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Amor y militancia. Cuando el Amor nos alcanza

Valentín Vargas

Enesta ocasión (y aprovechando la fecha), vamos a revisar brevemente el film Rojo y Negro de Carlos Arévalo, 1942[1], el cual aunque realizado durante la época franquista e inclinado a criticar las posiciones revolucionarias, da elementos para reflexionar sobre la vida sentimental y la militancia política.  En realidad la trama de la película sirve aquí para una meditación de la relación entre el amor y la militancia.

La película puede recibir la categoría de drama bélico, narra la historia de una pareja que formada desde la niñez es separada al estallar la guerra civil, por la afiliación de él a una organización de izquierda y la de ella a la falange. Aquí la contradicción central que separa las vidas de los personajes, contradicción que me lleva a realizar un texto sobre esta película.

Es una gran paradoja, muchos camaradas a lo largo del devenir de la militancia revolucionaria han escrito y profesado el amor que se siente por el Partido, pero al mismo tiempo, ¿cuantas veces no ha existido empatía y a la postre, un amor entre camaradas al interior de nuestra organización? Es evidente que más de una vez y tiene antecedentes, por ejemplo Lenin tuvo una relación con Nadezhna Krupskaya, y juntos lucharon y construyeron la URSS; de igual forma Marx encontró un apoyo en Jenny su esposa, prueba de ello son las cartas que este le escribía; en fin todos hemos pasado por tal sentimiento.

Pero, ¿Qué sucede cuando encontramos a alguien fuera de las filas del  Partido? ¿es permitido? ¿es posible tal relación? ¿tiene repercusiones? Todo depende de la fortaleza del militante, de su capacidad de saber distinguir entre lo sentimental  y el deber político que tiene como miembro del Partido. En ocasiones se puede terminar desertando o reduciendo las labores militantes; pero también pasa, en el mejor de los casos, que nuestra pareja comprende la justeza de nuestra lucha, la importancia y necesidad de la militancia.

El choque de ideas puede parecer fatal, pero es una prueba más de la solidez ideológica. Un ejemplo de decisiones entre lo sentimental y lo militante se ve presenta en la película “Rojo y negro”,  en la que se ejemplifica una situación en que se debe tomar una postura firme e irrevocable ante un prueba. A veces las pruebas de compromiso político se pueden enfrentar juntos (como los esposos Rosemberg ante la silla eléctrica), a veces se enfrentan en soledad y de hecho implican la separación de un ser amado (como se muestra en la novela el 41).

Nuestro partido es un organismo de militantes profesionales, que acepta a los trabajadores que quieren ser parte de sus filas con el compromiso de la formación política, estudio del programa y adquisición de la disciplina militante. Pero quienes ingresan aceptan la misión de dirigir al proletariado en su emancipación, por lo que llegado el momento de decidir en los temas personales y sentimentales, el criterio que se toma es el de lo favorable al Partido y la clase, acorde a lo que los principios del Marxismo-Leninismo, aplicado a la situación concreta, marcan como correcto.

Actuar así no es una deshumanización, los comunistas además de la ciencia del Marxismo-Leninismo siempre contemplamos que la lucha por el socialismo también se apoya en la sensibilidad que produce ver el sufrimiento de las masas, y consideramos que a veces los sufrimientos individuales pueden ser insignificantes cuando se trata de aliviar el sufrimiento de toda la clase trabajadora.

[1] La película se encuentra dividida en 8 Videos el primero esta en la siguiente dirección https://www.youtube.com/watch?v=0xGGcVIOmwY

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