentado y evidenciado lo antinatural del sistema de producción capitalista, la lucha por el socialismo-comunismo es la lucha por la vida, persistir en el sistema de producción capitalista es marchar y arrastrar a las demás especies a la muerte. Muchas veces se ha dicho, pero hoy, cómo nunca, es más evidente, la lucha socialista-comunista es una lucha de vida o muerte.
Cada vez lo que siempre ha tenido razón y sentido, irá teniendo más razón y sentido:
¡Socialismo o muerte!
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