Los partidos comunistas y obreros de Europa contra el anticomunismo*
*Contra el anticomunismo, la falsificación de la Historia por parte de la UE y los gobiernos, para el reagrupamiento del movimiento obrero como condición previa necesaria en la lucha por el derrocamiento de la barbarie capitalista, por el socialismo
DISCURSO EN EL ENCUENTRO COMUNISTA EUROPEO EN BRUSELAS
Por D. Koutsoumpas
Partido Comunista de Grecia (KKE)
Lunes 9 de diciembre de 2019
Estimados camaradas:
Desde que se expresó por primera vez en la historia la evaluación que “el fantasma del comunismo recorre Europa”, han pasado, como es bien sabido, 171 años.
Este mismo “fantasma” es que atormenta también hoy a la gran mayoría del Parlamento Europeo, la propia UE, que ha convertido el anticomunismo en su política oficial.
Entonces, hace 171 años, “todas las fuerzas de la vieja Europa” se habían unido… “en una santa cruzada para acosar a ese fantasma: el Papa y el zar, Metternich y Guizot, los radicales franceses y los polizontes alemanes”.
Hoy día, y en concreto a mediados del septiembre pasado, en el Parlamento Europeo los grupos políticos del Partido Popular, de los Socialdemócratas y de los Liberales, de los Verdes y de los Conservadores y Reformistas unieron fuerzas y aprobaron con 535 votos a favor, 66 votos en contra y 52 votos en blanco, una resolución anticomunista.
Hoy, como hace casi dos siglos, las principales fuerzas políticas de la “vieja Europa” unieron fuerzas contra el “fantasma” de la revolución social, de la justicia social, de la abolición de la explotación del hombre por el hombre, de la nueva sociedad socialista-comunista, que todavía les persigue.
Entonces, los escritores del Manifiesto del Partido Comunista, Karl Marx y Friedrich Engels, destacaron que “el comunismo está ya reconocido como una fuerza por todas las potencias de Europa”.
Hoy el ataque anticomunista, a través de la vergonzosa resolución del Parlamento Europeo, revela que los ideales revolucionarios del comunismo, siguen inspirando a fuerzas obreras y populares de Europa a pesar de las gravísimas consecuencias que provocó al movimiento comunista el derrocamiento contrarrevolucionario en la URSS, en Europa Central y Este, a pesar de lo que se había escrito sobre el “fin de la Historia” y las grandes dificultades a las que se enfrenta la actividad de los partidos comunistas y obreros en Europa.
¡Pues aquí estamos, presentes!
Para decir a todas las fuerzas, de la “vieja” y “envejecida” Europa, a todas las fuerzas que defienden lo viejo, la sociedad capitalista podrida y que tienen miedo por sus propias razones, que sus esfuerzos están en vano.
“El río no retrocede”. “Se ha roto el hielo, se ha abierto el camino”.
Estimados camaradas:
Tenemos en cuenta la magnitud del ataque anticomunista que se está desarrollando desde hace años a nivel europeo y en cada país europeo individual.
Somos muy conscientes de las condiciones difíciles en que actúan los comunistas en varios países europeos, en los países bálticos, en Ucrania, en Polonia, de las detenciones de militantes, los juicios y el encarcelamiento de comunistas y otros luchadores.
Aprovechamos esta oportunidad para expresar la solidaridad del KKE con todos los partidos y los comunistas que enfrentan este tipo de persecuciones.
Sin embargo, observamos que con ocasión del 80 aniversario del comienzo de la II Guerra Mundial, la reciente resolución anticomunista exige la toma y generalización en toda Europa de medidas anticomunistas más duras como son la abolición de símbolos, de monumentos, y el aumento de la represión a expensas de los partidos comunistas.
El anticomunismo de la Unión Europea llega al nivel de delirio al presentar la Unión Soviética como un “aliado de Hitler” y corresponsable del estallido de la guerra.
Están tratando de distorsionar la realidad, es decir que la II Guerra Mundial, igual que la I Guerra Mundial, fue el resultado de la agudización de las contradicciones interimperialistas y de la lucha por el nuevo reparto del mundo.
Estas contradicciones se agudizaron aún más debido a la existencia de la Unión Soviética, en combinación con la crisis económica capitalista mundial (1929-1933). A partir de un cierto punto, los problemas de la gran crisis del capitalismo solo se podrían resolver a través de una guerra entre los Estados capitalistas.
Tanto antes como después del estallido de la II Guerra Mundial, el objetivo de ambos bloques imperialistas, los Estados capitalistas fascistas y no fascistas, fue destruir el primer Estado obrero socialista, la URSS, que fue un faro para todos los pueblos.
Ambas guerras imperialistas mundiales, así como cientos de guerras locales, en servicio de los intereses de los Estados capitalistas más fuertes, fueron monstruosos crímenes imperialistas de lesa humanidad, entre ellos miles de asesinatos masivos brutales y atroces sin precedentes.
¡Esta es la verdad!
Los partidos comunistas y obreros de Europa rechazamos la campaña difamatoria de los llamados “dos extremos”.
Destacamos la conexión orgánica entre el monstruo del nazi-fascismo y el capitalismo monopolista.
Cabe destacar que no es sorprendente que el ataque anticomunista está combinado con el intento de varias fuerzas políticas burguesas para absolver el fascismo, convertir en héroes a los que colaboraron con los nazis en los países Bálticos, en Ucrania, etc.
En este intento participan todos los países de la UE que llevan años votando en contra de la resolución “que condena el enaltecimiento del nazismo” que se presenta cada año por Rusia en la Asamblea General de la ONU.
Mientras que hace unos años la UE no tenía ningún problema en apoyar fuerzas reaccionarias o incluso fuerzas abiertamente fascistas para lograr sus objetivos geopolíticos, junto con EE.UU., Ucrania…
Quisiéramos recordar a los pueblos de Europa y a todo el mundo, que la Bandera Roja, el símbolo del primer Estado socialista, de la URSS, que se alzó triunfalmente en Reichstag por el Ejército Rojo, que acababa de derrotar la mayor parte de las tropas supuestamente invencibles del Estado nazi alemán.
El objetivo de la Unión Europea se reflejó en la resolución anticomunista que pide montar un nuevo “Nuremburg”, esta vez para el comunismo.
Se habló de una “necesidad urgente de plena conciencia, así como de evaluación moral y legal de los crímenes del estalinismo y de las dictaduras comunistas”…
Esto no apunta solo contra los comunistas; apunta también a la revisión de los resultados de la II Guerra Mundial.
Estos resultados se lograron con la sangre del Ejército Rojo, de la Unión Soviética, de las luchas de los comunistas y de otros luchadores, de todos los países de Europa contra el fascismo, por la liberación nacional.
Con ocasión del 75 aniversario de la Victoria Antifascista de los Pueblos, rendimos homenaje a las mujeres y los hombres que sacrificaron su vida o quedaron discapacitados en los campos de batalla y en la clandestinidad para derrotar el imperialismo fascista. A los partidos comunistas en todo el mundo que jugaron un papel dirigente en las luchas por la liberación nacional.
¿Por qué se desarrolla ahora con tanta profundidad este ataque contra los ideales comunistas y los comunistas cuando nuestros adversarios dicen en todo modo que “han terminado” con el comunismo, que se trata de un “caso perdido”.
Nosotros sabemos que todo ello lo dicen porque saben muy bien que por mucho que digan proclamando “el fin de la lucha de clases”, esto no lo lograrán mientras prevalezca la llamada “economía del mercado”.
El capitalismo, el sistema que se basa en las ganancias derivadas de la explotación, crea, mantiene y agudiza los problemas populares, y no puede satisfacer las necesidades populares contemporáneas.
Es cautivo de la contradicción básica entre capital y trabajo, que genera desempleo, pobreza e injusticia para la mayoría, y nuevas crisis capitalistas, mientras que en su seno toman lugar duros conflictos interimperialistas que siembran guerras, derramamientos de sangre, millones de refugiados e inmigrantes perseguidos.
Al contrario, el socialismo en el siglo 20 resolvió grandes problemas del pueblo trabajador: salud, educación y viviendas gratuitas, eliminación del desempleo, aseguramiento del derecho a la seguridad social, a la pensión, al descanso, a la cultura y a los deportes.
Las conquistas sin precedentes de la Unión Soviética, y de otros países socialistas, han sido y siguen siendo un “faro” para los pueblos de todo el mundo, verificando que “Sí”, esta visión se puede hacer realidad.
Se puede edificar una sociedad diferente que no se basará en las ganancias capitalistas, una sociedad de humanidad, que garantizará la “seguridad del próximo día”, una vida con dignidad y significado.
Su objetivo es utilizar “toneladas de lodo” para desprestigiar los esfuerzos que se hicieron en Europa en el siglo pasado de construir una nueva sociedad, una sociedad socialista-comunista.
No solo porque todas las burguesías se beneficiaron del derrocamiento contrarrevolucionario, sino también porque el aforismo de la experiencia socialista del siglo 20 buscan persuadir especialmente a las generaciones más jóvenes que no tiene sentido cuestionar el sistema de explotación, sus impasses, o luchar por el derrocamiento de la barbarie capitalista.
En esta planificación además de medios ideológicos y políticos utilizan también medios judiciales, policiales, represión, en muchos países de la UE.
Estas medidas se combinan con el fortalecimiento de fuerzas nacionalistas, racistas, de ultraderecha y fascistas que levantan cabeza y se utilizan como puestos de avanzada al servicio de los intereses de la burguesía.
Camaradas:
Desafortunadamente, en la campaña anticomunista tienen una contribución particular varias fuerzas autodeterminadas como de “izquierda y progreso”…
Se trata de las conocidas fuerzas del oportunismo en Europa que desde hace años, desde la época del llamado “eurocomunismo”, se han dedicado a la calumnia antisoviética, sobre todo del período cuando se sentaron las bases de la construcción del socialismo en la Unión Soviética en las décadas de los 20 y 30, así como del período que esta lideró la lucha antifascista antiimperialista de los pueblos antes y durante la II Guerra Mundial.
Hemos escuchado tantas cosas durante años por las fuerzas que absuelven la UE desde un punto de vista supuestamente de izquierdas.
Cabe recordar que el Sr Tsipras, jefe de SYRIZA y del único partido del Partido de la Izquierda Europea (PIE) que gobernó, firmó el mayo pasado en una cumbre informal de la UE en Sibiu, Rumania, una declaración “monumento” al anticomunismo, celebrando el derrocamiento y el desmantelamiento del sistema socialista afirmando que: “¡Hace treinta años, millones de personas lucharon por su libertad y por la unidad y derrocaron el Telón de Acero!”
Es la “izquierda europea del PIE que participa en las festividades de la caída del muro de Berlín, en general en el intento sistemático que busca difundir entre los jóvenes la idea de que el socialismo es un “régimen sin libertad y antidemocrático”, en contraste con el capitalismo que es un “oasis de libertad y democracia”.
En el “molino” de la manipulación ideológica son arrojadas las ideas de la democracia y de la libertad para perder sus características históricas y, sobre todo, clasistas.
Como si fuera o pudiera ser igual la “democracia” a lo largo de los siglos, desde Atenas del sistema esclavista, hasta la Inglaterra del feudalismo o la Francia de la Revolución Francesa burguesa que marcó la transición del feudalismo al capitalismo, hasta el presente, el capitalismo monopolista, es decir la época del imperialismo, que es también la época de transición del capitalismo al socialismo-comunismo.
La “democracia” siempre ha sido diferente pero siempre ha estado sujeta a la cuestión indiscutible de que estaba al servicio del sistema dominante en cada período.
Es decir, en las sociedades anteriores y hoy ha estado al servicio del sistema de explotación, puesto que solo el socialismo-comunismo, como un poder realmente obrero-popular, puede construir un tipo de democracia superior.
Esto, después de todo, es lo que pretenden esconder todos los que reducen a cero los 70 años de historia de la URSS y particularmente el período cuando se sentó su base socialista.
En todo caso apoyan las elecciones políticas que identifican la democracia con el parlamentarismo burgués, la libertad con el individualismo burgués y la propiedad capitalista individual.
El verdadero contenido de la liberad y de la democracia en el capitalismo es la coerción económica de la esclavitud asalariada y la dictadura del capital en la sociedad en general y especialmente a través de las empresas capitalistas.
Estimados camaradas:
Surge la pregunta si podemos y cómo bloquear el ataque anticomunista.
El ataque contra la ideología comunista y los partidos comunistas en todo el mundo va de mano con el ataque a los derechos sociales, democráticos y sindicales, a las conquistas que ha logrado la clase obrera y las demás capas populares con duras luchas.
Esto significa que la burguesía no dejará ni por un momento (de) pensar en métodos para atacar a los partidos comunistas para promover sus planes antipopulares.
Por supuesto, los partidos comunistas pueden y deben responder a este ataque.
Según la experiencia de nuestro partido, el gran trabajo que realizan los miembros y los amigos del KKE y de la KNE a través de multiformes eventos y respectivas ediciones para iluminar a los jóvenes y los trabajadores contribuye en cierta medida en la lucha contra el anticomunismo.
Además, la defensa desde un punto de principios de la revolución y la construcción socialista y al mismo tiempo la investigación crítica de los resultados, de los errores y de las deficiencias en la economía, en la superestructura política, en la estrategia del movimiento comunista internacional, la investigación colectiva y el estudio de los errores que condujeron a la restauración del capitalismo, son asuntos que hemos intentado y hemos logrado en gran medida estudiar en nuestro país, han reforzado ideológica, teórica y políticamente nuestro partido, a cada comunista, trabajador y joven que abraza este conocimiento colectivo.
El anticomunismo, el resurgimiento de fuerzas nacionalistas, racistas y fascistas no se pueden confrontar de manera consecuente, estable y efectiva por los supuestos “frentes antifascistas” con fuerzas burguesas u oportunistas.
El gran intelectual comunista Bertolt Brecht dijo:
El fascismo solo se puede combatir como capitalismo bajo su forma más cruda, más insolente, más opresiva, más engañosa. Entonces, ¿de qué sirve decir la verdad sobre el fascismo que se condena si no se dice nada contra el capitalismo que lo origina?
El KKE considera que él que debe y puede dejar su huella en los acontecimientos es el movimiento obrero de cada país, de Europa y del mundo en general.
Los obreros, los trabajadores, entienden, sienten en sus carnes que el ataque anticomunista va de la mano con el ataque contra sus derechos…
Es un ataque contra los derechos sociales, sindicales y democráticos conquistados en Europa en las décadas anteriores a través de luchas duras y, muchas veces, sangrientas, libradas por el movimiento obrero bajo la influencia de las conquistas sociales de la URSS y de los demás países socialistas.
Hoy día, los gobiernos burgueses, de derecha, socialdemócratas y pseudo-izquierdistas (como lo de SYRIZA en nuestro país, hasta hace poco), así como de la ND que le siguió y encontró “el camino allanado” por el gobierno anterior, reducen y eliminan conquistas obreras y populares en nombre de la “competitividad” de la economía, de la rentabilidad del capital.
Porque los trabajadores entienden que los comunistas son los que están a su lado cuando se recortan sus salarios, cuando se les golpean el derecho a la pensión y a la atención sanitaria y médica, el derecho de sus hijos a la educación, cuando les despiden, cuando destruyen y contaminan el medio ambiente, por los intereses de los monopolios.
Los trabajadores pueden darse cuenta de que el ataque contra los comunistas, para silenciar los partidos comunistas, debilitar los partidos comunistas, es un ataque contra ellos y sus derechos y tiene como objetivo privarles de su apoyo, su “rompeolas” de la ola de medidas antipopulares promovidas por la UE y los gobiernos.
Los trabajadores entienden que el KKE insiste en la lucha por el derrocamiento de esta “clase social” injusta, la lucha por la construcción de una nueva sociedad, sin la injusticia que están experimentando, sin desempleo, sin pobreza, sin obstáculos clasistas en la Educación y en los servicios de Salud, sin guerras imperialistas.
A pesar de las dificultades, el KKE considera que hoy el movimiento comunista también en Europa, superando las posiciones erróneas que predominaron en el Movimiento Comunista Internacional en las décadas anteriores, combinando la acción revolucionaria con la teoría revolucionaria, construyendo bases sólidas entre la clase obrera, en sectores estratégicos de la economía y fortaleciendo su intervención en el movimiento obrero-popular, puede no solo detener el ataque anticomunista sino además sentar las bases para el reagrupamiento del movimiento obrero y la construcción de la alianza social, que en nuestra opinión son una condición necesaria en la lucha por el derrocamiento de la barbarie capitalista, por el socialismo.